Jeff Koons: "Los juicios alienan y segregan; todo es perfecto tal cual es"
El estadounidense, famoso por ser el artista vivo más caro del mundo, habla de trascendencia y autoaceptación; por primera vez en la Argentina, presentará hoy en la explanada del Malba su Ballerina
Jeff Koons llega caminando despacio al Malba acompañado por Eduardo Costantini, el hombre que en 2012 pagó 14 millones de dólares por dos de sus esculturas. Una de ellas, Ballerina, permanece oculta detrás de una pared, en la explanada del Museo de Arte Latinoa-mericano de Buenos Aires, donde hoy se presentará al público por primera vez. Aquí se quedará hasta el 7 de septiembre y su destino final será el Oceana Bal Harbour, en Miami, un condominio de lujo impulsado por el empresario argentino.
Ballerina parece delicada pero mide más de dos metros y pesa 1543 kilos. Llegó hasta aquí desde Fráncfort, donde 100 expertos colaboraron en su creación. El preciado objeto de superficie espejada nació en uno de los tres talleres de Koons; en Nueva York y en Pensilvania trabajan para él otras 200 personas.
Más allá de los estrictos requisitos legales para usar sus fotos, nada en la actitud serena y amable de este artista de 61 años, que escucha a Led Zeppelin y tiene ocho hijos y tres nietas, demuestra que es el artista vivo con la obra más cara vendida en una subasta: Balloon Dog (Orange), un perro de acero inoxidable que evoca los que suelen hacer los payasos con globos, fue rematada en Christie's en 2013 por 58,4 millones de dólares.
Se dice sobre él, entre muchas otras cosas que alimentan la polémica sobre su trabajo desde la década de 1980, que es el Andy Warhol contemporáneo. También se lo ha comparado con Marcel Duchamp, padre de los ready made, objetos cotidianos convertidos en arte al cambiarlos de contexto. Ex agente de bolsa, Koons ha demostrado tener cintura para moverse en todos los ámbitos. Une lo tradicional con lo contemporáneo, el arte y el mercado, lo conceptual con el pop y el kitsch. Y, a la vez, evoca temas profundos, como el deseo de trascendencia, la búsqueda del placer y la belleza. En su reciente colaboración con Lady Gaga, para quien diseñó la tapa del disco Artpop, presenta a la cantante como la Venus de Botticelli. Una de las obras más provocativas que realizó con su ex esposa, Ilona Staller (la Cicciolina), evoca según Koons Elorigen del mundo, de Gustave Courbet.
La elegante y delicada Ballerina que ahora presenta en el Malba, inspirada en una porcelana antigua, poco tiene que ver con aquellas obras de los años 90 en las que se podía ver a Koons teniendo relaciones sexuales con su mujer. El matrimonio no terminó bien, y Koons estuvo muchos años sin poder ver a Ludwig, el hijo de ambos, que hoy tiene 23 años. Desde entonces, el artista impulsa el Koons Family Institute, destinado a combatir la explotación infantil.
-Ha dicho que el arte es una forma de comunicación y que usa al público como un ready made. ¿En qué sentido?
-Para mí lo más relevante sobre el arte es el diálogo con uno mismo. Una vez que aprendés a aceptarte, sos capaz de aceptar a otros. Creo obras de arte que provienen del mundo cotidiano. Las pienso como objetos ready made que el público probablemente considerará familiares. Los elijo como una metáfora de autoaceptación y la aceptación de los demás.
-También se ha definido como un mensajero. ¿Cuál sería el mensaje de su obra?
-Disfrutar la vida e intentar alcanzar el propio potencial. Originalmente el arte se me presentó como una actividad que tenía que ver con reflejar algo en forma realista. Pero a medida que empecé a tomar lecciones de historia del arte, me volví muy consciente de que el arte es un vehículo que te conecta con las demás disciplinas humanas. Si te enfocás en tus intereses, te lleva a un lugar muy metafísico, donde te conectás con el universo del vocabulario. El tiempo y el espacio se expanden y sos capaz de conectar con otra gente. El sentido de la vida, qué es importante para nosotros, qué es arquetípico.
-Los mitos son muy importantes en su trabajo... ¿Piensa que eso es parte del éxito de su obra?
-Experimento trascendencia a través del arte, me siento más vasto, encuentro más interés en la vida, entiendo las libertades que tengo como individuo para experimentarla, y siempre busco una conciencia mayor. Para mí los mitos son una representación de este tipo de conectividad. Sentir la esencia de la trascendencia y conectarse con un poder mayor. Sentir las posibilidades de la transformación.
-Ha dicho que lo más shockeante es ser honesto y auténtico.
-Pienso que ser honesto, ser verdadero, es lo que va a shockear al público. Si alguien intenta shockear, no tiene relevancia. Si los artistas jóvenes quieren hacer obras con la intención de provocar, eso va durar muy poco tiempo. No va a penetrar en la sociedad. Pero si los individuos son honestos y persiguen sus intereses, eso siempre es shockeante, porque es directo. Es refrescante. El arte tiene el poder de llevarte a un mayor nivel de conciencia. Tiene la capacidad de revelar cuál es nuestro potencial como seres humanos.
-Muchos de sus trabajos están inspirados en la historia del arte. ¿Por qué?
