Juan José Sebreli: “El Mundial no me interesa en absoluto y espero con ansiedad su final”
El autor de “La era del fútbol” sostiene que en las canchas hay “una especie de simulación”; no es el único intelectual que critica el campeonato deportivo y el fervor nacionalista que suscita
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Aunque a muchos les resulte increíble -en parte por la “futbolización del universo” (como dijo el escritor Alejandro Dolina en diálogo con este diario)- hay personas que no siguen minuto a minuto los avatares del Mundial de Fútbol de Qatar y la performance de la selección argentina. Uno de ellos es el escritor Juan José Sebreli. “El Mundial no me interesa en absoluto -dice Sebreli a LA NACION-. No veo los partidos. Lo único que me importa es que, como los partidos terminan a eso de las seis de la tarde, recién puedo salir a las seis y media e ir a los bares y prever que ya no estará el fútbol”. Lo que más le preocupa al autor de Comediantes y mártires es tener que esperar hasta esa hora para poder salir e ir a algún lugar donde no haya “clima de Mundial”. Pensar a contracorriente es una de las cualidades de este intelectual.
Sebreli escribió en varias oportunidades sobre fútbol. “Mi preocupación por el fútbol data de la década del sesenta, una época en que los intelectuales en general y los sociólogos en particular no consideraban este tema digno de atención -se lee al inicio del prólogo de La era del fútbol (1998)-. En contraposición, comenzaba a aparecer una tendencia antiintelectual que descubría los ritos populares como el fútbol o los ídolos populares; todavía no era Maradona sino el ahora algo olvidado Carlos Gardel”. En una de sus declaraciones irónicas, Jorge Luis Borges afirmó que el fútbol era “uno de los mayores crímenes de Inglaterrra”, por haber inventado el juego.
“Espero con ansiedad el final del Mundial y por suerte solo quedan dos partidos -agrega Sebreli-. Me alegra haber ‘acertado’ en mi ensayo La era del fútbol en cuanto al tema del ‘telefútbol’ porque hoy el fútbol es solo eso. Lo que hay en las canchas es una especie de simulación y el verdadero negocio está en la transmisión televisiva. Eso predije en ese libro”. Por otro lado, el escritor se refirió al Lionel Messi. “Hasta los últimos partidos de la selección pensaba que era mucho más discreto que Diego Maradona en sus expresiones dentro y fuera de la cancha, pero ahora siento que está en una zona más complicada”.
Hay que ser anti Messi en la vida, eh.
— hindelita (@hindelita) December 11, 2022
Seamos piadosos con los que eligen vivir sin disfrutarlo; son vidas pobres, precarias en todos los sentidos posibles.
Que vayan pallá a masticar su resentimiento. 🇦🇷❤️
Sebreli no es el único intelectual argentino que mantiene una relación distante con el Mundial y el fervor nacionalista que provoca (si la selección nacional gana los partidos). En 2014, la escritora Beatriz Sarlo fue criticada al comentar que cuando la Argentina y Alemania disputaban la final del Mundial de Brasil ella había querido visitar un museo (que estaba cerrado). Como había dicho Sebreli en 1998 en un debate organizado por este diario con el entonces senador justicialista Antonio Cafiero, días antes del comienzo del Mundial de Francia: “Cualquiera que diga que le interesa más leer un libro que ver un partido de fútbol es por lo menos ridiculizado”. Este domingo, en su columna quincenal para el diario Perfil, titulada “Ganamos por penales”, Sarlo escribió: “Es bueno que la gente esté contenta algunas horas y conserve ese recuerdo [el pase a semifinales] entre tantas memorias grises”.
Mis amigos sociólogos dicen que las provocaciones europeas impunes y los castigos europeos a las reacciones sudamericanas (con sus siempre previsibles aliados cipayos) prueban que durante el Mundial se desnudan sin hipocresía los verdaderos mecanismos atávicos del orden global.
— Mavrakis ⚡ (@nmavrakis) December 10, 2022
Días atrás, el escritor y periodista Martín Caparrós -que a diferencia de Sebreli y de Sarlo es muy futbolero- recibió una avalancha de críticas y agresiones por haber dicho en su cuenta de Twitter que consideraba que los jugadores de la selección eran “mercenarios” (por ganar mucho dinero fuera de la Argentina en equipos extranjeros), pero que en el Mundial podían por fin ser “hinchas” del equipo nacional. En su cuenta de Twitter, la filósofa Leonor Silvestri sostuvo que el fútbol “siempre fue y será fascistizante”.
También la filósofa Roxana Kreimer dio su punto de vista en esa red social. “Los comentarios sobre el #quemirasbobo de Messi muestran lo peor q rodea al fútbol: quienes creen q la geopolítica se juega pateando una pelota, el nacionalismo, q no expresa patriotismo sino xenofobia, la agresión del soberbio q se siente superior a la tribu vecina -compartió este sábado en un hilo de Twitter-. Alaban la viveza criolla del gol de Maradona contra los ingleses. Apoyan al ventajero, al deshonesto, en un país q no se lleva bien con las normas, tal como puntualizaron Borges y Carlos Nino en ‘Un país al margen de la ley’”.
Los comentarios sobre el #quemirasbobo de Messi muestran lo peor q rodea al fútbol: quienes creen q la geopolítica se juega pateando una pelota, el nacionalismo, q no expresa patriotismo sino xenofobia, la agresión del soberbio q se siente superior a la tribu vecina⬇️
— Roxana Kreimer (@RoxanaKreimer) December 10, 2022
Otros escritores e intelectuales, que al inicio del campeonato habían manifestado públicamente su discrepancia con la realización del Mundial en Qatar por la cuestionable política de derechos humanos en ese Estado, dieron vuelta la página a medida que la selección argentina fue dejando en el camino a sus rivales.
Al hablar de la gauchesca, Josefina Ludmer dijo que lo argentino es un tono intraducible, un modo singular de hacer algo con la lengua. Hoy dijimos que Messi fue ultra argento por sus palabras y el tono, y por un gesto. Ludmer estaría de acuerdo
— Inca (@LaInca_) December 10, 2022
En diálogo con LA NACION, el escritor y periodista Marcelo Gioffré reconoce que le gusta mucho el fútbol. “Veo el Mundial y me parece apasionante -afirma-. La idea de que sea cada cuatro años es un timing muy exacto y preciso para que pase tanto tiempo entre uno y otro y se mantenga la expectativa. El hecho de que las selecciones sean tan ‘multiculturalistas’ me parece muy interesante. Cuando en 1998 aparece Francia como un equipo importante, con todos jugadores descendientes de africanos, parecía el triunfo del multiculturalismo y al poco tiempo estallaron las protestas en la banlieue [los suburbios de las grandes ciudades]. Y esto ha seguido”.
Ya me estoy haciendo el ringtone de “Qué mirás, bobo, andá p’allá, bobo.”
— Gonzalo Garcés (@GonzaloGarces5) December 9, 2022
Para Gioffré el equipo argentino está compuesto por jugadores en la diáspora y a la vez con un sentimiento patriótico muy evidente. “Messi, diciendo ‘qué mirás, bobo’ o el Dibu Martínez, que nunca jugó en la Argentina, parecían los chicos argentinos perfectos, aunque sean millonarios que juegan en Europa. Espero que la selección gane el domingo”. Ese día también se cumplirá el deseo de Sebreli: finaliza el Mundial qatarí.
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