Horacio Salas dejará la dirección de la Biblioteca Nacional
Hoy se comunicaría su alejamiento
En la mañana de hoy, una reunión en la casa del secretario de Cultura de la Nación podría sellar un nuevo tropiezo para la Biblioteca Nacional: la renuncia de su director.
Ayer estaba casi confirmado que el poeta Horacio Salas se alejará del organismo tras el encuentro que mantendrá hoy con el número 1 del área de Cultura, Torcuato Di Tella. Allí se convendrían los pasos por seguir para una salida "no escandalosa" del funcionario, dijeron a LA NACION altas fuentes de esa dependencia.
La decisión de Salas, que no llegó a cumplir un año en su cargo, tendría su explicación en uno de los grandes problemas que padece "el PAMI de la Cultura", como se llama al organismo: la actuación siempre conflictiva de los gremios que, gestión tras gestión, los directores viven como un gran dolor de cabeza.
Consultado, el propio Salas se negó a dar precisiones sobre su alejamiento y los posibles motivos.
"Todavía no renuncié", dijo anoche a LA NACION.
-¿Está en sus planes hacerlo?
-Vamos a ver qué pasa
-¿Se pueden conocer los motivos de su probable renuncia?
-Ahora no.
-¿Son motivos personales o tienen que ver con la biblioteca?
-No... Cuando renuncie voy a hablar con el periodismo.
-¿Cuándo tiene pensado tomar la decisión?
-Primero tengo que hablar con el secretario de Cultura.
La subsecretaria del área, Magdalena Faillace, declarada "amiga personal" de Salas y quien lo propuso para el cargo, mantenía anoche una luz de esperanza. "El director de la biblioteca todavía no ha presentado la renuncia. Yo, personalmente, estoy intentando que no se vaya", dijo. Y añadió que "la Biblioteca Nacional es un lugar difícil. Es el organismo más conflictivo de la Secretaría de Cultura. Requiere cambios muy sustantivos, que me parece que Horacio (Salas) estaba intentando. Sobre todo en lo que hace a la trasparencia de gestión. Pero prefiero que los motivos los explique él".
Según pudo saber LA NACION por parte de fuentes inobjetables de la Secretaría de Cultura, la causa que desató la probable renuncia de Salas se remonta a diciembre de 2003, cuando once empleados de una empresa de seguridad contratada por la biblioteca quedaron cesantes, tras el fin del contrato.
Sucedió que uno de los tres gremios que agrupan a los empleados de la biblioteca, ATE -los otros son UPCN y Soeme- hizo suya la causa de los que quedaron cesantes y logró que Salas los recontratara por otros tres meses, con sus salarios a cargo de la biblioteca. Pero en abril -continuaron las fuentes- el director del organismo se cansó de estos empleados que, al parecer, no cumplían ninguna tarea específica y no les renovó el contrato.
"El jueves último, unas 60 personas de ATE fueron con sus bombos a reclamar a la Secretaría de Cultura. El secretario Di Tella las recibió, lo que Salas interpretó como una falta de respaldo y precipitó su decisión", dijeron esos informantes. Anteayer, explicaron las mismas fuentes, Horacio Salas se comunicó telefónicamente con Di Tella para transmitirle su renuncia.
Durante la conversación, se acordó la reunión que se llevará a cabo hoy para ajustar los detalles del alejamiento. "No queremos que nos pase igual que con la salida escandalosa de Amalia Lacroze de Fortabat del Fondo de las Artes -explicaron las fuentes de Cultura a LA NACION-. Salas es un hombre que trabajó para el Estado gratuitamente durante 12 años."
De hecho, Horacio Salas -que fue secretario de Cultura porteño durante la gestión de Carlos Grosso- no cobraba sueldo por su función en el directorio del Fondo Nacional de las Artes ni como titular de la Biblioteca Nacional
El todavía director, un reconocido hombre de letras, asumió su cargo el 12 de junio de 2003. La gestión que podría ser una de las más breves al frente del organismo tuvo su primera señal de alerta a los pocos días de la asunción, cuando una investigadora descubrió a una persona robando mapas antiguos de la mapoteca.
El inventario sin fin
Desde entonces, tanto aquel sector como la sala del tesoro permanecieron cerrados, a la espera de un inventario que nunca termina de completarse. Salas denunció luego "bandas que trabajan a pedido" para robar el patrimonio de la biblioteca.
Dos meses más tarde, el organismo volvió a los diarios cuando un grupo de voluntarios que trabajaban en los depósitos subterráneos denunciaron que, sorpresivamente, se les impedía la entrada.
Los voluntarios -que hasta el presente no pudieron volver a esos depósitos- acusaron a Salas de haber accedido a una exigencia de los sindicatos y de ser incapaz de manejar a los gremios. El poeta se defendió diciendo que eso no era cierto y que, simplemente, se necesitaba a los voluntarios en otro lugar por cuestiones estratégicas.
El remate en Europa de un libro de Borges, que en apariencia había sido sustraído años atrás de la biblioteca, catapultó a Salas una vez más al centro de la escena, en noviembre de 2003, para reaparecer hace sólo un mes y medio solicitando desesperadamente ayuda financiera para el organismo.
Pese a que en un primer momento Horacio Salas intentó diferenciarse de su antecesor, el filósofo Silvio Maresca, volviendo atrás con ciertas reformas que habían costado duros enfrentamiento entre la dirección y los gremios, la acción de los sindicatos, que además se llevan muy mal entre sí, terminó por jaquearlo.
Como sea, tras casi un año de gestión, algunos de los grandes temas pendientes de la biblioteca continúan en el tintero: un sistema de seguridad eficiente, recomponer la cadena de mandos (los empleados responden a sus delegados gremiales antes que a sus superiores) y un sistema de catalogación coherente con la importancia del organismo. Además, la profesionalización de los cargos de dirección, ya que muchos están ocupados por personas que ni siquiera terminaron sus estudios secundarios, y la puesta en condiciones de los depósitos, en los que, actualmente, el patrimonio de la blblioteca se deteriora día tras día.
Números y libros
Inventario: la Biblioteca Nacional no tiene un sistema de catalogación coherente. Se considera que esto ocurre desde 1953, durante la gestión de Gustavo Martínez Zuviría.
Libros: se calcula que tiene un patrimonio que supera largamente el millón de volúmenes. De éstos, unos 20.000 están en la sala del tesoro.
Presupuesto: la institución recibe unos 7 millones de pesos. Hace cinco años recibía 12 millones... El dinero se destina al funcionamiento del edificio, a la compra de libros y al pago de los sueldos de los 360 empleados.
Visitas: la biblioteca recibe unas 150.000 consultas anuales.
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