La Academia de Periodismo otorgó la Pluma de Honor a la trayectoria de tres profesionales comprometidos con la profesión
Robert Cox, Daniel Enz y Elisabetta Piqué fueron homenajeados con un acto en la Biblioteca Nacional; “hoy vemos la guerra en TikTok, pero hay que estar ahí para contarla”, dijo la corresponsal de LA NACION
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El periodismo requiere pararse donde ocurren los hechos y estar para contarlo. Ello conlleva, en ocasiones, el riesgo de situarse “en la frontera que divide la vida de la muerte”, señaló Joaquín Morales Solá en el acto celebrado ayer por la Academia Nacional de Periodismo con motivo de la entrega de la Pluma de Honor a tres profesionales que han ejercido el oficio desde la línea de fuego: Robert Cox, Elisabetta Piqué y Daniel Enz.
En el Día del Periodista y luego de tres ediciones interrumpidas por la pandemia, los premios correspondientes a los años 2020, 2021 y 2022 se entregaron en la sala Cortázar de la Biblioteca Nacional frente a referentes de los medios de comunicación como Jorge Fontevecchia, Fernán Saguier, Santo Biasatti, María O’Donnell y Carlos M. Reymundo Roberts.
Morales Solá, presidente de la Academia, presentó uno a uno a los homenajeados. Enumeró sus logros y, antes de recibir cada uno su pluma de plata tallada por Juan Carlos Pallarols, compartieron parte de sus experiencias vividas durante el ejercicio de la actividad.
“¿Qué se puede decir de Robert Cox que no se haya dicho?”, señaló el académico al introducir al exeditor del diario Buenos Aires Herald, nacido en Reino Unido y destacado por denunciar las violaciones de los derechos humanos en tiempos de dictadura. “Cox enseñó a las posteriores generaciones de periodistas un principio que se puede reducir en una frase muy breve: el periodismo es libre o no lo es”, apuntó Morales Solá, y recordó que acciones como denunciar personas desaparecidas ponía en riesgo entonces la vida de los periodistas. De visita en Buenos Aires, Cox agradeció el “gran gesto de reconocer lo que hizo la gente del Herald cuando hubo silencio en el país”. Y agregó: “En Argentina sabemos qué pasa cuando no hay periodismo”.
El ganador de la Pluma de Honor 2020 manifestó su alegría por estar de vuelta en estas tierras. “Hubo un intento acá de cambiar la Argentina y creo que los periodistas han respondido a ese desafío, como en Estados Unidos la prensa respondió al desafío de Trump. Es una batalla y hay que seguir defendiendo la democracia. El mundo está cambiando y los desafíos son diferentes, pero hay que mirar al pasado, aprender de los errores y seguir adelante”, reflexionó.
La Pluma de Honor 2021, en tanto, fue concedida a Elisabetta Piqué, corresponsal de LA NACION en Italia y testigo de varias guerras: Afganistán, Irak, Libia, Egipto, Medio Oriente y, recientemente, Ucrania, donde pasó los primeros 50 días del conflicto y adonde espera regresar prontamente para seguir narrando los hechos desde el terreno.
“Me consta que a los editores de LA NACION no les cuesta convencer a Elisabetta Piqué para que vaya a una guerra, lo que les cuesta es traerla”, apuntó Morales Solá con una dosis de humor después de destacar el compromiso y los riesgos asumidos por la periodista en sus coberturas. “Los corresponsales de guerra tienen una condición casi ciega con la que van a un espacio donde la vida y la muerte no tienen valor, porque la guerra en última instancia es eso. Pierden las certezas más elementales de un ser humano: dónde van a dormir, dónde van a comer, ¿podrán dormir, podrán comer?”, expresó el académico.
Piqué subrayó la importancia de estar donde ocurren los hechos y agradeció el respaldo de este diario en el desarrollo de su actividad. “Pude ir a las guerras y contarlo. Dirán: ‘¡Esta loca!’, pero siempre tuve este sueño”, contó. “Un periodista tiene que estar en el terreno, y más aún en estos tiempos de nuevas tecnologías, de redes sociales, en que vemos la guerra por Tik Tok, en Telegram, pero eso no es suficiente. Tienen que estar los periodistas ahí y contarlo. Las nuevas tecnologías son bárbaras pero también crean fake news y desinformación, y sabemos que la primera víctima de una guerra es la verdad”.
La corresponsal estima que los enfrentamientos por la invasión en Ucrania todavía durará, al menos, algunos meses, y anuncia su intención de regresar al territorio en conflicto para seguir narrando los acontecimientos desde su propio escenario. La destrucción de “casas” y de “vidas” es una realidad con la que la periodista se topó de frente, y hoy lamenta la pérdida de colegas fallecidos y desaparecidos en el terreno.
Finalmente, Daniel Enz, autor de 15 libros y fundador de la revista Análisis, recibió la Pluma de Honor 2022 por sus logros en el campo del periodismo de investigación. El narcotráfico y la corrupción en Entre Ríos han centrado parte de sus batallas informativas y una de ellas desembocó en un fallo histórico con una condena al exgobernador de Entre Ríos Sergio Urribarri. “Nunca soñé con una distinción de esta naturaleza y proveniente de tan reconocidos maestros. Toda una vida hicimos periodismo, con errores, con aciertos y con demasiados sinsabores de injusticias por el simple hecho de pelear por verdades y contra molinos de vientos. Nosotros nos cruzamos con corruptos y con narcos todos los días”, comentó primero el periodista, que no ocultó su emoción a lo largo del discurso.
Enz repasó los inicios de la revista, cuando contaban con dos sillas y una máquina de escribir en los años 90. “Nos teníamos que turnar para escribir y, tras la primera edición, al día siguiente nos llegaron trece cartas documento por lo que habíamos publicado. En el número posterior publicamos la documentación que sustentaba lo que decíamos: quiénes eran las grandes empresas entrerrianas que estaban colgadas del alumbrado público. Y nadie más movió un dedo para cercarnos judicialmente, se dieron cuenta de que llegábamos para hacer otro tipo de periodismo”, contó. Hoy, los riesgos siguen presentes. “Viivo a una cuadra y media de un barrio de narcos y los muchachos me dejan los mensajes en la panadería o en la verdulería, pero no cedimos un paso. Necesitamos cada vez más periodistas de investigación”, consideró. Y concluyó: “Tenemos que denunciar al poder y ocuparnos de los más necesitados. Sigamos amando el periodismo, descubriendo historias que se ocultan. Somos periodistas y estamos orgullosos de serlo”.