Historias imposibles
El próximo viernes, la Biblioteca Argentina LA NACION ofrecerá Acerca de Roderer, de Guillermo Martínez, una novela sobre la rivalidad de dos amigos y los peligros que encierra la conquista de un saber prohibido
Al igual que Roderer, su atormentado protagonista, la primera novela de Guillermo Martínez guarda un secreto que da su razón de ser a cada una de sus páginas. Historia de imposibilidades (un amor, una amistad y un saber imposibles) nos deja ver los jirones que dejan esos afanes, sin decirnos del todo si estamos ante una perturbación extrema o ante una exploración prodigiosa.
Acerca de Roderer (1992) es, entre otras cosas, una visita al mito fáustico, con un especial énfasis en la novela Doktor Faustus de Thomas Mann (que, bajo otro nombre, aparece discutida en esta ficción). Pero Guillermo Martínez recupera con delicadeza el carácter sobrenatural del mito original -que la obra de Mann había descartado- y así construye una novela que puede leerse dentro del género fantástico: la historia de quien alcanza un saber prohibido y el consiguiente castigo para él y para quienes lo rodean.
El brillo de las teorías expuestas en los diálogos entre los dos amigos (el narrador y Roderer) y la inteligencia que ilumina cada capítulo compiten con los otros logros del texto: la descripción de los incómodos silencios familiares, las grietas de decadencia que muestra la realidad a medida que crecemos, la verdad escondida que irrumpe de pronto en una palabra o en un gesto. Discusiones sobre el teorema de Gödel o sobre la creación literaria coexisten con observaciones cotidianas aprehendidas con intensidad; el autor, mientras escribe una novela sobre la difícil convivencia entre pensar y vivir, sabe cómo resolver el matrimonio entre narrar y pensar.
La primera escena es un duelo, y quizás toda la novela lo sea: dos adolescentes, el narrador y Roderer, se conocen a través de una partida de ajedrez, en el Club Olimpo, de Puente viejo, un pueblo imaginario del sur de la provincia de Buenos Aires. En el colegio profundizan su relación, es decir, exageran su distancia. Un profesor los escogerá como representantes de los dos modos que adquiere la inteligencia: la mente capaz de asimilar todo y que no encuentra en nada dificultades de importancia, y la mente destructiva, capaz de generar un pensamiento nuevo, pero que corre riesgos de aniquilarse en el camino.
La meta de Roderer es encontrar un sistema total capaz de contenerse a sí mismo y de superar el pensamiento binario; busca en los libros, en los conocimientos matemáticos de su amigo y en su propia obsesión, el atajo que conduce hacia las verdades últimas. El amor imposible de Cristina, hermana del narrador, por Roderer agrega desolación a la historia y también la perspectiva de un triángulo amoroso.
Leí por primera vez Acerca de Roderer hace casi diez años. Entonces me deslumbraron las ideas, la presencia del secreto como constructor de la trama, la rivalidad entre el narrador y su oscuro amigo, la inclusión de escenarios reconocibles y aun de un suceso tan cercano -la guerra de Malvinas- en una trama en absoluto realista. No advertí entonces, como ahora, la tristeza que comunican sus páginas y la serena invitación a vivir bajo la figura del que ha renunciado a la vida.