Kuitca: "El Rojas da derecho a equivocarse"
En un jardín de infantes con un enorme patio, en la calle San Luis al 3100, Guillermo Kuitca se reunió durante dos años con unos 40 artistas, entre los que se contaban Diego Bianchi, Flavia Da Rin, Matías Duville, Miguel Mitlag y Sandro Pereira. Ésa fue, asegura, una de las ediciones más exitosas de las célebres becas que impulsa desde hace casi dos décadas. ¿Qué la diferenció de las otras? Su sociedad con el Centro Cultural Rojas y la Universidad de Buenos Aires, que según él aportaron "mucha experimentación, libertad y un marco institucional flexible" al Programa de Talleres para las Artes Visuales C. C. Rojas/UBA-Kuitca. Se realizó de 2003 a 2005 en ese jardín del Abasto alquilado por el centro cultural de la UBA, entonces dirigido por Fabián Lebenglik. "La mística del Rojas se impregnó en la beca", recordó Kuitca en diálogo con adn cultura. Y destacó que "una de las características más lindas del Rojas es que da derecho a equivocarse. Los artistas no podemos trabajar sin esa posibilidad. Es una institución que no está para tomarte examen, sino para seguir la evolución de tus ideas. Y eso se refleja en la programación general". Kuitca, que dirigirá otra edición de la beca el año próximo en sociedad con la Universidad Di Tella, enumera otros rasgos que, según él, le valieron al Rojas el respeto ganado en el último cuarto de siglo: "El hecho de que muchos artistas cumplieran diversos roles -como programadores y organizadores, por ejemplo- aportó variedad y conciencia de los problemas que los colegas pueden experimentar durante su trabajo. Por otra parte, la convocatoria es sumamente democrática: llega a muchos niveles de la sociedad, con mayor o menor formación. Además, los directores que asumieron no trataron de deshacer lo hecho por los anteriores. Eso permitió que en estos 25 años se sumara el aporte de las distintas gestiones. Ojalá ése sea el legado para otras instituciones de la Argentina".