Julio Le Parc: “Espero que este Sol aumente la energía de la gente para provocar cambios positivos”
Con un mensaje pronunciado en vivo desde París, el artista mendocino de 95 años estuvo presente en la inauguración del móvil más grande que hizo en más de seis décadas de carrera
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“Espero que este sol sea de todos ustedes; el sol es más locuaz que yo”, dijo Julio Le Parc desde París, con boina y anteojos a través de una pantalla gigante, a unos trescientos invitados especiales que lo escuchaban en la nueva terminal de partidas del aeropuerto internacional de Ezeiza. Allí se inauguró hoy su obra Sol, una esfera de diez metros de diámetro y el móvil más grande que haya hecho en más de seis décadas de carrera.
“Espero que agudice la imaginación -sostuvo en otro video, previamente grabado y difundido durante la reunión-, que sea un puente que vaya más allá de la simple contemplación, que aumente -aunque sea un poco- la energía de la gente para provocar cambios positivos”, sostuvo el artista mendocino de 95 años sobre la pieza monumental, conformada por 2960 placas cuadradas de acero inoxidable dorado.
Quiso el destino que el cielo estuviera totalmente cubierto por nubes y no aportara a través del enorme ventanal el azul necesario para formar el efecto buscado: evocar la imagen de la bandera argentina. “El sol, hoy ausente, no quería robar protagonismo a este Sol de Le Parc”, señaló su hijo Yamil, director artístico de este proyecto iniciado hace tres años y demorado por la pandemia.
“Sin duda la historia de Le Parc está y estará enraizada en esta tierra desde siempre y para siempre. De donde uno viene, uno es. Hoy me siento más argentino que nunca, y orgulloso de serlo”, agregó Yamil ante un selecto público que incluyó a funcionarios del Gobierno, representantes de la escena artística local y varios destacados empresarios.
Entre ellos se contaron Cristiano Rattazzi, expresidente de Fiat Argentina; Adelmo Gabbi, presidente de la Bolsa de Comercio, y Daniel Funes de Rioja, presidente de la Unión Industrial Argentina y expresidente de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal). Ausentes con aviso estuvieron Javier Milei y Eduardo Eurnekian, antiguo jefe del actual presidente en Corporación América, mientras los debates en la Cámara de Diputados se encendían con insultos y acusaciones durante el tratamiento de la Ley Bases.
“Lo íbamos a hacer en diciembre, pero Julio no podía venir y decidimos esperar un poco. Nunca hay un momento perfecto”, dijo a LA NACION Martín Eurnekian, sobrino de Eduardo, director ejecutivo de Corporación América (CASA) y presidente de Aeropuertos Argentina. “Incorporar arte en nuestras terminales no solo mejora el confort y la experiencia de los pasajeros, sino que también representa un aporte a la sociedad y al país, en cuanto a su identidad y a la de sus artistas –opinó, a la hora de presentar la obra-. Aspiramos a que el Aeropuerto Internacional de Ezeiza se posicione en un lugar de privilegio entre los aeropuertos del mundo destacados por albergar obras de arte”.
En esa línea, anunció que también que Rompecabezas filosófico, un mural de Marta Minujín ubicado en un sector hoy poco transitado de la antigua Terminal A, “está siendo objeto de estudios técnicos de restauración para que vuelva a ocupar el lugar prominente que tuvo cuando fue inaugurado en 1987″. Una obra que sí se destaca en el sector de check in en Ezeiza es el colorido mural Eclipse, de Rogelio Polesello.
No fue sencillo sumar a la colección esta tercera obra, cuyo costo no trascendió. Es sabido, sin embargo, que los móviles más pequeños de Le Parc se ofrecen en ferias internacionales por cientos de miles de dólares. El lugar estratégico que ocuparía frente al ventanal fue elegido en base a los renders del proyecto de edificio que aloja la nueva terminal, inaugurado hace un año. Entonces ya se instaló el motor necesario para levantar un volumen de 2,3 toneladas, y se realizaron los cálculos para sostenerla a cargo del ingeniero Dante Tisi.
El desafío mayor, sin embargo, llegó en la última semana. “La parte de la instalación fue complicada. Un error podía provocar que se cancelara todo”, explicó a LA NACION Santiago Martirena, uno de los dos diseñadores industriales egresados de la UBA que ya instalaron móviles de Le Parc en varios países de distintos continentes. “Voy a necesitar un tiempito hasta que baje el estrés”, admitió con humor, mientras la música de Piazzola interpretada por la orquesta sinfónica de Aeropuertos Argentina procuraba distender la inauguración.
También tiene su propia historia el proceso creativo de la obra. “Julio partió a los 13 años dejando su Mendoza natal para venir a estudiar aquí a Buenos Aires, se recibe en la escuela de Bellas Artes y después de finalizar años de estudios en 1958 decide partir a París –recordó Yamil-. No desde Ezeiza, no en avión, pero desde un puerto en barco. Con una beca de estudiante bajo el brazo, una valija con cuadernos, unos lápices de colores y la cabeza llena de ideas, de ideales y ambiciones. Fue durante estas tres semanas de viaje que realizó un conjunto 150 gouaches que serían la esencia pura de lo que vendría. Y les aseguro que en algunos de esos cuadernos ya se perfilaba este gran móvil y toda la esencia de su creación”.
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