-La conexión es conciencia. Y los artistas siempre citan a otros artistas porque son una familia. Es como los genes y el ADN, que toman referencias de otras cosas. Como individuos hacemos referencias a las cosas. Soy una persona diferente después de haber visto la obra de Manet. Y Manet es una persona diferente por haber visto El juicio de París, de Marcantonio Raimondi, y Rubens fue una persona diferente por haber visto La batalla de Anghiari, de Leonardo da Vinci. Es la riqueza de la vida en comunidad: las posibilidades se expanden.
-Mucha gente lo ayuda a crear sus obras. ¿Qué piensa del artista como curador de imágenes en lugar del artista como artesano?
-He sido un artista desde que tenía 3 años. Mis padres me estimulaban cuando me veían haciendo un dibujo. Empecé a tomar clases a los 7 años. Fui al Colegio de Arte de Maryland y al Instituto de Arte de Chicago, gané premios en todas las escuelas, siempre fui pintor. Mi padre me enseñó desde muy pequeño que si tenés visión, podés lograr lo que quieras. Es lo mismo en el arte: si tenés visión, podés lograr algo. Y si no tenés visión, no vas a ningún lado. En los años 80 y 90 tenía uno o dos asistentes. Aprendí que si yo me comunicaba y creaba sistemas que la gente pudiera seguir, sería capaz de controlar cada gesto. Me dio la habilidad para hacer en forma simultánea esculturas y pinturas detalladas. Y en lugar de hacer un trabajo al año, pude hacer cinco.
-Algunos críticos lo comparan con Duchamp y Warhol. ¿Qué opina de esto?
-Me honra, porque son grandes artistas. El trabajo de Duchamp, para mí, es la fundación del arte pop. El ready made es hermoso y da vuelta todo al tomar un objeto ordinario y presentarlo como arte. Pero hay una historia más amplia del ready made que se remonta a la Antigüedad. Había cosas accesibles que podías adaptar, como una parte rota de un templo que ponías arriba de tu puerta. Lo importante es estar abierto a jugar con todas las experiencias de vida. No me gusta hacer juicios. La gente habla sobre el desarrollo de la vida intelectual, pero los juicios alienan y segregan. Todo es perfecto tal cual es. Cuanto más esté en juego, más libertad tenés y te acercás a la conciencia total, porque se disuelve la ansiedad. Cuando segregás, creás ansiedad. Cuando practicás tener todo en juego, las cosas se vuelven pronto muy metafísicas.
-Solía trabajar como agente de bolsa para no tener que depender del mercado de arte para hacer su obra. ¿Qué opina de los precios tan altos que se pagan por el arte contemporáneo?
-Fui criado para ser muy independiente. Mi padre tenía una tienda de muebles en la que interactuaba con el público. Mis abuelos y mis tíos también eran comerciantes. Así que aprendí a ser autosuficiente. Iba de puerta en puerta vendiendo papeles de regalo, caramelos... Convertirme en agente de bolsa fue sólo una manera de tener dinero suficiente para hacer las obras que quería. Si hubiera sido pintor de casas, no lo podría haber hecho. El verdadero valor del arte es de qué manera transforma tu vida. Eso es lo realmente lujoso; la parte económica es una abstracción completa.
-¿Piensa que a la gente le gusta más una obra de arte sólo porque es cara?
-Depende del nivel de compromiso del espectador. Alguna gente que no se abre a la experiencia del arte se va a basar en información superficial. Pero el que se abre a la experiencia, en realidad se está abriendo a su propio potencial como ser humano. Una obra de arte sólo es relevante si enfrenta al expectador con sus propias posibilidades. No hay grandeza en el objeto.
-¿Puede una obra de arte funcionar como un fetiche?
-Sí. Para mí un fetiche es un círculo cerrado, un perro que persigue su propia cola. Las artesanías son fetiches. Creo en usar la habilidad para demostrarle al espectador que lo respetás y querés crear una experiencia abstracta y una suspensión del juicio.
-¿Por qué sus obras están pulidas como espejos? ¿Se relaciona con la vanidad contemporánea?
-Me interesa más la filosofía del ego. Para los objetos inorgánicos, la reproducción proviene del reflejo. Me encanta la abstracción del reflejo. Si observás en la filosofía, probablemente la palabra más usada es "reflejo". Es sobre la contemplación, el ser consciente de dónde estás en el universo, la afirmación. Y una vez que alguien se siente afirmado, entonces, puede salir de sí mismo. Pero nunca entendí el narcisismo.
De Warhol y Duchamp a Lady Gaga
Maestros
Se compara a Koons con Duchamp y Warhol, porque transforma en arte objetos de uso popular. Se lo relaciona incluso con Miguel Ángel, por sus equipos de cientos de colaboradores
Música
"En un segundo soy un Koons y de repente el Koons soy yo", escribió Lady Gaga en "Applause", canción del álbum Artpop, cuya tapa fue diseñada por el artista. Él dice escuchar Led Zeppelin; la banda Momus compuso un tema inspirado en su trabajo
Para agendar
Hoy, desde las 11.45, habrá una conversación entre Jeff Koons y Agustín Pérez Rubio que se podrá seguir por streaming. (http://www.youtube.com/user/museomalba/live)