Intervenida por Gachi Hasper, la Fundación Santander expande el Distrito de las Artes
"Hace varios años que quería hacer esto", dice Gachi Hasper con la satisfacción de otro sueño cumplido. La artista que inauguró meses atrás una obra en la estación Catalinas de la Línea E del Subte porteño, días después de haber logrado un récord de 30.000 dólares por una pintura rematada en Christie’s en Nueva York, vuelve a sonreír ahora mientras atraviesa dos enormes cubos de colores creados por ella en la terraza de la flamante Fundación Santander.
Es una de varias intervenciones que realizó sobre la fachada, los ventanales y la planta baja de este edificio de once pisos ubicado en la esquina de las avenidas Paseo Colón y Juan de Garay, en San Telmo. A pocas cuadras del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y del Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires, como otra parada obligada del Distrito de las Artes, se inaugurará el jueves próximo al mediodía este "brazo cultural del Banco Santander en la Argentina".
Así lo define Guillermo Tempesta, vicepresidente de la institución que se convirtió además en main sponsor de arteBA, donde compró este año una obra de Nicolás García Uriburu. "La fundación cuenta con una importante sala de exhibiciones y un auditorio que vamos a poder disfrutar no solamente los que trabajamos en Santander sino también nuestros clientes y toda la comunidad, porque tendremos muchas actividades abiertas al público", adelantó Tempesta.
"Buscamos artistas habituados a hacer intervenciones en espacio público", agregó Cecilia Pochat, asesora cultural de la fundación, que se propone montar dos muestras por año además de realizar charlas y talleres.
El afán por integrarse con el barrio se cumplió con Intemperie, esta muestra inaugural curada por Roberto Amigo, que continuará hasta febrero. La intervención con vinilos de colores sobre la fachada convierte el cubo de vidrio en una pieza escultórica sobre todo de noche, cuando se encienden las luces interiores. Los efectos ópticos también transforman el espacio interior, cuando el sol ilumina las decenas de gotas de acrílico que Hasper colgó del techo de la planta baja y hace que su colorido reflejo se multiplique sobre el piso.
Esta pieza evoca los famosos "penetrables" del artista venezolano Jesús Rafael Soto, así como las imperdibles instalaciones cinéticas de Julio Le Parc que se exhiben en estos días pocas cuadras, en el Centro Cultural Kirchner.
"Me gusta que la obra interpele el espacio. Es todo un desafío dialogar con el ventanal, no es una típica muestra de pintura en una galería", dice Hasper, habituada a las intervenciones monumentales. Hace tres años inauguró Notas de luz, una intervención lumínica en el bajo autopista ubicado frente a la Usina del Arte, y creó un gran mural en el interior del Faena Forum, inaugurado ese año en Miami, donde también intervino un edificio de Eduardo Costantini.
Ahora se encuentra abocada a instalar otro mural de 360 m2 adquirido al año siguiente por Related, la desarrolladora del argentino Jorge Pérez, para su emprendimiento SLS Puerto Madero. Como si esto fuera poco, el 5 de septiembre inaugurará otro en la galería Sicardi, en Houston. Para ella, no parece ser un problema.
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