Hernán Díaz, el novelista argentino que escribe en inglés y cautivó a Kate Winslet: “La literatura es una conversación en cámara lenta”
HBO producirá una miniserie basada en la exitosa “Trust”, una ficción sobre el dinero ambientada entre 1920 y 1930, elegida en los Estados Unidos entre los mejores libros del año
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A Hernán Díaz (Buenos Aires, 1973) le llevó cuatro años escribir su segunda novela, Trust (Riverhead Books). El esfuerzo valió la pena: desde el lanzamiento en mayo, en Estados Unidos, solo cosecha elogios, nominaciones y premios. La novela estuvo en la lista de semifinalistas del Premio Booker, recibió el premio Kirkus en la categoría de ficción, fue seleccionada como uno de los diez mejores libros del año por el Washington Post, destacada como “libro notable de 2022” por el New York Times e incluida entre los mejores libros del año en la revista Time. Habrá que buscarla en librerías argentinas a partir de febrero de 2023, publicada por el sello Anagrama.
Por otro lado, se confirmó que esta ficción sobre el dinero ambientada en las décadas de 1920 y 1930 será adaptada como miniserie nada menos que por la actriz y productora británica Kate Winslet para HBO. El estreno está previsto para 2024 o 2025. “Es un gran honor trabajar con personas tan talentosas -dice Díaz a LA NACION-. Kate Winslet me parece un genio absoluto”. El autor, que por el momento decidió delegar en otros la escritura del guion, oficia como productor del proyecto.
Díaz es y no es un escritor argentino. Si bien nació en Buenos Aires en 1973, pasó su infancia en Suecia, regresó con su familia a la Argentina, cursó Letras en la Universidad de Buenos Aires y, al egresar, se instaló primero en Londres y luego en Estados Unidos, más precisamente en Nueva York. Allí da clases en la Universidad de Columbia y escribe cuentos, ensayos y novelas en inglés. En 2017 se publicó su primera novela, que se tradujo al español como A lo lejos (Impedimenta) después de una seguidilla de reconocimientos. Fue finalista del Premio Pulitzer y del Premio PEN/Faulkner, y también ganó el Saroyan International Prize, el Cabell Award, el Prix Page America y el New American Voices Award. "
The year’s notable fiction, poetry and nonfiction, selected by the staff of The New York Times Book Review.
— New York Times Books (@nytimesbooks) November 23, 2022
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“Suelo ir todos los años a la Argentina -dice-. Estuve en julio y espero volver en los próximos meses”. Es autor de un ensayo sobre la obra de Jorge Luis Borges y publica cuentos y artículos académicos en revistas extranjeras.
-¿En qué consiste el premio Kirkus y cómo te sentís con el recibimiento que tiene tu segunda novela?
-Kirkus es una revista especializada que, desde hace casi cien años, reseña todos los libros publicados en Estados Unidos. Sus críticas destacadas tienen una estrella. Suele haber unos doscientos libros con esta distinción por año. Un jurado integrado por escritores, críticos, editores y libreros elige cinco de esos doscientos libros como finalistas para el premio. Lo del Booker fue una gran sorpresa. Me encantó haber sido parte de ese proceso.
-¿De qué trata la novela?
-Aborda los mitos que se tejen en torno a inmensas fortunas y cómo esos mitos terminan por modificar la realidad. El libro está compuesto por cuatro documentos escritos en diferentes géneros y por diferentes autores. El primer “libro dentro del libro” es una novela que narra el ascenso del hombre más rico de Estados Unidos y la relación con su esposa. El segundo documento es una autobiografía inconclusa, escrita por un magnate de la “vida real.” La tercera sección está escrita por la secretaria del magnate y la cuarta, por su esposa. Pero el gran protagonista es el lector, quien debe, en gran medida, decidir cómo se relacionan estos textos.
-¿Por qué elegiste esa estructura?
-A medida que el proyecto crecía, me di cuenta de que uno de sus temas centrales era la voz: cuando leemos, estamos condicionados a confiar un tanto automáticamente en ciertas voces y a descalificar de un plumazo a otras. Asumimos inmediatamente que ciertos documentos o relatos históricos están más cerca de la verdad, mientras que la ficción suele ser vista como una suerte de mentira inocua. En vez de tematizar esta discusión, me pareció más interesante representarla formalmente y que los lectores sintieran lo inestable que es la frontera entre diferentes géneros y cómo ciertas narraciones pueden alterar la realidad.
-¿Cómo funciona el tema del dinero en la literatura norteamericana?
