Las inquietantes versiones de Irina Alonso
La actriz trabaja en una adaptación del clásico de Florencio Sánchez Los derechos de la salud, mientras ofrece las últimas funciones de Sombras sobre vidrio esmerilado, el unipersonal que también dirige, sobre un cuento de Juan José Saer
Los días que tiene función Irina Alonso repasa la letra de manera ritual. Como se trata de un extenso monólogo, lo divide en partes y lee palabra por palabra. Visualiza los espacios vacíos de imágenes para llenarlos de significados frescos. "Asocio con imágenes nuevas, por ejemplo en la descripción de la playa: ?había tres sauces inclinados hacia la playa y la arena amarilla." Esto le permite descubrir todos los días una resonancia nueva en ese texto tan exquisito de Juan José Saer.
Sombras sobre vidrio esmerilado , el unipersonal adaptado, dirigido y actuado por Alonso, cuenta la historia de una mujer que, a lo largo de la obra, escribe poesía mientras espía a su cuñado y nos relata su vida.
El día de la función (la última será el 23 de noviembre a las 20.30, en el escenario de Querida Elena, Pi y Mayol 1124) se dedica exclusivamente a relajarse. Dice que trata de disfrutar sin miedo y que el material elegido tiene gran intensidad emocional y poética, la misma que le interesó en el clásico de Florencio Sánchez Los derechos de la salud . Estrenará su propia versión, para cuatro personajes, a principios de 2012, con dirección de Leandra Rodríguez. Alonso tendrá el papel protagónico: Luisa, una enferma de tuberculosis.
"Me preparo físicamente, ya que en los ensayos el trabajo corporal está adquiriendo mucha preponderancia. También exploro el universo de este personaje de enorme complejidad e intensidad." Irina se nutre también de otras lecturas relacionadas con el tema de la obra para envolverse en la atmósfera y recurre a la observación de imágenes de artistas plásticos que le amplían su panorama sensorial. En particular, contempla las obras de Edvard Munch. Además, mientras más se dedica a su nuevo proyecto más deseos siente de ir a ver teatro. "Como espectadora me doy cuenta de qué es lo que tengo ganas de hacer. Viendo a otros actores en escena sé lo que quiero y también lo que no quiero para mi obra", dice.