José Emilio Burucúa a Cristina Fernández de Kirchner: “Espero su pedido sincero y público de disculpas”
El intelectual, historiador del arte y ensayista escribió una carta abierta a la vicepresidenta por el uso de un avión Skyvan PA-51 como el que empleaban en los “vuelos de la muerte” en un acto político
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Sigue ocasionando críticas el acto en que la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, acompañada por el precandidato a presidente de Unión por la Patria, el actual ministro de Economía Sergio Massa, presentó en la Aeroestación Militar Aeroparque el avión Skyvan PA-51 utilizado para los siniestros “vuelos de la muerte” durante la última dictadura militar y que el Estado nacional compró a un ciudadano estadounidense con el objetivo de exhibirlo en el Museo Sitio de Memoria ESMA.
Al rechazo de la Asociación Madres de Plaza de Mayo a la exhibición de la aeronave en la exESMA y de familiares de detenidos-desaparecidos, como la exsenadora Norma Morandini, a la “banalización” y uso partidario de una tragedia histórica, se sumó hoy una carta del reconocido historiador de arte, ensayista y profesor José Emilio Burucúa, escrita el mismo día del acto, el 26 de junio, y dirigida a la vicepresidenta. “Usted ha propiciado, o al menos aceptado, que quienes padecemos la ausencia de nuestras personas queridas, arrebatadas por la perversidad del Estado nacional en el período 1976-1983, reeditáramos en la imaginación el espanto sufrido por nuestros muertos”, le escribe Burucúa a la vicepresidenta.
La repatriación del avión se logró gracias al fotógrafo italiano Giancarlo Ceraudo, que pasó años buscando aeronaves implicadas en los “vuelos de la muerte”, y a la periodista Miriam Lewin, autora de Skyvan. Aviones, pilotos y archivos secretos. El Skyvan que sirvió de decorado para el acto de campaña del pasado martes fue utilizado para entregar correo en Florida y, más recientemente, para transportar paracaidistas en Arizona. Según contó Lewin, el precio del avión subió cuando el poseedor supo que el Estado argentino quería adquirirlo.
Este lunes participé del acto de recuperación del Skyvan. El avión será trasladado al @espacio_memoria. Se confirmó que la política de Memoria, Verdad y Justicia es una política de Estado. pic.twitter.com/hE7sofxCcK
— Miriam Lewin (@miriamlewindefe) June 27, 2023
Los cuestionables “usos políticos” del pasado son ya una tradición del kirchnerismo. En la carta, que se distribuyó entre los socios del Club Político Argentino y fue publicada hoy en el portal de noticias Nuevos Papeles, Burucúa reprocha a la vicepresidenta su “oportunismo” y compara el acto con “un cachetazo” propinado por ella y los asistentes a los familiares de desaparecidos (como el mismo Burucúa). Morandini lo había definido como “una afrenta contra el dolor y la memoria”.
“No sé si el Skyvan PA-51 debe ser exhibido en la antigua ESMA o no -en los juicios penales, centrarse en el arma homicida es, por otra parte, el recurso favorito de las defensas para evitar que las autoridades se centren en los acusados y en sus motivaciones-, pero creo estar seguro de que hacerlo tras haber sido rehabilitado es algo que está en las antípodas de lo que un museo y un lugar de memoria deberían ser”, se lee en una publicación del escritor Patricio Pron en La Agenda Revista.
En su cuenta de Facebook, la escritora e ilustradora Nora Hilb también criticó el acto. “No puedo parar de llorar. El avión del que tiraban a gente al mar no es un decorado. ¿Qué hace allí, de fondo, en una conferencia de prensa? No pongo la imagen porque me resulta intolerable. Lo siento. Me pasa así”, escribió.
Consultado por este diario, Burucúa indicó que había dicho “todo cuanto quería” en la carta.
La carta de Burucúa
Señora Vicepresidenta de la Nación: hace menos de quince días, tuve la confirmación de que mi único hermano, Luis Martín, fue arrojado desde un avión al Río de la Plata, allí donde vuelca sus aguas en el océano, entre el 14 y el 31 de julio de 1976. No sería caprichoso suponer que el avión exhibido hoy en el acto de campaña de la Unión por la Patria podría ser el aparato, o al menos uno muy parecido, desde el que mi hermano fue lanzado con vida a morir de una forma cruel, solo comparable a los horrores perpetrados por el nazismo u otros totalitarismos del siglo XX. Tengo también derecho a pensar que, al ser Ud. la persona de mayor jerarquía del gobierno nacional presente en la ceremonia, ha de haber aprobado o hasta planificado semejante puesta en escena. En un acto destinado a ensalzar la política democrática de nuestro país como deliberación civilizada y respetuosa entre cuyos propósitos de mayor envergadura moral se cuenta el de apaciguar los dolores que nos ha dejado la tiranía y curar las heridas aún abiertas de nuestra memoria (así lo quería el presidente Alfonsín, refundador de la democracia argentina), Usted ha propiciado, o al menos aceptado, que quienes padecemos la ausencia de nuestras personas queridas, arrebatadas por la perversidad del Estado nacional en el período 1976-1983, reeditáramos en la imaginación el espanto sufrido por nuestros muertos. Los deudos no podemos perdonar los crímenes cometidos, solo las víctimas podrían hacerlo pero han desaparecido. Sí podemos y debemos exigir que nuestras angustias no sean convocadas del modo oportunista en que Ud. lo ha permitido.
Le aseguro que espero, desde este instante, su pedido sincero y público de disculpas, en su calidad de segunda magistrada de la República. Supongo habrá centenares de familiares de desaparecidos quienes comparten el dolor provocado por semejante cachetazo, que Ud. y los asistentes a la ceremonia nos han propinado.
Que Dios la ilumine,
José Emilio Burucúa
DNI 4555665
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