Keri Smith: "El acto de destruir puede ser en sí mismo creativo"
La escritora y artista, autora del exitoso Destroza este diario y de Acaba este libro, recién distribuido en la Argentina, habló con LA NACION sobre un nueva existencia basada en la imaginación
Con antónimos y verbos con significado opuesto a la idea de construcción, adverbios y prefijos de negación, Keri Smith logró edificar una propuesta positiva y una identidad única que suma lectores con cada edición. La artista conceptual, tal como le gusta que la presenten, es una de las autoras que encabeza desde hace varios años los rankings de best sellers en distintos países. Con más de tres millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, Smith se dio a conocer en 2007 con Destroza este diario (Paidós), que en la Argentina lleva vendidas, desde que fue lanzado hace un año, 70.000 unidades. También es la autora de Destroza en cualquier sitio y La antiagenda, ya editados también en el país. Este mes regresó a las librerías con Acaba este libro, y en diciembre volverá con Esto no es un libro, y en 2016 seguirá con El imaginario mundo de?
Todo lector es también autor, y Smith invita y oficia como anfitriona de un viaje. Con esos preceptos posmodernistas, esta canadiense que cosecha admiradores (muchos eligen grabar sus experiencias para luego compartirlas en las redes sociales) en todo el planeta está otra vez en las librerías argentinas con una aventura que en apariencia parece oponerse a todos sus contundentes postulados previos: Acaba este libro.
El imperativo del título no se refiere solamente a que haya que concluirlo en el sentido literal de la palabra -es decir, llegar hasta su última página-, sino que alude más bien al mismo concepto de destrozarlo, a descomponer en piezas cada uno de sus capítulos con distintas consignas y a adquirir un rol activo de colaboración, o mejor de cocreación, junto con la autora, un concepto que Smith toma de Umberto Eco.
Booktrailer de Acaba este libro
La creatividad, sustantivo emparentado con el verbo crear, pareciera estar en franca contradicción con la noción de destruir. Smith desmitifica esta idea: "El acto de destruir puede ser en sí mismo creativo porque involucra un proceso de reacomodamiento de los materiales en una nueva configuración, permitiendo así que emerjan nuevos procesos. Cuando hablamos de destrucción, nos referimos a transformar algo. Y lo que es más importante aún es que estamos ingresando en un experimento para ver qué puede ocurrir (¿qué pasa si vuelco el café en esta página?)", explica Smith, quien, por ejemplo, propone frotar algunas páginas con suciedad, agujerear algunas carillas, hacer compost con el libro e incluso tirarlo desde una superficie elevada.
"Durante el proceso de creación de este libro te ensuciarás. Es posible que termines manchado de pintura y otras sustancias. Te mojarás. Puede que te preguntes por qué te pido que hagas ciertas cosas. Y que recuerdes con pena el perfecto estado en el que encontraste este diario. A lo mejor empiezas a ver destrucción creativa en cualquier sitio y a vivir de manera más despreocupada", rezaba la advertencia preliminar del exitoso Destroza este diario.
"No creo que nadie pueda explicar su propio éxito. Mis libros son el reflejo de mi propio proceso como artista. Todo lo que hago es la honesta representación de quien soy. En mis libros, están mi aprendizaje, mi experimentación, mis triunfos, mis fallas, mi alegría y mis lágrimas. También hay una metáfora de mis experiencias de vida. Destroza fue parte de una etapa de deconstrucción, mientras que El imaginario mundo de?, una fase de construcción. Si tu trabajo es honesto y parte del corazón, la gente responde a él."
Cómo sacudir el mundo
A Smith le entusiasma pensar que hay cientos de miles de resultados de aquella odisea que proponen sus libros: "La creatividad es la habilidad de percibir las cosas y el mundo desde distintos ángulos, pero sin juzgar lo que se ve. Mirar algo como si nunca lo hubiésemos visto antes y estar abierto a ideas y asociaciones sin acudir a los modos habituales de contemplarlos. La creatividad es en realidad un método de ver".
Sus dibujos se publicaron en The Washington Post, The New York Times y People, entre otros medios. Aunque algunos de sus libros son ubicados dentro de la categoría "Adultos jóvenes", Smith sostiene que no escribe para ningún público en particular, sino que sólo lo hace para ella misma. En su obra invita a sus lectores, a través de diversas consignas, a un viaje para experimentar los alcances más lejanos de su propia creatividad.
Booktrailer de Destroza este diario
Smith opina que las sociedades contemporáneas no suelen estimular a nuestros cerebros para ser creativos y propone, en cambio, observar cómo los bebes y los niños se acercan a las cosas sin etiquetas, con todos sus sentidos despiertos y alertas. El modo de regresar a los orígenes se puede lograr olvidando cualquier tipo de nombres y categorías.
La creatividad no es sólo un concepto vinculado al arte. "A la sociedad no le gusta que la cuestionen o que la desafíen a cambiar. Todo aquel que vaya contra este statu quo va a pasarlo mal. Lo que la sociedad hace y lo que la sociedad necesita son dos cosas diferentes. El mundo necesita sacudirse. El cambio es imperativo", opina Smith, y así justifica que su propuesta es mucho más que un manifiesto lúdico, y concluye: "Debemos encontrar nuevos modos de existir. La creatividad es lo único que nos puede salvar".
Keri smith
Profesión: artista conceptual, ilustradora
Edad: 42 años
Origen: Canadá
Publicado en castellano por Paidós, Acaba este libro, su último título, funciona también mediante instrucciones y acciones sobre el ejemplar.
lanacionarTemas
Otras noticias de Literatura
Más leídas de Cultura
“Un clásico desobediente”. Gabriela Cabezón Cámara gana el Premio Fundación Medifé Filba de Novela, su cuarto reconocimiento del año
“Enigma perpetuo”. A 30 años de la muerte de Liliana Maresca, nuevas miradas sobre su legado “provocador y desconcertante”
“Me comeré la banana”. Quién es Justin Sun, el coleccionista y "primer ministro" que compró la obra de Maurizio Cattelan
De regreso al país. Sergio Vega, un coro de loros y el camino que va del paraíso al antiparaíso