Jorge Fernández Díaz, finalista de un premio en Francia
La traducción al francés de su exitosa novela El puñal competirá por el Violeta Negra con Rosa Montero y Santiago Gamboa
Le gardien de la Joconde, título en francés de la novela El puñal, de Jorge Fernández Díaz, está entre los finalistas del premio Violeta Negra del Festival de Toulouse, junto con libros de otros autores reconocidos como Rosa Montero y Santiago Gamboa. Este premio distingue una novela negra o de intrigas, traducida al francés. El nombre del autor ganador se anunciará en octubre de 2020.
Publicada en la Argentina por Editorial Planeta en 2014, la novela de Fernández Díaz ya había sido nominada en junio de este año al Gran Premio de Literatura Policial 2019, de Francia, el mayor reconocimiento internacional a los libros de género policial.
Éxito de ventas, al igual que La herida, su continuación, El puñal es una ficción en la que conviven los temas preferidos de Fernández Díaz: la política y el amor. Según Arturo Pérez-Reverte, se trata de una novela "dura, negra, violenta, desencantada y apasionante novela. El puñal es tan argentina que estremece".
"Este doble reconocimiento de los críticos y escritores franceses a las peripecias de Remil se lo debo en gran parte a la exquisita traducción de @AmandinePy", escribió Fernández Díaz en su cuenta de Twitter el viernes, cuando se anunció la nominación al premio Violeta Negra; noticia que el autor recibió con "gran alegría".
Fernández Díaz presentó la edición francesa de El puñal, publicada por la editorial Actes Sud, en febrero pasado, en el marco de una gira por Europa. En Francia, declaró que la operación literaria planteada tanto en El puñal como en su secuela "es tratar de contar la jungla de asfalto mientras se despliega un enigma".
"Se trata de un entramado mafioso donde hay un vínculo secreto entre los políticos, los sindicalistas, los mafiosos, los narcos y los barrabravas que giran alrededor del Estado. Cada suceso que ocurre en la novela, tiene su equivalente en la realidad", explicó el novelista. Además, admitió que siempre ha procurado "colocarle a Remil experiencias personales y emocionalidad propia, como la obsesión amorosa".