Homenaje a Natu Poblet, la gran madrina de los libros
Cozarinsky, Shua y otros evocan a la reina de Clásica y Moderna
Fue una personalidad destacada de la ciudad. Arquitecta, librera, gestora cultural, "descubridora" y madrina consecuente de jóvenes escritores, Natalia Poblet dejó una huella en Buenos Aires. A Clásica y Moderna (Callao 892), la librería creada en 1938 por su padre, "Natu" arribó en los años 80. Esa posta obligada de artistas e intelectuales fue su base de operaciones.
Con los años, en distintas radios, condujo programas destinados a difundir la pasión por la lectura. El 8 de junio pasado falleció, a los 79 años, y hoy al anochecer varios amigos la recordarán en la librería donde reinaba. Participarán del encuentro Edgardo Cozarinsky, Ana María Shua, Félix Bruzzone, Vera Giaconi, Julián López y Gabriela Cabezón Cámara, desde las 20. El homenaje fue organizado por la escritora Selva Almada.
"Los Poblet llevamos en el ADN el amor por los libros y el profundo respeto y afecto a sus autores -dice ahora Natalia Poblet, sobrina de Natu-. Un legado que se fue transmitiendo de generación en generación. A Natu le tocó transmitírmelo a mí."
Era plural en sus elecciones: Borges, Viñas y Piglia, entre otros, fueron agasajados por Natu en Clásica y Moderna. También Shua tuvo esa suerte. "Fue ella misma un centro cultural, una institución y una gran amiga y lectora -afirma Shua-. Tuvo quizás el último salón literario del siglo XX y el primero del XXI."
Vivía en un departamento de dos ambientes, con las paredes tapizadas con estantes de libros hasta el techo. Tenía libros de cuentos y novelas sobre el placar y debajo de la cama. Al leerlos, cuenta Giaconi, "quebraba los lomos y los llenaba de señaladores y anotaciones con marcador grueso".
“Recuerdo que yo era chica, y fui con mi madre a Clásica –dice Natalia Poblet-. Natu estaba sentada en su mesita del fondo con sus rulos rojos, un cigarrillo en la mano y un vaso de whisky en la otra. Creo que no le hablé en toda la tarde y ella tampoco a mí. Al momento de irnos, se levantó, tomó un libro, me lo dio y me dijo que cuando terminara de leerlo, se lo devolviera y que me daría otro. Ese acto continuó entre nosotras hasta sus últimos días.”
Los libros de Natu Poblet fueron donados a una biblioteca de la ciudad de Buenos Aires y están en proceso de catalogación, a la espera de nuevos lectores. El 25 de mayo de 2018, la librería Clásica y Moderna, su segundo (o primer) hogar, cumplirá ochenta años.
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