"Hay que enseñar educación financiera en las escuelas"
Robert Kiyosaki afirma que en las aulas sólo se forma para ser empleados
"La facultad nos forma para ser empleados, para trabajar para los millonarios. Yo estudio constantemente, pero con Donald Trump y con Steve Forbes." El que habla es Robert Kiyosaki, uno de los hombres más ricos del planeta y autor del best seller Padre rico, padre pobre (Aguilar), que ya vendió más de 30 millones de ejemplares y fue traducido a más de 50 idiomas.
Para Kiyosaki, la universidad no sirve para quienes quieren ser ricos. Y con la seguridad y solvencia que dan los millones se anima a más: "Yo les exigiría a los gobiernos que incorporaran educación financiera en la escuela". El ejemplo que utiliza en todos los casos es bíblico y lo trae una y otra vez a la charla: "A la gente no hay que darle peces, hay que enseñarle a pescar. Ya no basta con darle dinero a la gente, hay que enseñarles qué hacer con él. Por eso insisto en la importancia de la educación".
Llegó a Buenos Aires para promocionar su último libro, Hermano rico, hermana rica, escrito con su hermana Kim (ex hippie y seguidora del Dalai Lama), que ahora también es millonaria. Pasado mañana, a las 20.30, dará una conferencia en el teatro Gran Rex, Corrientes 857, y el valor de las entradas supera los 80 pesos.
En el libro, los hermanos Kiyosaki hablan de los distintos caminos que tomaron hacia Dios, el dinero y la felicidad. "Nos preguntamos si Dios tiene un plan para nosotros, y yo creo que el mío es dar este conocimiento que tengo. Estoy convencido de que para ser rico hay que ser generoso", expresó el millonario autor, en un encuentro con periodistas.
"Por la plata –continúa– el hombre es capaz de hacer cosas terribles, la gente piensa que el dinero lleva siempre a la codicia. Yo me hice el planteo y llegué a la conclusión de que para ser rico hay que ser generoso. El dinero no es malo per se. El Dalai Lama se equivoca al pensar que el dinero lleva a la codicia."
El secreto del éxito
Resulta extraño escuchar a un millonario decir que es muy fácil lograr sus metas: "Sólo hay que quererlo. Mi padre pobre (el biológico) era una persona formada, estudiosa, honesta, y murió en la pobreza. Mi padre rico (el padre de mi mejor amigo) no tenía formación intelectual, pero sabía cómo administrar el dinero".
"A los nueve años ya sabía cómo ser rico", cuenta Kiyosaki, e insiste en que no lo aprendió en la escuela, sino con su segundo padre. "La gente, en general, busca trabajo para tener dinero. Yo le aseguro que no es así. Mi padre pobre me decía: «Tenés que estudiar para tener empleo», mientras mi padre rico me enseñó que en lugar de decir «no puedo», me preguntara «cómo hacerlo»".
Descendiente de japoneses radicados en Hawai, el autor dice que la sencillez del lenguaje ayudó al éxito: "Padre rico... fue rechazado por las editoriales. Después vendió 30 millones de ejemplares, porque es simple".
Kiyosaki aconseja no invertir en un país determinado: "Hoy yo invierto en petróleo, oro y plata, que se usa en todo el mundo". Y no duda cuando se le pregunta cómo ve la Argentina: "Es un país rico que carece de educación financiera". Considera un error subir los impuestos en tiempos de crisis: "En EE.UU. pasa lo mismo; suben los impuestos que paga la clase media, los millonarios ganan más y crecen los barrios marginales".
Por eso insiste en la educación financiera: "No importa el lugar del mundo. El problema es el mismo en todos lados: cómo conseguir financiación. Siempre existe alguien dispuesto a darnos plata, el secreto está en saber cómo conseguirla. Y eso debería enseñarlo la escuela".
Consejos para Barack Obama
- "El presidente Obama, que es un buen hombre, se equivoca al darle plata a la gente –dice Kiyosaki–; tiene que enseñarles a pescar. Con impuestos tan altos, en pocos años Estados Unidos entrará al Tercer Mundo." Y, para más polémica, agrega: "Los políticos no son buenos, pero son necesarios, como los servicios fúnebres".