Hoy cumple 140 años el Colegio Nacional de Buenos Aires
Sus aulas marcaron el rumbo de la educación en el país; en 1911 pasó a la UBA
Llamado por Ricardo Rojas "el colegio de la Patria", la institución educativa más antigua del país cumple hoy 140 años como establecimiento modelo de unidad pedagógica, consagrado al cultivo de la inteligencia y del saber.
El Colegio Nacional de Buenos Aires adoptó tal denominación el 14 de marzo de 1863, por un decreto del presidente Mitre, que regularizó la enseñanza en el país y marcó el punto de partida de una red de colegios nacionales que presentaban un novedoso plan de estudios.
Su punto fuerte era la combinación del predominio de la tendencia humanista con una importante atención a la instrucción científica, valores que hoy podrían contribuir a la recuperación de un sistema educativo en crisis.
El resultado fue la formación de personalidades que hicieron el país. En un recorrido que se enlaza con su rica historia previa, que se remonta a la época colonial, por sus aulas pasaron ocho presidentes de la Nación -Rivadavia, Vicente López, Urquiza, Carlos Pellegrini, Roque Sáenz Peña, Marcelo T. de Alvear y los generales José Félix Uriburu y Agustín P. Justo-, los dos primeros premios Nobel que tuvo la Argentina -Carlos Saavedra Lamas y Bernardo Houssay- y personalidades de la ciencia y la cultura. En su augusto salón de actos disertaron Einstein, Ortega y Gasset, Le Corbusier, Lugones y Borges, y hasta cantó Carlos Gardel.
El antecedente colonial
El origen del colegio se remonta al año 1661, cuando los jesuitas comenzaron a dictar clases de docencia elemental en el mismo sitio que hoy ocupa la institución, en Bolívar y Alsina, en la llamada Manzana de las Luces. Lo hicieron hasta 1767, cuando el monarca español Carlos III expulsó a la orden religiosa, en "el primer atropello intelectual de que se tiene memoria en el país", recuerda el actual rector, Horacio Sanguinetti, que en diciembre cumplirá 20 años al frente del colegio.
- La expulsión de los jesuitas dio lugar a la creación del Real Colegio San Carlos, donde estudiaron los próceres de Mayo: Saavedra, Belgrano, Moreno, French, a los que se sumaron Manuel Dorrego, Bernardino Rivadavia y Juan Martín de Pueyrredón, entre otros.
- En el mismo solar nació, tras las Invasiones Inglesas, el Regimiento de Patricios. Allí tuvo lugar en 1811 el "motín de las trenzas", cuando Belgrano ordenó cortar el pelo a los soldados. Un siglo después se encontraron restos de las trenzas que hicieron historia.
- Pueyrredón lo rebautizó en 1818 como Colegio de la Unión del Sud, en el que la enseñanza de la filosofía estuvo por primera vez a cargo de un laico y que tuvo a Urquiza entre sus alumnos. Cinco años más tarde, Rivadavia creó el Colegio de Ciencias Morales, a cuyas aulas asistieron los hombres de la generación del 37: Esteban Echeverría, Juan B. Alberdi, Juan M. Gutiérrez, Marco Avellaneda, Carlos Tejedor y Marcos Paz, inspiradores de la Constitución de 1853.
- Durante la hegemonía de Rosas, el colegio fue devuelto a los jesuitas entre 1836 y 1841. Al año siguiente el Estado bonaerense lo recuperó con el nombre de Colegio Republicano Federal. Después de Caseros se llamó Colegio Eclesiástico.
- Al asumir Mitre, se dispuso "darle un sentido nacional a la educación, con un plan pedagógico específico y una unidad de criterio y esfuerzos", explicó Sanguinetti. Trajo para ello al pedagogo francés Amadeo Jacques como jefe de estudios, que luego fue rector y ejerció notable influencia en el desarrollo de la educación en el país y en el movimiento cultural. En la primera promoción, en 1863, ingresó Miguel Cané, que ilustró con singular maestría su paso por el colegio en la recordada y perdurable "Juvenilia".
El gobierno dio becas a estudiantes del interior con una visión de unidad nacional. El propósito era que compartieran las mismas aulas los jóvenes que más tarde iban a conducir el país, para limar las rivalidades que existían entre los líderes de las distintas provincias. Algunas provincias distribuyeron las becas por sorteo y el azar dejó afuera a Domingo F. Sarmiento.
El sello universitario
En 1911 el colegio pasó a la Universidad de Buenos Aires, lo que fortaleció su identidad y su sello propio. "Fue una idea visionaria. Le permitió salir de la esfera burocrática y consolidarse como institución educativa", justifica el rector, conforme con la autonomía con que conduce la institución, que inauguró su nuevo edificio en 1938 y en 1958 pasó a ser mixto.
"Tengo mucho más autonomía en esta función que cuando ejercí como secretario de Educación de la Ciudad, entre 1996 y 1997. En ese momento, por ejemplo, no pude poner un nombre a un colegio. Acá hemos bautizado las aulas sin dificultades", señaló.
El colegio reúne hoy una población de 2400 alumnos, más una cifra variable de los aspirantes que realizan los cursos de ingreso (unos 1000 a 1600 por año), y un plantel de 350 profesores.
Tiene un plan de estudios propio de cinco años y un sexto optativo, que facilita el ingreso a los estudios universitarios y es cursado por el 70% de los que terminan quinto año. Fiel a su concepción humanista, el programa incluye materias como Historia del arte y ofrece cinco años de francés e inglés, cuatro de latín y uno de griego.
Se sostiene con un presupuesto de $ 5,2 millones, que surgen de los recursos de la UBA. Muchas obras se sostienen con el aporte de la Asociación Cooperadora, que recauda unos $ 250.000 por año. Cobra una contribución voluntaria de $ 220 por año y en épocas recientes llegó a reunir $ 400.000.
A las actividades extracurriculares -ajedrez, talleres, teatro, coros- se suma la biblioteca, con 105.000 volúmenes, el Observatorio astronómico, y gabinetes de química, zoología, geografía, física y dibujo, entre otras salas.
Por sus aulas pasaron Marco Denevi, Angel Gallardo, Luis Agote, Ricardo Güiraldes, Estanislao S. Zeballos, Rafael Obligado, Enrique Larreta, Julio A. Roca (h.), Pedro Goyena, José Ingenieros, Tomás Le Breton, Aristóbulo del Valle, Juan B. Justo, Nicolás Repetto, Alfredo Palacios, Paul Groussac, Roberto T. Alemann, Abel Posse, Jorge Casaretto, Carlos Corach, Federico Clérici, Baldomero Fernández Moreno, Florencio Molina Campos, Lino Palacio, Ernesto de la Cárcova, Jorge Borges -padre del escritor-, Macedonio Fernández y el humorista Nik, entre una legión interminable de estudiantes.
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