Jóvenes borgeólogos: los nuevos detectives que exploran el laberinto infinito de “Georgie”
Mariela Blanco, Lucas Adur y Daniel Mecca, investigadores y estudiosos de la obra del gran autor nacional que este sábado cumpliría 125, tienen poco más de treinta años y menos de cincuenta; representan un recambio generacional con miradas despojadas de la solemnidad tradicional
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El futuro de las investigaciones sobre la obra de Jorge Luis Borges está garantizado. A la cofradía de críticos, escritores, académicos y biógrafos como Beatriz Sarlo, Caros Gamerro, Jorge Schwartz, Aníbal Jarkowski, Julio Premat, Alejandro Vaccaro, Laura Rosato, Germán Álvarez, Lucrecia Romera, Annick Louis, Pedro L. Barcia, Martín Hadis, el francés Michel Lafon y el estadounidense Daniel Balderston -por mencionar solo a algunos de un listado “infinito”, por usar un concepto del que Borges se apropió creativamente-, ingresan año a año nuevos detectives de la obra borgeana.
Mientras tienen lugar los encuentros de la quinta edición de las Jornadas Borges, LA NACION convocó a tres jóvenes “borgeólogos” en el Centro Cultural Borges (CCB): Mariela Blanco (Mar del Plata, 1975), investigadora del Conicet y profesora de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP); Lucas Adur (Buenos Aires, 1983), doctor en Letras e investigador del Conicet, y el escritor y docente Daniel Mecca (Buenos Aires, 1986), creador del festival BorgesPalooza.
Borges conferencista
Mariela Blanco, que presentó hoy en el CCB un avance de su estudio sobre las clases de Borges en Mar del Plata, en 1966, advierte una renovación en los estudios borgeanos. “No sé si tiene que ver con un recambio generacional, pero estoy segura de que desde la aparición de Borges, libros y lecturas, de Rosato y Álvarez, en 2010, que estudia las anotaciones de Borges en los libros que donó a la Biblioteca Nacional tras su renuncia, y gracias a la minuciosa investigación de Balderston (director del Borges Center en la Universidad de Pittsburgh) de los manuscritos, los estudios sobre Borges adoptaron nuevas orientaciones. No solo me refiero a lo que aporte la crítica genética que permite recomponer sus modos de escritura, sino también a la reconstrucción que hicimos con el equipo que dirijo en la UNMdP, con investigadores y becarios del Conicet, consultando distintos archivos para fechar y geolocalizar las conferencias de Borges en Argentina y Uruguay entre 1949 y 1954″.
Desde el comienzo de la pesquisa, sabían que iba a ser difícil encontrar materiales inéditos y borradores de esas conferencias. “Nos enfocamos en otros aspectos que nos posibilitaron su reconstrucción -destaca-. Estudiamos las instituciones que lo alojaron, las redes que facilitaron esos eventos, la cantidad de público, la recepción en los medios. Eso nos dio un panorama de su figura como orador. Los resultados de esta investigación se encuentran alojados en la página del Centro de Estudios y Documentación Jorge Luis Borges y pronto podrán consultados en el libro El habla de Borges que compilé para Eudeba. Llegados a este punto, gracias al diálogo y el trabajo continuado con Balderston, que generosamente compartió con nosotros los escaneos de los cuadernos donados a la Universidad Estatal de Michigan durante la pandemia, constatamos que muchas de las notas allí contenidas eran los apuntes para esas conferencias que veníamos estudiando”.
Ese aporte abrió nuevas líneas de investigación. “Las notas que Borges tomó para apuntar sus investigaciones sobre los temas que disertaría muestran su método de búsqueda y estudio, así como su intención de dejar registro de las fuentes consultadas -destaca-. Hay una marginalia muy rica que nos permite comenzar a reconstruir su ‘biblioteca total’ no ya a partir de suposiciones, sino con evidencia bastante concreta que nos permite, en muchos casos, determinar las ediciones de las obras consultadas”. Los resultados de ese trabajo se darán a conocer en un libro del que participan Blanco, Balderson, Alfredo Alonso Estenoz, Emron Esplin y María Celeste Martín que será publicado por el Borges Center en octubre.
En la misma línea del “Borges orador”, están las clases que dio en Mar del Plata en 1966, que se publicarán en 2025, en el sello Sudamericana, en un libro al cuidado de Blanco y con notas de Álvarez. “De modo que hay un Borges inédito que está saliendo y nos está haciendo repensar muchos aspectos de su vida y obra”, dice la investigadora. “Nuestra idea es poder continuar con este trabajo, ampliando el período a estudiar para poder reunir las conferencias que Borges seguiría dando tanto en nuestro país como en distintos lugares del mundo a partir de la década del 60 y que mostrarían el mapa completo de su carrera como conferencista. Ya que en este momento es difícil contar con el apoyo de los subsidios de los organismos de investigación, vamos a tener que buscar otras maneras de financiar este trabajo para no interrumpir la continuidad de una investigación que deparó muchos hallazgos felices y que ha instalado la necesidad de repensar la obra completa de Borges a partir de su tarea como orador”.
Tras resaltar enfoques como el de Adur y su trabajo sobre un Borges pop y, en redes sociales, los “memes borgeanos” ideados por Alfredo de Jorge, Blanco señala que desde el Departamento de Letras de la Facultad de Humanidades de la UNMdP lanzarán el sábado el concurso “Borges: las olas, el viento y el mar” con el objetivo de premiar la producción de una fotografía original que involucre un texto o varios textos de Borges y su vínculo real o imaginado con la ciudad de Mar del Plata. El jurado contará con especialistas en la obra de Borges, en fotografía y diseño, y tiene el apoyo de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges.
