Incertidumbre por el futuro del Museo Castagnino de Rosario, el segundo más grande del país
Tras las goteras que habrían puesto en riesgo la millonaria colección, se paralizaron las obras de ampliación del edificio; tensiones políticas y problemas de fondos para mantenerlo
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ROSARIO.- Una filtración de agua de lluvia en el techo del museo Castagnino, en Rosario, que ocurrió el 28 de noviembre pasado, y que habría puesto en peligro una obra de Lucio Fontana, de la colección Concepto Espacial, puso en la escena pública la incertidumbre que reina sobre el futuro de este lugar, que alberga más de 5000 obras de arte de gran valor y está catalogado como el segundo museo más importante del país.
La incertidumbre que socava el futuro del museo –según la visión de la Fundación Castagnino- afloró luego de que el gobierno de Santa Fe decidiera suspender una obra de ampliación del edificio, que comenzó a fines de 2019 con la instalación casi simbólica de un cerco perimetral y el derribo de 12 árboles añosos. Pero todo quedó congelado tras la pandemia. Una lluvia de primavera que se filtró por los techos y la postergación de la refacción del museo despertaron la amenaza real sobre el destino de un patrimonio artístico de un valor millonario.
La obra de ampliación del museo, que se construyó en 1937 tras una donación de Rosa Tiscornia de Castagnino en memoria de su hijo Juan Bautista, coleccionista de arte de principios del siglo XX, y fue un faro para el arte no sólo en Rosario sino también en el país, se paralizó –según advirtió el ministro de Cultura de Santa Fe Jorge Llonch a LA NACION- “debido a la emergencia por la pandemia. Es más prioritario construir centros de salud que ampliar un museo en este contexto tan preocupante”.
La paralización de las obras en el museo despertó cuestionamientos de parte de la Fundación del Castanigno, que salió a poner el tema en discusión en los medios de prensa en las últimas semanas, tras el episodio de la filtración en el techo, y ante el peligro que se dañe el patrimonio artístico construido desde hace 84 años.
La gotera en el techo del museo ubicado en una zona emblemática de Rosario, en bulevar Oroño y avenida Pellegrini, puso en tensión el interés de las autoridades provinciales y municipales por conservar un sitio que alberga colecciones importantísimas –un total de 5000 piezas- del siglo XIX, de Francisco de Goya, José de Rivera, Lucas Giordano, Camille Pissarro y Alfred Sisley. Y cuadros de artistas argentinos como Antonio Berni, Fernando Fader, Schiaffino, Sívori, entre otros. En 2019 el museo incorporó además 300 obras, muchas de ellas de gran valor, de la Asociación Amigos del Arte de Rosario, cuyo edificio fue demolido en setiembre de 2019.
“El problema de la filtración se solucionó en su momento”, aclaró a este diario el flamante secretario de Cultura municipal Dante Taparelli, que propicia desde su gestión que el sector privado se comprometa con las inversiones culturales a través del mecenazgo. La secretaría de Cultura distribuye hoy centenares de cajas de alimentos para los artistas que perdieron su sustento durante la pandemia. “Lo que va más allá de este caso puntual es que hoy el municipio está en una situación delicada para mantener ese museo. A pesar de todo se hace un esfuerzo muy grande para seguir adelante. Es necesario que haya aportes de empresas privadas interesadas en resguardar ese lugar que alberga un patrimonio artístico maravilloso”, reconoció Taparelli, quien aclaró que la suspensión de las obras fue una decisión del gobierno de Santa Fe.
José Castagnino, vicepresidente de la fundación, consideró que la obra de ampliación del museo “es prioritaria”, porque “el Castagnino puede ser un lugar clave para atenuar desde el punto de vista cultural los estragos que dejará la pandemia a nivel emocional, intelectual y anímico”. “Sería clave en la pospandemia que el museo sea un lugar de encuentro. No podemos considerar a la cultura como un gasto sino como una inversión, incluso en tiempos de pandemia”.
El directivo de la fundación señaló que “el museo tiene una capacidad para 400 obras y actualmente alberga más de 5000. Esto provocó que se hayan anulado salas y patios internos, que son bellísimos, para poder contener esta cantidad de obras. Por eso es muy necesaria la ampliación de las instalaciones”.
“La segunda colección de arte más importante del país está en peligro porque no se pueden articular medidas desde el Estado para conservar ese patrimonio”, argumentó Castagnino, quien recordó que desde 1977 la Fundación sustenta decididamente la política de adquisiciones de obras de artistas de todo el país para conformar la nueva colección de arte argentino contemporáneo.
“Entre los años 2005 y 2008 la Fundación Castagnino fue invitada a participar en los programas de adquisición de Matching Funds de ArteBA, donde sumaron obras de Ernesto Deira, Clorindo Testa, Jorge Demirjian, Annemarie Heinrich y Grete Stern. En 2008 se incorporó la serie de grabados Tauromaquia de Francisco de Goya”, explicaron desde la fundación.
El proyecto de ampliar el museo surgió en 2017, cuando durante la gestión del entonces gobernador de Santa Fe Miguel Lifschitz se realizó un concurso en el que participaron 170 trabajos. El primer premio lo ganó el estudio de arquitectos cordobés Carballo Errasti. Se había planeado sumar 3.817 metros cuadrados de superficie a los 2.654 que existen actualmente.
Si bien los trabajos tenían un plazo de ejecución de diez meses y un presupuesto oficial de $101.722.386,98 (la obra total de reestructuración tenía un valor estimado de 400 millones de pesos), en los primeros meses no comenzó la construcción y luego llegó la pandemia de coronavirus para continuar aplazando el inicio de las obras hasta que las autoridades provinciales decidieron suspender el proyecto que estaba a cargo de la empresa Epreco SRL.
El intendente Pablo Javkin reconoció que “la obra se suspendió porque existen otros problemas más urgentes en medio de la pandemia”. “Le pedimos al gobierno de Santa Fe que retire las vallas que había puesto la empresa que estaba haciendo las obras para recuperar un espacio verde clave para la ciudad”, apuntó en diálogo con LA NACION.
La filtración en el techo y la suspensión de la obra dispararon una polémica a nivel político. El concejal Carlos Cardozo de Juntos por el Cambio pidió explicaciones, junto con su colega Germana Figueroa Casas, por la paralización de la ampliación del museo. “En noviembre de 2019 retiraron 12 árboles que tienen más de 70 años para empezar una obra durante la gestión del socialismo, que en realidad sólo se concretó la instalación de una valla. En el gobierno de Perotti la obra quedó paralizada hasta que se decidió suspender, algo que preocupa por el valor cultural de las obras que están en riesgo”, afirmó Cardozo.