Jorge Fernández Díaz fue distinguido en Rosario con el premio Libertad
El periodista y escritor recibió el reconocimiento de la Fundación Libertad
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ROSARIO.-El periodista y escritor Jorge Fernández Díaz recibió el jueves a la noche en Rosario el premio “libertad” que le otorgó la Fundación Libertad, una distinción que recibieron anteriormente personalidades de la política, la cultura y el periodismo, como el Nobel Mario Vargas Llosa, el exprimer ministro español José María Aznar, Jorge Lanata, Carlos Pagni, Marcelo Longobardi y el diario LA NACION, entre otros.
Fernández Díaz recibió la distinción durante la cena anual de la entidad, que se llevó adelante en uno de los salones del casino City Center, donde participaron más de 500 personas. La Fundación Libertad es una institución que tiene una extensa trayectoria como una de las usinas del pensamiento liberal en América latina. Vargas Llosa está ligado a esta entidad desde hace mucho tiempo, y actualmente es presidente del capítulo en el exterior de la entidad, que se denomina Fundación Internacional para la Libertad.
Gerardo Bongiovanni, presidente de la Fundación Libertad, expuso frente a los invitados los argumentos por los cuales Fernández Díaz recibió la distinción. “Hoy va a pasar a integrar esa lista de prestigiosos nombres que recibieron el premio Libertad el periodista y escritor Jorge Fernández Díaz que todos los domingos escribe sus opiniones en LA NACION y diariamente nos aporta sus análisis, un trabajo que tiene una profundidad inédita en el periodismo argentino”.
Tras recibir el premio Libertad, Fernández Díaz hizo un repaso por su trayectoria y en los orígenes de su pasión por la escritura y el periodismo, a partir de su devoción por la lectura. Una anécdota reflejó la dimensión que para Fernández Díaz adquirió en periodismo en su vida, fue cuando contó que su padre, que consideraba que el periodismo era “un oficio de vagos y bohemios”, lo llamó al diario La Razón, donde el escritor publicaba un folletín policial por capítulos. En ese momento todo tomó otra dimensión, otra relevancia. “Porque mi padre, que nunca se había interesado por mi trabajo, me pidió que le anticipara qué iba a pasar en el próximo capítulo. Era una historia sobre lo que sabíamos de las mafias y no podíamos contar. Mi padre quería saber si el protagonista iba a recuperar el dinero. Le dije que sí. Corté y me fui a llorar al baño”.
Fernández Díaz reflexionó que cuando empezó en el periodismo en 1972, a la edad de 12 años “vivía en otra Argentina”. “Era un país que tenía un tres por ciento de pobreza y el nivel de desigualdad era como el de Dinamarca. Había una clase media, con perdón de la palabra, que era pujante y que venía de la pobreza. ¿En qué creía esa clase media?. Que había límites, en el desarrollo, en poder avanzar. Por eso siempre me hago la misma pregunta: cuándo se jodió la Argentina. Cada uno tendrá su teoría”.
El columnista del diario LA NACION consideró que “la Argentina parece tener dos almas, una cosmopolita, que tiende hacia el mercado, el desarrollo y el progreso. Y hay otra que va hacia el Estado, hacia lo endogámico, a vivir con lo nuestro y hacia lo nacional. Esas son las dos almas de la Argentina. Pero una no puede quedarse con todo el cuerpo, barrer a la otra. Tenemos que encontrar un lugar en el que esas dos almas convivan. Eso se llama democracia. No hay otro sistema, porque las otras formas son imposiciones dictatoriales. Por eso la palabra libertad tiene un valor enorme. No estamos defendiendo una ideología sino la democracia”.
Por último, Fernández Díaz dedicó el premio “a los valores que tenían mis padres, por cómo era aquél país, el bueno, como le digo yo. También se lo dedico a los periodistas para que nunca dejen de estudiar. La realidad es una droga dura que te aleja de las bibliotecas y hay que volver a ellas”.
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