Jacobo Siruela: "El libro es perfecto tecnológicamente"
Hijo de la duquesa de Alba, fundó la editorial Siruela y, recluido en Cataluña, dirige Atalanta
MADRID.- ¿Cómo se educa el gusto de leer?
-El tiempo educa el gusto Empecé a leer a los 15 años. En la adolescencia el gusto es muy erróneo, errático, devoras todo. Para mí empezó a cambiar cuando descubrí a Borges.
-Nada menos.
-Fue mi guía a los 18 años cuando yo estaba muy perdido; leía a los de la generación del 98.
-Y lo guió Borges, un ciego.
-Un sabio. ¡Homero también era ciego!
-Nació como editor en la España de los años ochenta. ¿Fue la Transición el desastre que dicen?
-Evidentemente, no. Hemos progresado muchísimo. También es decepcionante que detrás de la retórica haya salido ese rostro corrupto que hay que transmutar.
-¿Qué le perturba más de lo que ocurre?
-La corrupción es de una tosquedad insultante. Hay algo esencialmente pícaro en España. Tampoco vamos a ser tan ingenuos de creer que porque llegue una gente que nos anuncie un porvenir dorado vaya a cambiar la picaresca.
-La vida lo ha hecho una persona pública.
-Yo soy una persona privada y la exposición pública me resulta pesada. Soy víctima de una proyección y de unos intereses de cierta prensa con la que no tengo nada que ver.
-Por su procedencia no podía preverse que usted fuera un esforzado editor.
-Mi abuelo era un intelectual y mi bisabuela era editora... Todos nacemos en una circunstancia, en un palacio, como yo, o en un pueblo remoto. Pero la vida hace que uno sea quien es. Esa es la lucha por la libertad. La libertad no la da el Estado: se la da uno mismo. Decía Heráclito: ?El carácter de un hombre es su destino'. Lo que eres te desarrolla, da igual de dónde vengas.
-Editar es una voluntad más que una vocación, en su caso.
-Las dos cosas. Es una especie de vocación: para mí los libros son la felicidad. Editar es materializar ese amor hacia el libro. Una biblioteca es un paraíso.
-Dice que es una persona privada. ¿Cómo se preserva eso?
-Hay que separarse del ruido. Separarse de la vida es erróneo, pero sí, hay que apartarse del ruido para escuchar las melodías.
-Dejó de editar y volvió.
-Empecé a editar porque me gustaba leer y dejé de editar porque me gustaba leer. Llega un momento en que editar es un empobrecimiento: sólo se leen compromisos.
-Pero volvió...
-Atalanta es de dimensión pequeña, tiene mucha repercusión y la hacemos tres. Lo importante es que no seas una bolsa en la que vas depositando cosas. Si todas las editoriales hacen lo mismo no tiene ningún interés.
Pero eso pasa.
-Ese es el problema de la globalización, de los monopolios. Hay algo en esta tardomodernidad que tiende a que todo sea uniforme. Pero lo humano siempre es diverso.
-Esa globalización ha llevado a pensar que el libro puede sucumbir.
Lo pensaba incluso gente inteligente. Dije que el e-book no es el paso del barco de vela al barco de vapor. El libro es un objeto tecnológicamente perfecto. En el fondo, el negocio del libro electrónico es algo de las multinacionales que quieren el monopolio y se van a cargar la diversidad del libro, de las librerías, de las editoriales. Pero a la gente le gusta ser moderna, o aparentar serlo.