En España, el Papa pidió "ética económica" de cara a la crisis mundial
Benedicto XVI encabeza la Jornada Mundial de la Juventud; fuertes críticas por los gastos del viaje, estimados en 100 millones de euros
MADRID.- En medio de las fuertes críticas desde diferentes sectores y de una multitudinaria protesta que finalizó con decenas de detenidos, el papa Benedicto XVI agradeció hoy a las autoridades españolas su "generosidad" al colaborar en la organización de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), para la que se han dado cita en Madrid más de un millón de jóvenes de 193 países y reclamó más ética económica ante la crisis y respecto a la identidad cristiana.
"El hombre debe estar en el centro de la economía, y esta no debe medirse únicamente por la maximización de beneficios, sino por el bien común", dijo el Sumo Pontífice a los periodistas que viajaron con él en el avión que lo trasladó a Madrid.
"Se dice que la economía no funciona debido a las reglas de mercado, pero la economía necesita una razón ética para funcionar", agregó, en línea con los reclamos del popular movimiento de los "indignados", que exige un sistema más justo y acabar con la especulación y la "dictadura financiera" que se rigen por el interés.
Al llegar a España el Papa exclamó: "Agradezco a las autoridades nacionales, autonómicas y locales su presencia y generosa colaboración para la realización de este acontecimiento", y luego comenzó la multitudinaria misa al aire libre libre en la céntrica Plaza de Cibeles de la capital españo.
El jefe de la Iglesia Católica saludó en diversos idiomas a los miles de jóvenes presentes, Benedicto XVI y expresó su "inmensa alegría" por encontrarse en Madrid y se refirió a la ciudad como "capital de los jóvenes del mundo". "Que la llama del amor de Cristo no se apague nunca en vuestros corazones. Recemos también para que su mensaje de amor resuene también en los corazones de quienes no creen o han perdido la fe", dijo el pontífice.
Anteriormente, el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, dio la bienvenida al papa en nombre de "la inmensa mayoría de los españoles, el pueblo de España". "Bienvenido querido santo padre, gracias desde lo más hondo del corazón. Muy felices días entre nosotros, querido santo padre, felices en Cristo resucitado", dijo Rouco.
Benedicto XVI recibió hoy las llaves de Madrid de manos de su alcalde, Alberto Ruiz Gallardón, tras llegar a bordo del "papamóvil" a la emblemática Puerta de Alcalá de la capital española. Con este acto simbólico dio comienzo la primera gran ceremonia multitudinaria de la visita papal con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Madrid, que se prolongará hasta el domingo.
Cientos de miles de peregrinos católicos y ciudadanos aguardaban desde hacía horas en este lugar y en la cercana plaza de la diosa Cibeles la llegada del "papamóvil", que en su recorrido desde la Nunciatura Apostólica fue aclamado permanentemente. Tras descender del vehículo, Benedicto XVI cruzó a pie bajo los arcos de la Puerta acompañado por 50 jóvenes de los cinco continentes, para continuar de nuevo en su vehículo hasta Cibeles.
Incidentes. La policía impidió la manifestación de un centenar de homosexuales, hombres y mujeres, que habían convocado una "besada" al paso del Papa Benedicto XVI, bloqueando al grupo cuando se dirigía al lugar previsto para su acción. Unicamente una pareja de hombres, que logró burlar la vigilancia policial, logró besarse al paso del Papamóvil.
A unos centenares de metros de ahí, un grupo de manifestantes que gritaba "esta es la otra juventud", fueron evacuados por la policía para impedir incidentes con los jóvenes católicos que coreaban "esta es la juventud del Papa".
Los manifestantes habían previsto reunirse en la calle Serrano, por donde debe pasar el Papa a bordo de su papamóvil para acudir en la tarde del jueves a la Plaza de Cibeles, donde se va a celebrar un acto de bienvenida en el corazón de Madrid.
Pero llegados a unos centenares de metros del lugar de la cita, alrededor una hora antes del previsto paso del Papa, se encontraron con un cordón policial y empezaron a dispersarse en pequeños grupos, seguidos por los agentes. Una cincuentena de ellos se besaron entonces ante los policías, más numerosos que los manifestantes, antes de ser evacuados.
En España, un país que fue defensor a ultranza del catolicismo durante el reinado de Carlos I, y que más adelante fue impulsor de la contrarreforma contra los embates de la reforma protestante, la tradición católica está arraigada, pero más en la cultura popular y la tradición que en el cumplimiento de los preceptos de la Iglesia.
Según el barómetro de julio del Centro de Investigaciones Sociológicas, un organismo que depende del gobierno, el 72% de los ciudadanos se declaran católicos, un 11% menos de lo que reflejaba la misma encuesta en el año 2000. Pero además, el 60% reconoce que apenas va a misa y sólo el 13% dice cumplir cada domingo.
Con el lema "De mis impuestos, al Papa 0", ayer una protesta puso en vilo a Madrid. Los manifestantes denunciaron que las administraciones estatal, regional y local gastaron unos 100 millones de euros en la Jornada Mundial de la Juventud y la visita del Papa en seguridad, alojamientos gratuitos en colegios y polideportivos públicos, y la creación de un pase de subte rebajado, poco después de anunciar un alza del precio del billete del suburbano de 1 a 1,50 euros.
Sin embargo, los organizadores de la JMJ insisten, por su parte, en que los 50 millones de euros que cuesta el evento, según sus cálculos, vienen en un 80% de los propios peregrinos, que deben pagar, y el resto, de patrocinios de grandes empresas. Sostienen, además, que el encuentro generará 100 millones de euros en beneficios.
Junto a ello, España se prepara para las elecciones del 20 de noviembre, en las que el conservador Partido Popular parte como favorito frente al gobernante Partido Socialista, que en los últimos ochos años impulsó reformas como la del matrimonio homosexual o leyes para facilitar el aborto a menores de 16 años sin consentimiento paterno que irritaron a la jerarquía eclesial.
Los actos presididos por el Papa se celebrarán al aire libre en el centro de Madrid durante hoy y mañana. Mientras que el sábado y el domingo, los fieles se trasladarán a la enorme explanada del aeródromo de Cuatro Vientos, en las afueras de la ciudad, para asistir a una vigilia y a la misa de clausura.
Tras este encuentro, Madrid cederá la Jornada Mundial de la Juventud a Río de Janeiro, que acogerá el evento en 2013, un año antes de lo previsto para evitar que coincida con el Mundial de Fútbol de 2014.
Agencias EFE, AP y AFP