José Rodrigues dos Santos: “Cuando atacan a las democracias liberales, atacan al mundo de Spinoza”
En su nueva novela, “El secreto de Spinoza”, el escritor y periodista portugués elige como protagonista nada menos que a “uno de los filósofos más grandes de la humanidad”
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“Los libros contienen ideas y las ideas cambian el mundo”, afirma el protagonista de la nueva novela del escritor y periodista portugués nacido en Mozambique José Rodrigues dos Santos (Beira, 1964), nada menos que Baruch Spinoza (1632-1677), “uno de los filósofos más grandes de la humanidad”, dice el autor de El secreto de Spinoza (Espasa), lanzada en forma conjunta en trece países y que, en Portugal, ya encabeza la lista de best sellers (la anterior, A Mulher do Dragão Vermelho, fue la novela más vendida en 2022 en ese país). “Los editores franceses dicen que cualquier libro con el nombre de Spinoza en la portada asegura un éxito de ventas -revela Dos Santos en diálogo con LA NACION-. Es un filósofo que les dice mucho a las personas y entonces siempre se quiere saber más sobre él”.
En El secreto de Spinoza, que comenzó a escribir el primer día del confinamiento pandémico, en 2020, y concluyó un año después, Dos Santos sigue la vida del pensador neerlandés de origen portugués y judío desde su infancia en la comunidad sefardí hispano-portuguesa en Ámsterdam, donde se lo consideraba un “superdotado”, hasta su muerte, luego de ser desterrado y condenado por “hereje”. “Fue el más importante filósofo hispánico, judío y neerlandés -remarca el autor-. Spinoza creó nuestro mundo. En la Argentina y en Portugal, en América y en Europa, vivimos en el mundo de Spinoza”. Ese mundo, refiere, es el de las democracias y las ideas liberales, “que actualmente están bajo ataque”.
“Normalmente, un filósofo o un científico hace una gran revolución -dice Dos Santos, que desde 1991 conduce el noticiario vespertino Telejornal-. Por ejemplo, Copérnico ha hecho una gran revolución con su teoría heliocéntrica y Einstein ha hecho una revolución con la teoría de la relatividad, pero Spinoza hizo dos grandes revoluciones, y eso es algo excepcional”.
La primera es la culminación del método científico tal como lo conocemos hoy. “Ese método se empezó a desarrollar con Francis Bacon en Inglaterra y con René Descartes en Francia. Ellos sostuvieron que en la naturaleza todo era causa y efecto, una mecánica, y que Dios era la primera causa; también afirmaron que Dios podía cambiar las leyes de la naturaleza y hacer milagros. Spinoza, en su libro Ética, dice: ‘Deus sive natura‘, o sea que Dios es la naturaleza, y que la naturaleza se explica por la naturaleza y que lo sobrenatural no existe. No hay milagros ni cambios de las leyes naturales; lo sobrenatural es solo aquello que aún no entendemos. Toda la ciencia y la tecnología siguen hoy el método finalizado por Spinoza”.
-¿Y la segunda revolución?
-La hizo en el Tratado teológico-político. En su época se pensaba que todas las respuestas para los misterios del universo estaban en la Biblia, que era un texto dictado por Dios. Él demostró que en realidad la Biblia es un texto humano, escrito por humanos para humanos y por razones humanas. Además dice que la función de la Biblia es solo moral y que su verdadero mensaje es “No hagas a los otros lo que no quieres que te hagan a ti”. Todo el resto es comentario. Los religiosos, observó Spinoza, usan la religión para dominar el conocimiento, la ciencia y la sociedad. Spinoza dice: para la religión, la moral; para la ciencia, los científicos, y para la política, los políticos y los ciudadanos. Y agrega que el verdadero objetivo de los Estados es la libertad. Spinoza propone reemplazar la religión tradicional por la razón: la razón es la mejor forma de comprender y gobernar el mundo.
-Es un autor central de la filosofía occidental.
-Fue muy importante para el Siglo de las Luces: Rousseau, Voltaire, Montesquieu. Para Spinoza, los hombres viven en esclavitud, en “servidumbre humana”, como se titula una novela de Somerset Maugham, y deben liberarse. También influyó en los alemanes: Leibniz, con el que mantuvo correspondencia; Fichte, Nietzsche, Schopenhauer, Hegel y el mismo Marx fueron influidos por Spinoza.
-¿Hubo lecturas “aberrantes” de su obra?
-Hubo desarrollos no previstos. A partir de su idea de que la religión era obra humana y no divina, Fichte propuso crear una religión alemana, el culto de la nación alemana. Es el comienzo del nacionalismo. Otros propusieron el culto de lo social, y nació el socialismo. Otros quisieron crear un “socialismo científico”, y así nació el materialismo marxista. Un siglo más tarde en Alemania nacía el nacional-socialismo, “un antisemitismo científico” que se presentaba como la razón de las razones. Pero Spinoza no era nacionalista, ni socialista y mucho menos nazi. Era un liberal, que pensaba que el objetivo de los Estados es la libertad de las personas. Sus ideas fueron muy importantes para el iluminismo en Inglaterra. El padre del liberalismo fue John Locke, pero lo que muchos ignoran es que Locke, antes de escribir sus textos, fue a Ámsterdam y leyó todas las obras de Spinoza. Al volver, no podía citarlo, porque era un autor “maldito” y prohibido. De su Tratado teológico-político la Iglesia católica dijo que era un libro “escrito en el infierno”, o sea que su autor era Satanás. Spinoza no podía ser citado y por ese motivo fue olvidado por mucho tiempo. Los lectores impideron que se lo olvidara.