-Es curioso. Dado el lugar casi trascendental que ocupa el dinero en la conciencia de Estados Unidos, es rarísimo que casi no existan novelas que traten sobre el proceso de acumulación de capital. Esta ausencia me resultó muy productiva. Pero la novela, que transcurre mayormente en las décadas de 1920 y 1930, también trata de otros aspectos decisivos de esa época, como la inmigración (una de las protagonistas es hija de italianos) y los nuevos roles que asumieron las mujeres en la fuerza laboral; la figura de la secretaria, nueva en ese momento, es crucial.
-¿Qué autores te inspiraron para este proyecto?
-Como te decía, la novela está compuesta por cuatro libros, así que hay diferentes influencias. En el primer libro se siente la presencia de escritores como Henry James y Edith Wharton; el tercero está influenciado por “el nuevo periodismo” norteamericano, representado por escritoras como Lillian Ross y Joan Didion; el último es un homenaje a autoras como Jean Rhys, Virginia Woolf y Gertrude Stein. Pero estos son solo algunos nombres casi al azar: la verdad es que es una novela saturada de referencias literarias. Y esta estructura de libros dentro de libros es algo que encontramos en autores desde Cervantes hasta Nabokov y, desde luego, Borges.
-¿Cómo se relaciona Trust con tu primera novela, A lo lejos?
-Mi intención siempre fue que estos dos libros fueran lo más diferentes posible. A lo lejos, narrada desde un punto de vista muy confinado, es una novela claustrofóbica donde la naturaleza juega un papel decisivo. Trust, en cambio, es un libro polifónico y absolutamente urbano. Pero supongo que, a mi pesar, hay cierta continuidad entre ambas: las dos tratan de momentos muy osificados y altamente ideológicos de la historia estadounidense: la fiebre del oro y el crash de 1929. Me interesaba, en ambos casos, jugar con lugares comunes y preconcepciones que rara vez son revisadas. Me interesaba, en suma, el núcleo ficcional de la historia.
-La novela ya llegó a Brasil. ¿Se publicará pronto en la Argentina?
-Sale en castellano en febrero. Anagrama, mi editorial, también la imprimirá en la Argentina. Y sí: ya salió en Brasil y en varios países de Europa y Asia. Ha sido traducida, increíblemente, a más de treinta idiomas. Pero me importa mucho que se lea en la Argentina.
-¿Cómo avanza el proyecto de la serie para HBO con Kate Winslet? ¿Trabajás en el guion?
-Avanza a pasos agigantados. Por ahora, he decidido no escribir el guion. Es muy tentador, pero prefiero empezar otro libro. De todos modos, como soy productor, y un poco obsesivo, sigo todo muy de cerca y estoy trabajando con el director y con Kate Winslet para asegurarme de que la adaptación refleje la novela lo mejor posible.
-¿Cómo es la situación actual en Estados Unidos en la era post-Trump y en particular para los escritores e intelectuales?
-Veremos si hemos entrado en una era post-Trump. Soy optimista: las últimas elecciones han sido muy alentadoras. Pero el giro hacia la derecha extrema lamentablemente no es un fenómeno exclusivo de Estados Unidos: basta ver el caso de Brasil en América Latina o de Italia y Suecia, dos países con los que tengo una relación muy cercana, en Europa. Creo que aquí una preocupación fundamental para los escritores es la censura que existe a nivel local en algunos estados, que es también una preocupación del gobierno federal. Pero la respuesta es seguir escribiendo.
-¿Vas a publicar un libro de cuentos y con qué género te sentís más cómodo?
-He publicado varios cuentos en diferentes revistas a lo largo de los últimos años y creo que pronto los reuniré en una colección. Las convenciones genéricas son algo que me interesa mucho. La mayor parte de lo que escribo juega con el horizonte de expectativas de los géneros literarios. De hecho, mi último cuento, que acaba de salir, es una especie de relato de ciencia ficción, algo totalmente nuevo para mí.
-¿Tenés un método para escribir ficción o es aleatorio?
-Uno de los aspectos de la literatura que más me atrae es que es totalmente antimetódica. Por lo menos para mí. Por supuesto que la lengua tiene sus reglas y la escritura implica cierta disciplina. Pero la ficción que más me interesa es una conjunción de rigor formal y ciertos aspectos totalmente asistemáticos: emociones, asociaciones inesperadas, la sonoridad de las oraciones, etcétera. Creo que lo único que es más o menos consistente para mí es leer todo el tiempo libros pertinentes al proyecto en el que estoy trabajando. Y escribir la primera versión en cuadernos, no en una computadora.
-¿Cuáles son tus lecturas?
-La literatura es una conversación en cámara lenta. Por un lado, trato de estar al tanto de lo que escribe la gente a mi alrededor, mis interlocutores más inmediatos. Eso es muy importante para mí. Pero tengo una obsesión incorregible con la literatura del siglo XIX y, también, con el modernismo.
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