Isla de Ediciones: el lugar donde viven los libros en arteBA
LA NACIONDaniel Gigena
Creada en 2013, la plataforma editorial de arteBA ratifica la importancia que libros, revistas, fanzines y otras publicaciones tienen en el circuito del arte contemporáneo. Isla de Ediciones, que cuenta con el apoyo de Fundación Proa, Ternium y Federico Churba, acerca a los visitantes de la feria materiales impresos vinculados con el arte, producidos por editores, artistas gráficos, activistas, diseñadores y teóricos. Además, en ese sector se desarrollan encuentros, charlas y presentaciones en el auditorio.
El curador invitado que arriba a Isla de Ediciones en esta ocasión es Agustín Diez Fischer, licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Buenos Aires y director de Fundación Espigas. La novedad que aporta su coordinación radica en las relaciones hasta ahora inéditas entre el mayor archivo de arte argentino y latinoamericano (Espigas) y la feria de arte contemporáneo más importante del país. "A primera vista, archivo y feria de arte pueden parecer dos universos poco compatibles -señala Diez Fischer-. Uno dedicado al arte actual y al ritmo dinámico del mercado, y el otro a la documentación del patrimonio cultural y el tiempo lento de la catalogación. Sin embargo, esto es solo un estereotipo que se desvanece ante los múltiples cruces entre arte contemporáneo y archivo". Sobre algunos de esos cruces se podrá testimoniar en los días de arteBA.
Tres ejes para una nueva edición
En 2019, Isla de Ediciones se centra en tres ejes: por un lado, el vínculo regional y la apertura de un diálogo Sur-Sur entre Asia, África y América Latina (se invitó a dos instituciones que trabajan con archivos, como el Asia Art Archive, de Hong Kong, y Chimurenga, de Ciudad del Cabo); un segundo eje de preservación y accesibilidad (una copia de cada ejemplar presentado en Isla de Ediciones se conservará en Espigas, con el fin de acrecentar un acervo de consulta pública); y, por último, el realce de las publicaciones digitales en la era del bit. Hay seis editoriales invitadas, entre ellas, Cajón de Sastre, de Bogotá; MALI, de Lima, y Asunción Casa Editora, de Buenos Aires.
Una mesa de títulos de sellos independientes, nacionales y extranjeros, fue dispuesta por Pulso-Panorama de Publicaciones Independientes. Y la oferta editorial se completa con propuestas surtidas en el auditorio. Entre otras, hoy a las 15, Claudio Iglesias conversará sobre su libro Corazón y realidad, sobre el mundo del arte actual; a las 16, relumbrará el fanzine El Flasherito, y a las 17, la editorial Libretto entrará en escena con El paquete azul, libro que reúne las obras teatrales de Liliana Porter. A las 18, participarán de la charla "Escribir sobre arte" Santiago García Navarro, Fabián Lebenglik y Eduardo Stupía. El domingo, a las 15, se presentará el libro del artista Andrés Sobrino y, a las 17, El taller de Collivadino, imperdible trabajo de investigación grupal publicado por Unsam Edita sobre Pío Collivadino. A las 18 Luis Felipe Noé, Horacio Zabala y Leandro Katz conversarán sobre sus libros de artista publicados en formatos impresos y digitales. Y a las 20, para despedirse de arteBA con imágenes plenas, el fotógrafo Alberto Goldenstein, junto con Carla Barbero y Bruno Dubner, presentará en sociedad Miami, su revista de fotografías a todo color.
La programación completa se puede consultar aquí.
El libro más caro de la feria
La edición SUMO de David Hockney. A Bigger Book se encuentra en exposición en Isla de Ediciones. Con esta publicación, la editorial Taschen homenajeó al célebre pintor y escenógrafo inglés David Hockney. Azules, rosas, verdes y amarillos; jardines, piscinas e interiores sofisticados se despliegan en una edición que revisa los más de 60 años de historia del pintor de la felicidad y el bienestar. Este ejemplar de muestra, cuyo valor asciende a US$ 3250, ya fue exhibido en el Malba y en FoLA, y los visitantes de arteBA podrán verlo en persona. Taschen había dedicado ediciones similares a los fotógrafos Sebastião Salgado, Annie Leibovitz y Helmut Newton. Es así como los libros también encuentran su lugar en una colección de arte.
Por Daniel Gigena
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