“Horrorizados por la censura”. Hollywood rechaza la prohibición de libros en Estados Unidos
Más de 170 figuras de la cultura y el espectáculo, como Margaret Atwood, Sharon Stone y Guillermo del Toro, firmaron una carta abierta en contra de la censura
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En una carta abierta, más de 170 reconocidas figuras del mundo del arte y el espectáculo de América del Norte, como Ariana Grande, Sharon Stone, Mark Ruffalo, Margaret Atwood, Emma Roberts y Guillermo del Toro, manifiestan sentirse “horrorizados” por la censura de libros en Estados Unidos y “el ataque opresivo a la libertad artística” espoleado por representantes políticos (en especial, el gobernador y candidato a la presidencia por el Partido Republicano Ron DeSantis) y agrupaciones conservadoras y de ultraderecha desde los últimos años de la presidencia de Donald Trump hasta la actualidad. En las campañas “biblioclastas” estadounidenses no faltan las noticias falsas (se afirma, por ejemplo, que un libro para adultos es usado en escuelas primarias o que los bibliotecarios promueven la pedofilia) ni el hostigamiento a escritores y bibliotecarios en redes sociales.
“Este comportamiento restrictivo no solo es contrario a la libertad de expresión, sino que además tiene un efecto paralizador en el campo creativo mucho más amplio -se lee en el comunicado, que también firman la escritora Amanda Gorman, la cantante y actriz Zooey Deschanel, el actor y cantante Billy Porter, los integrantes de Garbage, las actrices Margaret Cho y Gabrielle Union, los actores Jason Ritter y Nick Adams y el director Judd Apatow-. El gobierno no puede ni debe crear ninguna interferencia ni dictar lo que la gente puede producir, escribir, generar, leer, escuchar o consumir”.
La carta, que se puede leer en este enlace, fue una iniciativa del actor y productor estadounidense LeVar Burton y la organización MoveOn Political Action. En ella, los firmantes hacen un llamado a otros artistas para que se expresen en contra de las prohibiciones de libros y a favor de las “industrias creativas libres y abiertas, independientemente de desacuerdos personales o ideológicos”.
“Hay poder en la libertad artística y nos negamos a permitir que políticos draconianos nos la quiten”, remarcan. La historietista Maia Kobabe y las escritoras Roxane Gay y Sandra Cisneros, víctimas de la censura en Florida, también han firmado la declaración. De 1 al 7 de octubre tendrá lugar en Estados Unidos la Semana de los Libros Prohibidos, donde se resalta el valor del acceso libre y abierto a la información en un apoyo explícito a la libertad de expresión. El sábado 7 se celebrará el Día de la Lectura en Libertad, en contra de la censura.
Beloved reading advocate, writer, and television and film star @levarburton will lead this year’s #BannedBooksWeek as honorary chair! #LetFreedomRead https://t.co/9CiuLckQUf pic.twitter.com/NtHCeZzWn0
— Banned Books Week (@BannedBooksWeek) September 20, 2023
“Los políticos de extrema derecha como Ron DeSantis están defendiendo leyes draconianas para prohibir los libros y la enseñanza de una historia estadounidense multicultural precisa en favor de defender una visión homofóbica, transfóbica y supremacista blanca de nuestra nación”, destacan los promotores de la iniciativa, que ya tomó estado público internacional.
Las organizaciones de escritores y periodistas PEN Internacional y PEN America, que dieron a conocer informes sobre la prohibición de libros en bibliotecas y escuelas de Estados Unidos, resaltaron que durante 2022 esta se había incrementado en forma alarmante, en especial de libros relacionados con la comunidad LGBTQI+ y las personas afrodescendientes. Clásicos contemporáneos como Beloved y Ojos azules, de Toni Morrison; Cometas en el cielo, de Khaled Hosseini; Afortunada, de Alice Sebold, y El cuento de la criada, de Margaret Atwood, además de obras recientes para jóvenes como Una corte de niebla y furia, de Sarah J. Maas; Este libro es gay, de Juno Dawson, y Buscando a Alaska, de John Green, fueron prohibidos.
En 2021, la lista incluía 1858 libros; en 2022, saltó a 2571 títulos. El incremento se explica por las quejas elevadas por padres, activistas, funcionarios de las juntas escolares y legisladores que cuestionan el acceso de los niños a determinados libros, según la Asociación Estadounidense de Bibliotecas. Esta situación se ve facilitada por leyes sancionadas ex profeso y las protestas de grupos conservadores en Tennessee, Utah y Florida, uno de los estados donde el conflicto derivó en acusaciones a bibliotecarios que, por negarse a retirar los libros, recibieron amenazas.
Las prohibiciones se dieron en 32 estados y afectaron a comunidades educativas de más de 32 millones de niños y jóvenes adultos. Se justifica la censura al etiquetar las obras como “propaganda de ideología de género”, “material transexual”, “acoger la ideología trans que es un asalto contra niñas/mujeres”, “mala conducta sexual”, “uso de drogas/alcohol”, “contenido LGBTQ”, “violencia”, “antipolicía”, “racismo”, “obscenidad”, “pedofilia” y “acoso”. Ni Charles Dickens quedaría a salvo de esta razia en bibliotecas públicas.
“Es solo cuestión de tiempo antes de que los ideólogos regresivos y represores cambien su enfoque hacia otras formas de arte y entretenimiento, para promover sus ataques y esfuerzos por convertir a las comunidades marginadas en chivos expiatorios, particularmente las personas bipoc y LGBTIQ+”, se advierte en la carta.
“Nos negamos a permanecer en silencio mientras un campo creativo está sujeto a prohibiciones opresivas -continúa la carta-. Como artistas, debemos unirnos, porque una amenaza a una forma de arte es una amenaza para todos nosotros”.
Actors, Activists Join @levarburton in the Fight Against Book Banshttps://t.co/3mujM57Cac
— MoveOn (@MoveOn) September 20, 2023
Además de la carta, MoveOn puso en marcha la “biblioteca móvil de libros prohibidos” y lanzó una gira por varias ciudades para distribuir libros prohibidos de forma gratuita, durante el verano, en Florida. La biblioteca reanudará su recorrido por otros estados en octubre.
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