Invitadas a tomar el té: una antología de escritoras latinoamericanas para leer a las cinco
“Camellia. Mujeres que toman té” reúne 64 poemas de autoras contemporáneas; la compiladora, además, es sommelier de la infusión que llegó de China
- 5 minutos de lectura'
En hebras o en saquitos; preparado en teteras de porcelana o directo de la pava, servido en tazas de cerámica o vasos térmicos, para aliviar un malestar, reconfortarse con amigos en confiterías o “tomarse cinco minutos” en la intimidad del hogar, el té y sus ceremonias forjan una cultura en la que no pueden faltar los libros.
Una antología de sesenta y cuatro poemas -tantos como hexagramas tiene el I Ching, según observa la compiladora Marisa Negri- une dos placeres: el té y la literatura. En Camellia. Mujeres que toman té (Antología de poetas latinoamericanas), publicado por Tanta Ceniza en su colección Piel de las Arenas, poetas como Olga Orozco e Irene Gruss, la uruguaya Circe Maia, la brasileña Adélia Prado, la peruana Julia Wong Kmot, la australiana residente en Santa Cruz Westonia Murray y argentinas contemporáneas como María Teresa Andruetto, Marilyn Contardi, Flor Codagnone, Luciana Reif, Silvia Arazi, Luciana Mellado y Gabriela Franco comparten memorias, experiencias, recetas y sabores a través de versos. “Cada vez que tomo / una taza de té / pienso que por fin / aprendí a esperar”, escribe Valeria Pariso en “Tomo té”.
El libro está embellecido con ilustraciones de plantas, flores y hojas -como la camellia sinesis- hechas por la artista y escritora bahíablanquense María Alicia Favot, que también creó las imágenes acuarealadas de tapa y contratapa.
Tés de poleo, lavanda, tilo, jengibre, laurel, cedrón y manzanilla se alternan con imágenes y poemas, entre los que aparece uno de la escritora Laura Yasan, que murió el domingo 20: “Puedo ver el futuro en las hojas de té / domesticar leopardos con la mente”. La ruta del té, iniciada en el Tíbet milenios atrás, dejó su impronta en América Latina. “Puerta al pasado o sostén en el presente -escribe en el prólogo la especialista en té Malena Higashi-. Un momento compartido o a solas con una misma. Estos poemas hablan de nosotras y también de nuestra cultura del té”.
Como los libros, en el té se condensa el tiempo. “Siempre me gustó el té, pero hay un despertar a percibirlo como una vía de conocimiento que podría situar en 2018 -dice la escritora y editora Marisa Negri, a cargo de la selección de poemas-. Encontré en una librería de usados el libro La ruta del té de Catherine Bourzat y Laurence Mouton. Una cronista y una fotógrafa que recorren los lugares de origen del té, las plantaciones, las fábricas, los poblados, documentando su importancia para las personas. Ese libro inició mi viaje, el de escribir sobre el té en mi libro Kasu: apuntes sobre el té, iniciar estudios de sommelier en la Escuela Argentina de Té y abrir el blog Diario de Té”, donde hay entradas referidas a la historia del té, el funcionamiento de las plantaciones y las catas que permiten iniciarse en el arte del té. “Poco a poco el corpus fue hacia la poesía y hacia la poesía de mujeres latinoamericanas”, revela Negri, que organiza el Festival de Poesía en la Escuela. Este año tendrá lugar la 13ª edición, “Habitar el mundo”.
El proyecto de Camellia. Mujeres que toman té surgió en un bar de Villa Crespo, a fines de 2019, cuando Negri y la poeta, editora y traductora Aixa Rava, entre tazas de té, decidieron publicar el libro, que abre con ”No han cambiado y son otros”, de la médium de la poesía local, Olga Orozco. “Ella adoraba el té chino Lapsang Souchong y solía invitar a tomar el té a jovencitas como yo que deseaban escribir poesía -cuenta Negri-. También hay poemas de Glauce Baldovin y Emma Barrandéguy, pero es esencialmente un libro de poetas contemporáneas en diálogo. Una gran mesa puesta para el té en donde sentarnos a compartir en estos momentos tan difíciles para el mundo”. En medio de la pandemia, la edición y preventa del libro se hizo por vías digitales. “Fue un proceso amoroso y fecundo”.
La antología está dividida en siete capítulos -Sanar, Crecer, Leer, Ser, Amar, Olvidar y Beber- que organizan los poemas de manera temática y como, según la antóloga, se asemeja a una conversación fortalecida con tazas de té, algunas voces reaparecen en uno u otro. “¿Hablan de beber té o de leer sus hojas como método adivinatorio? ¿De sus procesos de producción o de la evocación de la infancia?”, se pregunta Negri. La lectura, una vez más, brindará las respuestas.
Dos poemas de Camellia. Mujeres que toman té
Tregua
Hoy estoy tan vieja como quiero estar.
Sin ninguna estridencia.
Entregué los deseos a cambio de memoria
y una simple taza de té.
De Adélia Prado (traducción de Salvador Biedma)
La tarde cae sobre los restos del té
La tarde cae sobre los restos del té.
Los chinos de las tazas se escaparon,
dejándonos a nosotras,
las mujeres,
sus pequeñas moradas blancas para lavar.
De Griselda García