Jorge Fernández Díaz: infancia, periodismo, política y literatura, cuatro pilares de una personalidad destacada de la cultura
Agradecido y muy emocionado, el periodista y escritor Jorge Fernández Díaz recibió este mediodía la distinción de personalidad destacada en el ámbito de la cultura otorgada por la Legislatura porteña. El autor de La traición, entre otras exitosas novelas del género negro, estuvo acompañado por el ensayista Juan José Sebrelli, el ministro de Cultura de la ciudad de Buenos Aires, Enrique Avogadro, y la diputada porteña María Luisa González Estevarena, vicepresidenta 2ª de la Comisión de Cultura de la Legislatura e impulsora del reconocimiento.
En el acto, que fue transmitido en vivo por YouTube, Sebreli hizo un recorrido por la trayectoria periodística y literaria de Fernández Díaz y marcó un paralelismo entre los principales hitos de la carrera del homenajeado y la historia política del país. “Me impactó mucho el esfuerzo de Juan José por estar aquí hoy –dijo el periodista después de recibir la placa y el diploma que lo acredita como personalidad destacada-. Su discurso me toca el corazón y el cerebro. Soy un lector orgulloso de Sebreli. Sus libros me acompañan siempre, junto con los de Borges y los de Sarmiento. Es el pensador salmón, el que siempre fue contra la corriente. Y tuvo que pagar un precio alto por eso. Sebreli se ha levantado contra el progresismo reaccionario antes que yo. Solo soy un mal discípulo”.
Después de aclarar que no había preparado un discurso sino que quería improvisar sobre “las cosas que pienso, que son esenciales a mi obra”, Fernández Díaz agradeció las palabras que le dedicaron Avogadro, la diputada González Estevarena, que dijo que los textos del periodista son “instrumentos de instrucción masiva”, y el diputado Roy Cortina, presidente de la Comisión de Cultura, que aseguró que la distinción votada por la Legislatura en septiembre pasado es “un verdadero acto de justicia”.
Desde el terreno personal, Fernández Díaz rindió un homenaje a la memoria de sus padres, Carmen y Marcial. “Mi madre solo leía las novelitas de Corín Tellado y mi padre, las del oeste. Pero ella me regaló la colección de libros Robin Hood en mi infancia y él me hizo descubrir los grandes clásicos del cine, aunque ninguno de los dos sabíamos que lo eran. Por esos libros y esas películas decidí ser escritor”.
El integrante de la Academia Nacional de Letras contó que se hizo periodista para poder escribir. “Durante cuarenta años, las redacciones fueron una escuela para mí: una escuela de periodismo y también de vida. Los diez años más felices de mi carrera fueron cuando escribía policiales en La Razón vespertina, mientras leía las grandes plumas de la novela negra”.
En el diario de Jacobo Timerman, Fernández Díaz escribió un folletín con un personaje llamado Malbrán (muchos años antes de que creara al inefable Remil, protagonista de su exitosa serie negra) “para poder contar desde la ficción lo que no se podía publicar de ciertos casos o investigaciones”. Aquellas crónicas tuvieron una repercusión inédita entre los lectores y lograron algo que ni el autor había imaginado: que su padre lo llamara, después de años de estar distanciados porque consideraba que al elegir la escritura había optado por la “vagancia”, para preguntarle cómo seguiría la historia de Malbrán. “Se me saltaron las lágrimas. Justo lo que nos había separado fue lo que finalmente nos reunió”, reveló el autor del thriller político con más lectores del país.
Finalmente, Fernández Díaz contó que, hace años, cuando tuvo la oportunidad de escribir una columna política semanal en LA NACION decidió hacer “una apuesta estética”. “Me propuse escribir pequeños ensayos, que me llevan más tiempo y trabajo que dos páginas de una novela. Nunca imaginé que iba a ser un escritor político”.
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