Imaginemos
Este es un ejercicio de imaginación. Soy consciente de que va a sonar ingenuo. No importa. Hagamos un breve brainstorming. No cuesta nada. Imaginemos las provincias argentinas uniformemente ricas. En lugar de algunas empobrecidas y con demasiados ciudadanos sujetos a empleos estatales, todas ricas y prósperas. Cada estado de nuestra Nación tiene un potencial abrumador. Imaginemos esa potencia expresada por toda la República, en lugar de esta concentración que nos caracteriza y que es aguda en el área metropolitana de Buenos Aires.
Descentralizada y federal, imaginemos una dirigencia cuyos responsables solícitamente resignan el poder luego de uno o dos mandatos, no porque lo diga la ley (lo dice) ni por virtud democrática, sino porque la función pública, orientada a resolver problemas y fomentar la riqueza, los dejó exhaustos. O, más ambicioso aún, porque desean volver a la actividad privada para disfrutar del lujo de vivir en este país. Imaginemos una nación donde cada ciudadano pueda elegir dónde residir de acuerdo con sus intereses y su deseo de contribuir a la grandeza de la Patria, sin sopesar obstáculos. Imaginemos por un instante que hacemos las cosas bien. El país ya lo tenemos. Solo nos falta hacer las cosas bien.
Temas
Otras noticias de Catalejo
Más leídas de Cultura
Del abuelo coronel a Bioy Casares. Un tour borgeano por el cementerio de la Recoleta
Está en Olivos. Santiago Caputo le regaló a Javier Milei un retrato presidencial al estilo del rey Carlos III
De miércoles a domingo. Libros antiguos, raros y preciosos en una feria para el deleite de los bibliófilos
En defensa de la libertad de expresión. Mónica Cahen D’Anvers y Jorge Lanata, académicos honorarios del periodismo