Jazz en zapatillas y encuentros con clubes de lectores: la semana de Murakami en Asturias
Aunque el Nobel le sigue siendo esquivo, el escritor japonés recibirá mañana otro importante galardón en España, donde lleva días de una agenda de actividades sin running
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MADRID.- La ciudad que dormía la siesta, Vetusta, como llamó Leopoldo “Alas” Clarín a Oviedo, se sacude desde hace una semana al ritmo del jazz. Diversos conciertos han rendido homenaje y continuarán celebrando el premio Princesa de Asturias de las Letras a Haruki Murakami (Kioto, 1949). El autor japonés participa de varias actividades junto con sus lectores antes de pronunciar su discurso de agradecimiento mañana ante los Reyes de España y de la princesa de Asturias, doña Leonor.
Murakami se reunió ayer con miembros de 93 clubes de lectura de las excelentes bibliotecas públicas con las que cuenta Asturias. En el elegante Teatro Jovellanos, tras haber estudiado la obra de Murakami, sus fieles dialogaron con el escritor en un encuentro moderado por la periodista y escritora Berna González Harbour. La sala estaba repleta y mil personas acudieron a la cita. Murakami, 74 años, en zapatillas, lamentó que durante esta semana no pudiera seguir con su rutina aeróbica, pero manifestó que disfrutará cada momento de su estancia en Asturias. El autor rechazó la idea de la crítica que lo ubica como exponente del realismo mágico japonés: “Me gustan autores como García Márquez, pero no me gustan los ismos. Así que más que realismo mágico creo que hago murakamismo. No tengo maestros, ni discípulos. Soy solo yo. Es mi negocio”, ha concluido.
Hoy el escritor se reunirá con alumnos de secundarios asturianos: “Basándose en su relato «Tony Takitani» y la idea que lo originó, se propuso a los estudiantes que se inspirasen en la colección de camisetas de Murakami para escribir un cuento y que, además de esa historia, compartan con el público el elemento de la prenda de la que surgió y la imagen de esta”, explicaba hoy la organización.
Haruki Murakami, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2023, a su llegada al Hotel de la Reconquista de Oviedo.
— Premios Princesa de Asturias (@fpa) October 16, 2023
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Murakami arribó a Oviedo el lunes, un día lluvioso, y pronto se refugió en el Hotel Reconquista. Tal como decidiera Meryl Streep, otra de las estrellas de esta edición, ganadora del Premio Princesa de Asturias de las Artes, el autor no brindará una conferencia de prensa. Sin embargo, ambos se mantuvieron activos, con la agenda que propone la organización que los distingue, pero alejados de los medios de comunicación. Ayer por la tarde, Murakami brindó algunas declaraciones para la agencia EFE. “Mi cabeza está llena de fallos y yo escribo con esa cabeza. Si un ordenador tuviera tantos fallos como tengo en mi cabeza, se podría romper”, dijo y le quitó importancia al avance de la Inteligencia Artificial.
Antes incluso de que hubiera arribado a la ciudad asturiana músicos locales le rinden tributo a través del jazz y del blues. Por ejemplo, el pianista Jacobo de Miguel interpretó algunas de las piezas mencionadas en la novela Baila, baila, baila, y otra velada, las de 1Q84, mientras que el pianista César Latorre ejecutó composiciones que el autor menciona en After Dark. Entre estos eventos, curados con pasión, se destacaron la representación de la compañía De viva voz, y El funeral de Naoko, inspirado en un fragmento de Tokio Blues. Dos amigos recuerdan a la joven Naoko sin tristeza y lo hacen bebiendo vino y ejecutando temas de The Beatles. El guitarrista Marco Martínez y las cantantes Carmen Lancho, Lara Hoevenaar y Miryam Latrece participaron de esta recreación de la novela. También en la previa del arribo de Murakami a España su traductor al español Juan Francisco González moderó una conversación donde el argentino Rodrigo Fresán, la traductora Lourdes Porta y la editora Ana Esteban abordaron la obra del escritor.
El edificio de Tabacalera, en Gijón, recibe varias instalaciones en homenaje a Murakami, como la recreación de Peter Cat, el club de jazz que regenteaba el escritor. “Mis libros están en manos de muchas personas de todo el mundo, por lo que es inevitable sentir una gran alegría como escritor de novelas. Y también me hace muchísima ilusión poder visitar de nuevo su precioso país, España, de donde tengo agradables recuerdos”, había dicho cuando fue notificado de la distinción, en mayo pasado. Esta es la tercera vez que el escritor visita España donde ha viajado para recoger el Premio Princesa de Asturias, un galardón que lo reconoce entre el firmamento de autores, a diferencia aún del Premio Nobel, que le ha sido esquivo. Le otorga además una recompensa de 50 mil euros.
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