Julio Le Parc también juega en Tokio con sus obras de colores
La fachada de la Maison Hermès en Ginza fue intervenida por el artista mendocino de 92 años, que inaugurará la semana próxima su primera muestra en Japón
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Aún faltan diez días para que abra al público la primera muestra individual de Julio Le Parc en Japón, pero gracias a Instagram ya cruzaron fronteras las imágenes del edificio Maison Hermès en Tokio, sede de los Juegos Olímpicos, intervenido desde la vereda hasta la terraza con las inconfundibles líneas ondulantes de colores del artista mendocino radicado en París.
Esa gama de 14 tonos brillantes que comenzó a crear en 1959, y que fue un tema recurrente en su trabajo durante más de 70 años, protagonizará desde la semana próxima la exposición Colores en juego. Con una amplia variedad de obras realizadas durante distintas épocas tomará por dentro y por fuera la sede del edificio ubicado en Ginza -uno de los distritos comerciales más importantes de la capital japonesa-, diseñado por Renzo Piano e inaugurado hace dos décadas.
La fachada de bloques de vidrio fue cubierta con plásticos de colores adhesivos para recrear una obra de Le Parc de la serie La larga marcha. También en las vidrieras y los ascensores habrá intervenciones de este artista de 92 años, maestro del cinetismo y del op-art, radicado en Francia desde 1958 y reconocido hace más de medio siglo con el Gran Premio Internacional de Pintura en la Bienal de Venecia.
La muestra, que continuará hasta noviembre, incluirá además desde las primeras pinturas y dibujos monocromáticos que exploran el color hasta obras conocidas como las Láminas reflectoras -que pudieron verse en el Malba en su muestra de 2014- y nuevas piezas de la serie de obras móviles que creó desde que integraba el Grupo de Investigación de Arte Visual.
“En lugar de analizar los colores según la teoría cromática, Le Parc establece una serie de secuencias en las que aborda los colores como formas geométricas o metáforas de la variabilidad, y produce variaciones basadas en la rotación, la repetición y la división –dice el folleto que invita a la inauguración especial para invitados especiales, el próximo jueves-. Para Le Parc, estos mecanismos de cambio son una serie importante que ha seguido persiguiendo en paralelo con sus móviles, que se ocupan de la luz y el movimiento, como experimentos diseñados para encapsular el potencial de todos los colores”.
El vínculo de Le Parc con Hermès se inició en 2013 cuando su director artístico, Pierre-Alexis Dumas, quedó deslumbrado al recorrer su retrospectiva en el parisino Palais de Tokyo. Así fue como nació la idea de trasladar La larga marcha (1974-1975), diez telas cuadradas dispuestas de manera secuencial y atravesadas por líneas de colores, a 60 pañuelos de seda de 90 centímetros de lado, valuados en 7000 euros cada uno. En 2016 se exhibieron en Colección Amalita.
“Esta obra puede estar asociada a muchas cosas, si se quiere encontrar una metáfora –dijo entonces en una entrevista con LA NACION-. Podría ser la larga marcha de mi abuelo, que vino del norte de Francia a París, atravesó el Atlántico, llegó aquí, tomó un tren y cuando las vías se terminaron se bajó en el pueblo de Rivadavia, en Mendoza. O la mía, hasta París; el devenir de la civilización, de las revoluciones…” Una larga marcha que, ahora, llega hasta Japón.
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