Ivonne Bordelois, consagrada
Recibió el premio LA NACION-Sudamericana 2005 al mejor ensayo
Ante más de 500 personas que colmaron el salón Versailles del Alvear Palace Hotel y que ovacionaron sus reflexiones sobre el valor de la palabra y la defensa del lenguaje, la escritora Ivonne Bordelois recibió ayer el Premio Ensayo 2005 LA NACION-Sudamericana por su libro “El país que nos habla”.
La presencia de escritores, editores, políticos, funcionarios y representantes diplomáticos y del mundo de la cultura marcó el alto nivel de la ceremonia, a la que asistieron también el vicepresidente de la Nación, Daniel Scioli; el ministro de Educación, Daniel Filmus, y el secretario de Cultura de la Nación, José Nun, además de miembros del jurado, autoridades de LA NACION y del grupo Sudamericana-Mondadori.
Por los comentarios recogidos entre los numerosos invitados que departieron durante la fiesta multitudinaria que tuvo lugar anoche, algo quedó claro: Ivonne Bordelois se consagró como un figura de prestigio en el mundo de la cultura y el pensamiento.
La emoción recogida entre los presentes durante el discurso de la lingüista, que fue interrumpida con aplausos en forma reiterada, mostró que son muchos los que apoyan la propuesta de la ensayista de rescatar la palabra, hacerle frente a la catástrofe lingüística de la Argentina y volver a abrevar en la poesía, como savia nutriente del habla de los argentinos.
El acto contó con la conducción del animador Pancho Ibáñez. En un discurso que la concurrencia celebró con un caluroso aplauso, el vicepresidente Scioli alentó anoche a “recuperar el valor de la palabra con compromiso y comprensión”. Señaló luego que “la tarea de recuperar el valor de la palabra, de dar la palabra y cumplir con la palabra dada, de no usarla para agraviar ni ofender, sino para construir y acercar, debe ser asumida por la sociedad en su conjunto”. Scioli recordó la figura de Mitre, “a cien años de la muerte del gran estadista y servidor de nuestro país, que decía que el nivel de un pueblo es el de su educación”.
El vicepresidente puso de relieve que “Ivonne Bordelois nos invita a escuchar el país que nos habla para reflexionar sobre la importancia de la palabra en la identidad y el futuro nacional”.
Una puerta
Al dar su discurso, Bordelois explicó con sentido del humor las razones por las que eligió el seudónimo “Janua”, un vocablo latino que significa “puerta”, para presentar su ensayo al concurso.
“Es para mí una puerta que se abre al juego. También me remite a january (en inglés, enero), a Río de Janeiro y a Juana de Arco, a cuyo patronazgo me confié porque no existía Santa Ivonne. Pero me descuidé un poco con eso de las hogueras”. Bordelois puso de relieve que el ensayo ganador pretende ser ante todo “un lugar de resistencia para la palabra”.
Al citar a la escritora premiada, el editorialista Bartolomé de Vedia –miembro del jurado que integraron también el filósofo español Fernando Savater, el historiador Natalio Botana; el rector de la UBA, Guillermo Jaim Etcheverry, y la editora de Sudamericana Paula Viale– dijo: “Cuando la lengua de una nación se degrada o muestra signos de envilecimiento, hay razones para alarmarse; un pueblo que no cuida su lenguaje está gravemente expuesto a precipitarse en la decadencia. La nación que maltrata al lenguaje se maltrata a sí misma”.
Vedia reveló que el ensayo de Bordelois impresiona por la originalidad de su planteo, por su irreductible rigor metodológico y por su extraordinaria riqueza conceptual en relación con los grandes desafíos que afronta la sociedad argentina en su proyección hacia el futuro.
El editor Javier López Llovet celebró “esta nueva asociación entre LA NACION y Editorial Sudamericana, dos empresas que se han dedicado durante décadas a promover las letras, los libros, la generación de ideas y el debate nacional”.
Al referirse al libro premiado, el representante de Sudamericana destacó que “El país que nos habla” tiene la gran virtud de “traernos una mirada fresca y original sobre la Argentina y los argentinos”.
“Ivonne dice en su libro que no es el lenguaje lo que está en crisis. Los que estamos en crisis somos nosotros y la pregunta que atraviesa todo el libro y que ella responde muy acertadamente en los capítulos finales es: ¿qué deberíamos hacer hoy, concretamente, para detener el declive generalizado de la calidad de nuestro idioma?”, dijo Lópz Llovet.
“Como argentinos –agregó– nos corresponde reparar sus heridas y restaurar su luminosidad, porque si la lengua es el instrumento de identidad más poderoso de que dispone una nación, al accionar sobre ella, enriqueciéndola, estaremos contribuyendo a conjurar nuestro malestar general”
López Llovet agradeció la tarea conjunta emprendida con LA NACION y al jurado del certamen, que hizo de este premio “un galardón serio y respetable”.
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