Jaime Bayly se ríe con ironía de Nicolás Márquez, el biógrafo y amigo de Milei: “Ha dicho que me queda poca vida”
El escritor y periodista peruano respondió en un video a las declaraciones homofóbicas del autor de “Milei, la revolución que no vieron venir”; con ironía, dijo que “de haberlo sabido, habría tratado con más empeño, con más ahínco, esto de ser heterosexual”
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En un video publicado en su canal de YouTube, el escritor y periodista peruano Jaime Bayly se refirió con ironía a las declaraciones sobre la homosexualidad hechas por el abogado libertario Nicolás Márquez, amigo del Presidente argentino y coautor con Marcelo Duclos de la biografía Milei, la revolución que no vieron venir (Hojas del Sur). El video de Bayly es hasta ahora una de las respuestas más originales y divertidas ante las declaraciones de Márquez, que ocasionaron gran rechazo e indignación en un sector de la sociedad.
La semana pasada, en una entrevista con el periodista Ernesto Tenembaum y Gustavo Grabia en Radio con Vos, Márquez había afirmado que la homosexualidad era una “conducta insana y autodestructiva” y que los homosexuales vivían “veinticinco años promedio menos que una persona heterosexual” y que tenían “siete veces mayor propensión a las drogas y catorce veces mayor propensión al suicidio”. Acotó además que los homosexuales tenían “cuatro veces mayor propensión al tabaquismo y cuatro veces propensión mayor al alcoholismo” y que la homofobia no existía. Evaluó que el “derecho a intimar” de las personas con quien quisieran era una “conquista de la derecha liberal, no de la izquierda”.
Ayer, Bayly recogió el guante y, ataviado con un sombrero de ala corta y vestido de gris, le respondió a Márquez con un fingido tono apesadumbrado. En el video, titulado cómica y melodramáticamente “Según un amigo de Milei me queda poca vida”, además de asociar el nombre del libertario con los ancestros del Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, les informa a sus seres queridos que, según los cálculos de Márquez, morirá pronto y que deberá empezar a reescribir su testamento. En la imagen de portada del video se ve una lápida con la inscripción “Bisexual”.
“Yo estoy jodido -comienza el autor de No se lo digas a nadie-. Oficialmente estoy jodido. Me queda poca vida. Voy a morir este año. Voy a morir el próximo año. Estoy resignado a ello. Me han dado esa mala noticia. Y eso que todavía no he cumplido sesenta. ¿Quién me ha dicho que me queda poca vida, que me voy a morir en los próximos meses o el próximo año? No me lo ha dicho un médico. No me lo ha dicho una vidente, una adivina. ¿Una pitonisa? No. ¿Me lo ha dicho un predicador religioso con la intención de salvar mi alma? No, tampoco. ¿Quién me ha dicho entonces que me estoy muriendo? Me lo ha dicho un amigo de Milei, un amigo del presidente argentino”.
“¿Es escritor este caballero?”, se pregunta Bayly. “Yo no he leído nada de él -admite a continuación-. Se apellida Márquez. Se llama Nicolás Márquez. Como se llamaba curiosamente el abuelo materno de Gabriel García Márquez, cuya novela En agosto nos vemos estoy leyendo. Ayer leí el primer capítulo y me gustó mucho. Me sorprendió, pero eso es otro despacho. Esa es otra historia”.
“Entonces Márquez, escritor argentino, amigo cercano de Milei, biógrafo de Milei, estos días en Buenos Aires, en la Feria del Libro, está presentando una biografía del león libertario -acota en referencia al libro que se presenta hoy en La Rural-. Ha dicho que me queda poca vida. Que no voy a llegar a los ochenta años de ninguna manera. Y a los setenta tampoco. Él cree que me voy a morir veinticinco años antes de lo que me hubiera muerto si yo hubiera sido completamente heterosexual. Joder. De haberlo sabido habría tratado con más empeño, con más ahínco, esto de ser heterosexual”.
Bayly, como contó también en tono satírico en una columna de opinión publicada en LA NACION, se asume como bisexual. “Yo traté denodadamente en ser gay, completamente gay -afirma en su video de despedida-. Gay químicamente puro, de laboratorio, sin dudas ni murmuraciones. Pero también fracasé. Entonces soy bisexual porque me gustan mucho las mujeres y me gusta muchísimo mi mujer, Silvia. Vivo muy enamorado de ella. Cuando la veo desnuda pienso ‘Wow, ¡qué bella es! ¡Qué suerte la mía! Me he ganado la lotería’”.
Luego de afirmar que no le guarda rencor al libertario, se pregunta cómo llegó este a las conclusiones difundidas en el programa radial. “Habrá hecho sus investigaciones, habrá hecho encuestas -supone el escritor-. ¿No habrá trabajado en hospitales, en clínicas, habrá visitado a familiares de gays y lesbianas y bisexuales fallecidos? Yo no sé. No sé cómo él llega a esta escalofriante conclusión. Su conclusión es que si eres gay, estás jodido: te vas a morir veinticinco años antes que si fueras heterosexual. Si eres lesbiana, lo mismo estás frita. Estás condenada”. Y agrega: “Yo creo que Márquez es una fuente confiable”. La “videodespedida” dura dieciséis minutos.
“Entonces yo he vivido una vida insana o malsana, o nada sana, insana, porque he tenido un par de novios y como he vivido esa vida insana o malsana, o nada sana, he vivido una vida autodestructiva -sigue el peruano-. O sea, me he hecho daño, me he flagelado, he perjudicado seriamente mi salud y he rebajado mi expectativa de vida. Cada vez que yo besaba a mi novio, al clandestino torturado o al otro, yo me estaba restando meses de vida. Cada vez que nos apareábamos, nos friccionábamos, nos rozábamos, nos coludimos estaba yo robándome meses y acaso años de vida”.
“Yo voy a tratar de refutar su tesis de que yo, por insano y autodestructivo, me voy a morir prontito -dice-. Voy a tratar de refutar su tesis. No, si es verdad. Y me duele aceptarlo porque en cierto modo le estoy dando la razón. Es verdad que los siete años más gays de mi vida, por así decirlo, que corrieron más o menos entre 2002 y 2009. ¿Por qué digo que fueron los siete años más gays de mi vida? Porque tenía oficialmente un novio. Ese novio vivía en Buenos Aires, pero a veces vivía aquí. Venía aquí a Miami. Y entonces fueron los años más felices de mi vida. A veces muy, muy a hurtadillas, podía tener por aquí o por allá una aventurilla con una chica y mi novio creo que no se enteraba. Pero esos años, los siete años más gays de mi vida reconozco que me sentí muy, jodidamente, muy mal. Y entonces me diría Márquez: ‘Ves, yo tengo razón, estaba llevando una vida insana o malsana, te habías entregado a la homosexualidad, que es una conducta profundamente autodestructiva’”.
“Esto es lo que hay -concluye Bayly-. Así que este videíto tiene ese sabor a despedida. Y ya les iré contando los próximos días cómo voy a reescribir y reactualizar mi testamento. Pero, por supuesto, tengo que cuidar el futuro de mi hija menor, el futuro de mis hijas mayores ya lo he cuidado. Ya les he pagado la educación, los mejores colegios privados, las mejores universidades privadas, una carrera, dos carreras, camionetas y viajes. Entonces tengo que ser igualmente justo con mi hija menor. Así que de momento esto es lo que quería reportar. Me queda poca vida y quien lo afirma es un señor argentino de apellido Márquez, que ha visto mi muerte y no duda en anunciárselo al mundo. Y yo no la veo todavía, pero desgraciadamente le creo al tal Márquez”.
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