-¿Sus ideas influyeron en la política?
-Las ideas de Spinoza están hoy en la Constitución de Estados Unidos, en la francesa, y en la mayoría de los países occidentales con democracias liberales. Ese es el mundo de Spinoza y de ahí su importancia.
-Fue muy perseguido por las autoridades religiosas y políticas de su época.
-Él sabía el peligro que corría, porque otros antes que él, como Galileo Galilei, habían sido perseguidos. En la novela comienzo con el castigo a Uriel Da Costa en la sinagoga, porque había puesto en duda algunos pasajes de las Sagradas Escrituras. Cuando entras en ruptura con las ideas de tu tiempo, que es algo muy difícil de hacer, la reacción es muy violenta. Spinoza fue excomulgado de la comunidad ibérica de Ámsterdam y corrió el riesgo de ser asesinado. Eso también pasa hoy, si se desafía las creencias de la época.
-¿Por qué afirma que el mundo de Spinoza está bajo ataque?
-Hoy se ataca al mundo de Spinoza, el mundo de las democracias liberales, de dos maneras. Primero, tenemos el negacionismo de la ciencia. Hay gente que dice que la Tierra es plana o que las vacunas no funcionan. Y también hay un ataque a las democracias liberales, que son creaciones de Spinoza. Rusia manipuló las elecciones estadounidenses para que ganara Donald Trump y, en Inglaterra, el referéndum que desencadenó en el Brexit. Lo mismo pasa con el separatismo en España. La invasión rusa a Ucrania no es solo una guerra entre países, sino entre dictaduras y democracias. Se vive una situación muy similar a la de 1939. La Segunda Guerra Mundial empieza tras el acuerdo entre Hitler y Stalin, que se rompe cuando los nazis quieren invadir Rusia. Hoy se dice que las democracias son débiles y están en decadencia y que hay que crear un nuevo orden mundial. Vladimir Putin y Xi Jinping quieren imponer la ley de la fuerza.
-¿Cómo pueden defenderse las democracias?
-Las democracias son tolerantes: esa es su debilidad pero también es su fuerza. El primer paso es entender lo que pasa. Hace unas semanas empezó la guerra en Israel, que es muy diferente de la guerra en Ucrania, pero está relacionada, porque Hamas está apoyada por Irán, y Rusia en Ucrania está apoyada por China, Corea del Norte e Irán. Estamos como en 1939, con invasiones y conflictos diferentes, pero con alianzas entre diversas dictaduras que atacan las democracias liberales. El propio Benjamin Netanhayu ataca la democracia cuando quiere limitar los poderes de la Corte Suprema, pero Israel es una democracia, no una teocracia como la de Hamas. Cuando atacan a las democracias liberales, están atacando al mundo de Spinoza. En una democracia, la Constitución es más importante que el primer mandatario.
-¿Está trabajando en su próxima novela?
-Ya está terminada y se publicará en octubre del año que viene. Ahora trabajo en una novela que se lanzará en octubre de 2024. Mi metodo es así: hago la investigación y cuando tengo el manuscrito finalizado se lo llevo a un experto en la materia. El secreto de Spinoza lo leyó una especialista en la filosofía spinoziana y un rabino. Y hoy, como todas las noches desde hace 32 años, voy a conducir el Telejornal; soy el conductor más antiguo, pero no el más viejo, de un telediario nocturno en Europa.
-¿Piensa visitar la Argentina?
-En 2024. La Argentina es un país muy importante, con muchos lectores. Ahora están con las elecciones nacionales. Su país tiene una larga historia de caudillos desde Perón en adelante, es decir que es tierra de batalla de las democracias liberales.
Para seguir leyendo
También escrito durante la pandemia, Un amigo judío. Spinoza, maestro de la libertad (Queen Ludd Editora), de la filósofa Leonor Silvestri, retoma las ideas del universo spinoziano para reflexionar sobre el presente y las posibilidades que brinda la soledad (entre otras, zafar de la “sociabilidad envenenada”), debatir con otros autores que escribieron sobre el filósofo judío de origen portugués (Antonio Damasio, Friedrich Nietzsche, Gilles Deleuze) y encontrar en Spinoza un aliado indispensable “para quienes emprenden el exilio de todos los órdenes”. Como Dos Santos, Silvestri escribió el ensayo sobre este solitario filósofo -llamado también Bento, Benito, Benedicto o Benedictus- durante la pandemia.
Además de los conceptos y el particular léxico que el filósofo utiliza en sus obras (escritas en latín, idioma que aprendió cuando ya era adulto), Silvestri retoma algunos momentos de la vida del autor de Ética. “¿Qué otras cosas sabemos de Spinoza? Que lo maldicen. No es una excomunión, es algo mucho peor y muy pocas veces usado, en hebreo, herem. Esta maldición se echó, en todo el judaísmo -en sus más de cinco mil años de tradición- tan solo dieciséis veces. Y el herem que se usó contra Baruch fue el peor de todos los tiempos, porque maldito no era solo él sino cualquiera que se le acercara. Se lo convirtió en un paria, en un muerto en vida, en un desposeído, en un traidor, en alguien a quien no era no solo lícito sino digno asesinar”.
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