Borges para masas
En opinión de Lucas Adur, una primera renovación de los estudios borgeanos se dio a partir de la década de 1990, con los trabajos de Sarlo, Louis, Balderston, Magdalena Cámpora, Daniel Attala, Sebastián Hernaiz, Carlos García y el belga Robin Lefere, entre otros. “Procuraron restituir la obra a su contexto de producción y circulación, que cada crítico entendía de modos diversos -afirma-. Una segunda renovación, ya en el siglo XXI, tuvo y tiene un importante componente material: la aparición de nuevos documentos que permiten que podamos tener acceso con más precisión a ciertos aspectos de su producción que antes solo podíamos reconstruir muy conjeturalmente. Pienso en el monumental Borges de Adolfo Bioy Casares, la edición de correspondencia y de manuscritos del escritor, el hallazgo de los libros con numerosas anotaciones que dejó en la Biblioteca Nacional, la reconstrucción que llevó a cabo Blanco con su equipo del trabajo de Borges como conferencista y profesor durante el peronismo -indica-. Estos y otros materiales nos permiten constituir nuevos objetos de investigación, releer la obra y considerar aspectos de la figura del autor hasta ahora poco explorados. Todo este material significó un enorme envión para los estudios borgeanos, que hizo florecer nuevos abordajes y grupos de investigación. Lo colectivo me parece otro rasgo a destacar: hay, por decirlo así, más diálogo entre “borgeanos”, y esa es una condición necesaria para construir conocimiento científico”.
“Una faceta que me interesa particularmente y que va ganando lugar es la notable presencia de Borges en la cultura de masas -afirma Adur, que integra la Fundación Internacional Jorge Luis Borges-. El escritor no solo tuvo cierta fascinación por géneros y formas populares como el policial, el cine de gangsters, la ciencia ficción, sino que además este fue un amor correspondido: Borges llegó a ser un ícono pop: se adaptó al cine, al cómic, a la historieta; hay canciones, memes, merchandising y se puede estudiar la relación de su obra y su figura con Mick Jagger, Los Simpson o Black Mirror. Este vínculo que sigue generando nuevas obras es un hermoso ejemplo de la vitalidad del escritor”.
Desde hace cinco años, dirige un grupo en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, que estudia la relación de Borges con la Biblia. “Y con las distintas tradiciones religiosas que le interesaron -acota-. Es un tema fascinante y, si bien ya hay algunos trabajos importantes al respecto, queda muchísimo por explorar”. En 2025, llegará a las librerías una nueva biografía de Borges, escrita por Adur.
Borges transgresor
“La distancia entre Borges y las juventudes es un imaginario falso de toda falsedad, por lo que la idea de pensar un Borges para las nuevas generaciones no parte de ningún preconcepto original -asegura Daniel Mecca, autor de Borges, la gran bestia pop de la literatura argentina-. Pero no solo porque sus temas cobran una fantástica relevancia en la época de las redes sociales y los multiversos de Marvel, sino también porque el autor de El libro de arena lleva dentro de él la materia rockera, la rebeldía contra las estructuras, la inestabilidad de lo dado, la provocación como idea. Borges, como lector y como escritor, tiene la astucia de Saul Goodman, el protagonista de Better Call Saul”.
Sin embargo, la transgresión no es una prerrogativa de la juventud. “El propio Borges escribió sus textos más revolucionarios cuando tenía más de cuarenta años -recuerda Mecca-. La transgresión a los cánones establecidos es el oficio de sienes ardientes que son todo el tesoro. Así, es la propia naturaleza de su literatura la que atraviesa las edades de sus lectores como una máquina de siglos. Borges, como el Álbum Blanco de los Beatles, está sonando mañana”.
El escritor propone un acercamiento a Borges despojado de solemnidad. “Aunque mal no haría un pogo de borgeanos y borgeanas, hay que evitar convertirlo en un hecho religioso o en una ocasión de brindis patriótico -dice Mecca-. Lo peor que podemos hacer es inmovilizarlo, convertirlo en un gesto fijo, una estampita nacional: Borges, como el río de Heráclito, ocurre en el movimiento. Borges es cuántico, una probabilidad sucediendo en los simultáneos tiempos de los lectores”.
Del 12 al 15 de septiembre, se hará la nueva edición del BorgesPalooza, que coordina Mecca. Con sede central en el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires, habrá también actividades en la librería Naesqui y otras virtuales. Ya confirmaron su presencia el mexicano Juan Villoro, Andrés Rieznik, Darío Sztajnszrajber, Ariel Magnus, Alicia Genovese y Alejandro Horowicz; el cierre musical estará a cargo de Lula Bertoldi.
“Decía Borges que los clásicos son aquellos que las generaciones de los hombres, urgidas por diversas razones, leen con previo fervor y con una misteriosa lealtad. Seamos desleales a Borges: no lo leamos con previo fervor y misteriosa lealtad. Que cada uno lo lea como quiera. Y si a alguien no le gusta o le parece muy enrollado o flashero: ¿cuál es el problema? No hay que perder nunca la cuestión del placer, el deseo, de leer. Propongo leer y hacer el magic and mystery tour borgeano, no repetir ideas ajenas. La imaginación se entrena. La mejor forma de salir del laberinto borgeano es entrando”, dice, y concluye: “Nunca mejor dicho: Borges not dead”.
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