Jacques Derrida: 5 libros para conocer al filósofo, que hoy cumpliría 90 años
Se cumplen 90 años del nacimiento de Jacques Derrida (1930-2004), el filósofo francés de origen argelino que, con su pensamiento, expresado en una escritura singular, transformó la filosofía contemporánea. "La condición de argelino, de extranjero de una excolonia en el país imperial, y de judío, no ha sido, para la vida de Jacques Derrida, un elemento sin significado –escribe la profesora e investigadora Gabriela Balcarce en Derrida (Galerna), recomendable introducción a la obra del filósofo–. Por el contrario, el itinerario personal de este autor comienza y se enraíza en las vivencias ocasionadas por ser diferente frente a la universidad francesa, frente a una sociedad europea antisemita. La exclusión, la segregación, son para Derrida preocupaciones centrales de su pensamiento, y constituyen, quizás, el soporte vital de una revuelta que, no obstante, fue mucho más que el mero repudio a las políticas de la tolerancia y de la inclusión". Para Derrida, la tolerancia debía ser reemplazada por una "hospitalidad absoluta". Su preocupación por el otro (ya sea bajo la forma del extranjero, el espectro, el diferente, el huésped) imprime, en tiempos de exclusiones simbólicas y concretas, una vigencia radical.
Una teoría de la lectura
Con la deconstrucción, que podría considerarse un método más que un sistema conceptual, Derrida se propuso leer a contrapelo la historia de la filosofía occidental, asumida a ciegas como una teología. Mediante un glosario de neologismos (différance, ontoteología, falogocentrismo, archiescritura, fantología), sembró de incertidumbre las formas tradicionales de pensar no solo el mundo sino también el pensamiento.
"Hace algunos años, impulsada por el feminismo, la palabra deconstrucción ha empezado a ser de uso corriente –dice el investigador y docente Emmanuel Biset, autor de Violencia, justicia y política: una lectura de Jacques Derrida (Eduvim)–. Se escucha en los medios, se usa en las redes, aparece en las conversaciones, se trabaja en clases. Varias décadas después de su surgimiento en el ámbito de la teoría francesa vinculada a Mayo del 68, parece que la palabra ha adquirido ciudadanía política". Para Biset, ese concepto que insinúa un sentido no del todo claro, impertinente, designa una potencia política. "La deconstrucción fue por mucho tiempo, y lo sigue siendo, un modo de entender en la academia eso que se llama lectura –agrega–. Una teoría de la lectura. Pero la lectura no se circunscribe a una institución ni a una disciplina. Leer no significa estar alfabetizado, comprender un texto, poder reconstruir el sentido de un libro. Significa algo más difícil: una tarea que inscribe la diferencia entre una estructura y una singularidad. Estamos atravesados por múltiples capas de sentidos y ausencias de sentido, por lenguas que nos hablan antes de nacer, por estructuras que establecen jerarquías de clases, de géneros, de razas. Y, a pesar de ello, es posible una diferencia, un hiato entre todo eso y una singularidad que emerge".
Nicolás González Varela, ensayista argentino residente en España, recuerda que el primer deseo de Derrida no lo llevó a la filosofía sino a la literatura. "Más bien hacia algo que la literatura acoge mejor que la filosofía", afirmó Derrida en Posiciones. "¿Qué es ese ‘algo’, esa misteriosa excedencia? –se pregunta González Varela–. La indicación es que practicar filosofía es rehuir de la filosofía, superar su orden y envoltura, contra-ponerla, tacharla. Incluso odiarla. Pero nunca lo hará sin ella. En Derrida el Stimmung (estado de ánimo) precede nocturnamente a la deconstrucción". Para el autor de Heidegger: nazismo y política del ser, en la obra derrideana germina el secreto.
Cinco libros (y un bonus track) para conocer a Derrida
Márgenes de la filosofía (1972)
En 1967, con la publicación de tres libros en forma casi simultánea Derrida inició su revuelta filosófica. Esos títulos fueron La voz y el fenómeno, La escritura y la diferencia y De la gramatología. En 1972, presentó otro título clave. "Para entrar en su obra recomiendo Márgenes de la filosofía -dice González Varela-. Todavía no está sepultado por las sucesivas capas postestructuralistas. Tiene el ensayo 'La Diffèrance' (con el célebre inicio: 'Hablaré, pues, de una letra'), uno sobre Heidegger, otro sobre Hegel, su gran némesis; y el antihumanismo programático de la posmodernidad, 'Los fines del hombre'. Acompañaría esto con sus jugosas entrevistas, como un compañero de ruta para no perderse y establecer el horizonte".
