Justicia y mujeres: la historia golpea la puerta de los museos en San Telmo
El Palacio de Tribunales, casi invisible detrás de un bosque: Ocultamientos se llama esa instalación de Elda Cerrato, recreada en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires más de un cuarto de siglo después de su primera presentación en el Centro Cultural Recoleta. Quiso el destino que la demorada inauguración de la primera retrospectiva de la artista en la Argentina, con abundantes referencias a las históricas crisis de la democracia en toda América latina, coincidiera ayer con los titulares que describen la creciente tensión en Formosa y entre los poderes Ejecutivo y Judicial.
Este último, definido como un sistema “podrido y perverso” por la vicepresidenta de la Nación, ocupa un lugar protagónico en varias de las obras creadas por Cerrato en tiempos que no parecen tan lejanos. “Las oscuridades políticas que se desarrollaban en la Argentina durante la década de los noventa resuenan en este ocultamiento de la justicia a través de un bosque”, señalaba el texto de sala, mientras la curadora Carla Barbero destacaba los “alcances asombrosos” de una producción realizada entre Buenos Aires, Tucumán y Caracas, que “nos permite acceder a preguntas sobre la actualidad” mediante “una idea de la evolución que no es lineal”.
Como una serpiente que se muerde la cola, este presente complejo retoma otros de los temas recurrentes de Cerrato: el de las migraciones internas y las concentraciones urbanas, tan afectadas por la pandemia. En El día maravilloso de los pueblos, título de una obra y de la muestra que parece aludir a un futuro utópico, la historia se presenta tan cíclica como las figuras redondas representadas hace medio siglo en los trabajos de esta artista nacida en Italia en 1930. Aquellos inspirados en los caminos espirituales de George Gurdjieff y Carlos Castaneda o la tela que cuelga del techo, pintada de ambos lados, que el Moderno exhibe por primera vez tras haberla sumado a su colección.
Presente además en acervos de importantes museos como el Reina Sofía y el Malba, esta maestra de artistas inaugura la temporada artística 2021 en un mes consagrado a la mujer, en el que según Barbero “se tensionan las ideas aportadas por los feminismos”. Un diálogo que puede continuarse justo al lado, en el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires (Macba), donde hoy abre al público una muestra dedicada al último medio siglo de la pintura geométrica en la Argentina.
“Hay artistas que quedaron tapadas por la historia”, dice Rodrigo Alonso, curador de Neo Post, mientras señala trabajos de mujeres como Hilda Mans, esposa de Víctor Magariños D., y de Mercedes Esteves, pareja del crítico Charlie Espartaco. Junto con trabajos de Kazuya Sakai, César Paternosto, Juan José Cambre, Alfredo Londaibere, Jorge Gumier Maier, Fabián Burgos y Pablo Siquier se exhiben otros de Magdalena Jitrik, María Martorell, Silvia Gurfein, Gachi Hasper, Adriana Ablin y Carla Bertone, por mencionar algunos de los creadores de más de 70 obras desplegadas en cuatro pisos.
También se presenta por primera vez en la Argentina Handcuff Secrets (Secretos de esposas), la instalación de Mariela Scafati que causó sensación en Art Basel Miami. Incluida en 2017 en una lista de “imperdibles” por The Art Newspaper, la serie de pinturas amarillas que parecen cobrar vida gracias a un complejo sistema de poleas fue calificada por el Financial Times como “una de las obras más dramáticas” de esa edición de la feria.
Para acompañar la exposición, el museo editará también un catálogo con lo más destacado del arte geométrico de los últimos 50 años en nuestro país, durante los cuales “emprendió inéditos rumbos que han sido denominados con rótulos tan variados como nueva geometría, geometría sensible, neo-geo, parageometría, geometría ornamental o postgeometría”. Es decir, ese camino que se apartó de lo programado, lo formal y lo racional para ganar en juego, textura, color y libertad.