"Hoy se vive un eclipse de Dios"
El Papa pidió "combatir el relativismo y la mediocridad"; se rezó por quienes sufren violencia y abusos sexuales
MADRID.- El papa Benedicto XVI protagonizó ayer los momentos más intensos y emotivos de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), en la que invitó a los jóvenes "a cargar sobre sus hombros los sufrimientos del mundo", entre los que mencionó los abusos sexuales dentro la Iglesia, que el Vaticano busca erradicar. Además, volvió a convocar a los peregrinos congregados en la capital española (más de un millón y medio de personas) a saber enfrentar el "eclipse de Dios" que vive la sociedad española y del resto del continente, expuesta a los fuegos fatuos del relativismo y la mediocridad.
En su segunda jornada en suelo español, el Pontífice se reunió con el rey Juan Carlos, con quien habló sobre el desempleo que golpea a miles de jóvenes. Ambos destacaron la necesidad de transmitir "mensajes de esperanza" para iluminar un panorama que, a la sombra de la crisis, vacía de sentido la vida de muchos de ellos.
Posteriormente, Josef Ratzinger se dirigió al histórico monasterio de San Lorenzo del Escorial, donde celebró un encuentro con 1664 religiosas menores de 35 años. El Papa bendijo allí la decisión de las monjas de consagrarse a Cristo en el siglo XXI, en el cual, según dijo, "se constata una especie de eclipse de Dios, cierta amnesia; más aún, un verdadero rechazo del cristianismo y una negación del tesoro de la fe recibida, con el riesgo de perder aquello que más profundamente nos caracteriza".
Más tarde, Benedicto XVI disertó ante un grupo de profesores universitarios y advirtió sobre los "abusos que se cometen cuando a la ciencia no se le pone límites, y recordó que se puede llegar a Dios a través de la razón. Sobre este punto, condenó la actual visión "utilitarista" de la educación, que predomina en la sociedad. "A veces se piensa que la misión de un profesor universitario es hoy exclusivamente formar profesionales competentes y eficaces que satisfagan la demanda laboral en cada preciso momento", dijo el Papa.
"Sabemos que cuando el pragmatismo inmediato se erige como criterio principal, las pérdidas pueden ser dramáticas: desde el abuso de una ciencia sin límites hasta el totalitarismo político", afirmó.
Tras este encuentro, el Papa se dirigió hacia la Nunciatura Apostólica, donde almorzó con varios jóvenes, y luego se reunió con el presidente José Luis Rodríguez Zapatero. El encuentro sirvió para acercar posiciones entre el Vaticano y España, a pesar de que el gobierno socialista logró imponer la legalización del matrimonio homosexual y la reforma de la ley del aborto, que transformó esa normativa en una de las más permisivas de Europa.
También se trató la propuesta de las autoridades españolas de transformar el Valle de los Caídos, monumento madrileño en que yacen los restos mortales del dictador Francisco Franco, en un "lugar de memoria reconciliada", que honre la memoria de todos los fallecidos en la Guerra Civil. El actual gobierno socialista afirma que el sitio debe dejar de ser un "espacio de lo que fue el viejo nacionalcatolicismo franquista" y sugiere que se "conserve la basílica y el carácter sagrado que hoy mantiene", pero que se retire el cadáver de Franco.
Por la tarde se realizó el viacrucis y, por primera vez en una JMJ, un papa presidió la totalidad del recorrido, que abarcó varias calles céntricas de Madrid. Allí, Ratzinger destacó: "La pasión de Cristo impulsa a sus seguidores a cargar sobre los hombros el sufrimiento del mundo, con la certeza de que Dios no es alguien distante o lejano del hombre y sus vicisitudes".
La cruz fue llevada en cada estación por grupos de diez jóvenes procedentes de países donde los católicos sufren persecuciones, catástrofes naturales o casos de pedofilia, como los que tuvieron una gran repercusión mediática en Irlanda y los Estados Unidos. Se rezó por todos aquellos que sufren violencia y abusos sexuales.
El Pontífice presidirá hoy la que podría ser la concentración más numerosa de todo el evento, en el aeródromo madrileño de Cuatro Vientos. Se espera la concurrencia de miles de peregrinos, que vivirán una vigilia junto al Papa.