Posiciones (1977)
"Estas tres entrevistas, las únicas en las que he participado nunca, conciernen a algunas publicaciones en curso –señala Derrida en el prólogo de este volumen–. Son sin duda, tanto por parte de mis interlocutores como por la mía propia, el gesto de una interpretación activa. Determinada, datada, son también la lectura de un trabajo en el que me encuentro comprometido: que no me es menos propio por no detenerse aquí. Esta situación se puede también leer en ellas". Los interlocutores de este volumen de entrevistas al filósofo son Julia Kristeva, Henri Ronse, Jean-Louis Houdebine y Guy Scarpetta. Con estos últimos, se explaya sobre los núcleos de La diseminación (1972), la crítica deconstructiva del idealismo y la "mitología blanca" acerca de la escritura: "Me he interesado a veces en el gesto por el que la filosofía excluía a la escritura de su campo o del campo de la racionalidad científica, para mantenerla en un espacio exterior que tomaba, a veces, la forma del mito".
Psyché. Invenciones del otro (1987)
Esta miscelánea reúne casi todos los textos de Derrida que no aparecieron en libros, sino en volúmenes colectivos, actas de congresos y revistas. Fue publicado en el país en 2017, por el sello La Cebra, con traducciones de especialistas en su obra, como Mónica Cragnolini (autora de Por amor a Derrida), Patricio Peñalver y Cristina de Peretti. Además del ensayo que da título al volumen y de otros sobre Roland Barthes, Gustave Flaubert, Martin Heidegger y la "Carta a un amigo japonés", se incluye el célebre texto "Admiración de Nelson Mandela o las leyes de la reflexión", de 1986. "Un jurista es un experto del respeto o de la admiración -escribe-, se juzga o se presta al juicio con un valor agregado". Derrida bregó por la libertad de Mandela y en contra del apartheid sudafricano.
Espectros de Marx (1993)
Publicado en plena era del "fin de la historia" postulado por el adalid de la democracia (neo)liberal Francis Fukuyama, y cuando la obra de Derrida había alcanzado su apogeo en las universidades estadounidenses, este libro subtitulado El estado de la deuda, el trabajo del duelo y la nueva internacional, contextualiza y reivindica el pensamiento de Karl Marx. Explicita además los ejes de la "fantología", es decir, el modo en que los espectros siguen asediando la historia sin estar presentes, al mismo tiempo que insinúa un exorcismo para el conjuro capitalista. "Pues, lejos de que haya que renunciar al deseo emancipatorio, hay que empeñarse en él más que nunca, al parecer. Como aquello que, por lo demás, es lo indestructible mismo del 'es preciso'. Esa es la condición de una repolitización, tal vez de otro concepto de lo político", arriesga el filósofo.
¿Y mañana qué? (2003)
Al estilo de los diálogos filosóficos, esta obra recupera el encuentro entre Derrida y la historiadora y psicoanalista francesa Élisabeth Roudinesco. Ambos discurren sobre la herencia intelectual de la década de 1970, el etnocentrismo, las transformaciones de la familia, la libertad, el "antisemitismo venidero", el espíritu revolucionario (otra vez los fantasmas), el aborto, la pena de muerte (Derrida se expresó en contra de ella en varias ocasiones), el "paternalocentrismo", la influencia de Jacques Lacan y el porvenir. "No puedo erradicar, extirpar las raíces de la violencia para con los animales, la injuria, el racismo, el antisemitismo, etcétera, pero so pretexto de que no puedo erradicarlos, tampoco quiero dejar que se desarrollen salvajemente", reflexiona Derrida en el capítulo dedicado a las violencias contra los animales.
Tres años con Derrida (2010)
Entre agosto de 2007 y julio de 2010, Benoît Peeters escribió un diario en el que registró el proceso de escritura de su monumental biografía Derrida, publicada en español por Fondo de Cultura Económica. Subtitulado Los cuadernos de un biógrafo, detalla día a día los pasos de Peeters para encarar su trabajo. "Esta mañana se me ha ocurrido una nueva idea -anota el 30 de agosto de 2007-. Escribir el 'diario de una biografía', desde la primera idea hasta el manuscrito definitivo. Y hacer con ello un libro que saldrá al mismo tiempo que la biografía misma. Se tratará, día a día, de la historia del deseo del proyecto y de las primeras aproximaciones, luego de las entrevistas, lecturas, investigaciones y escritura. Los entusiasmos y las decepciones. La evolución de mis sentimientos hacia Derrida, durante estos dos años. Será también, desde luego, un conjunto de reflexiones sobre la biografía como género". El autor también retrata a la psicoanalista Marguerite Aucouturier, pareja de Derrida, que falleció en marzo de este año. "Encanto, dulzura y vivacidad de Marguerite", se lee en la entrada del 19 de noviembre de 2007. La versión local, de Ubu Ediciones,fue traducida por Vicenç Tuset y lleva un prólogo del profesor e investigador rosarino Alberto Giordano.
Para agendar
Hoy, a las 14, en el canal de YouTube de Instantes y Azares se realizará un homenaje a Jacques Derrida. Participarán expositores de España, como Cristina de Peretti, Marta Segarra y Laura Llevadot; de la Argentina, con Mónica Cragnolini, Emmanuel Biset, Gabriela Balcarce y Analía Gerbaudo, y de Chile, como Iván Trujillo, Miriam Jerade y Mauro Senatore, entre otros. Clic aquí.
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