Hacia la integración
AMERICA LATINA EN PERSPECTIVA Por Mario Casalla-(Altamira-Fundación Osde)-496 páginas-($35)
La originalidad de este libro no proviene de la información que brinda --familiar para quienes frecuentan la literatura historiográfica sobre Latinoamérica--, sino del modo en que se articula esa información. Cercana, por su intención narrativa, a Las venas abiertas de América Latina, esta obra de Mario Casalla difiere de la de Eduardo Galeano al privilegiar la filosofía como articulador conceptual de su enunciación, sin por ello olvidar, claro está, la economía y la política, y mucho menos la literatura de la región.
Se diría que estas quinientas páginas de historia meditada con intención diagnóstica se proponen tanto la divulgación como el debate de nuestros problemas fundamentales; la indagación, en suma, de las razones por las que nuestras naciones no han sabido encontrar el camino de la interdependencia y la real soberanía. Son, en tal sentido, tanto un repaso de lo sucedido entre los siglos XVI y XX, como, asimismo, expresión de un fuerte posicionamiento subjetivo ante el drama de una región que aún no ha logrado saldar la deuda contraída con la dignidad de sus pueblos.
Por momentos, el fervor de su denuncia lleva a Casalla a promover contraposiciones tan drásticas y discutibles como las que él mismo reprocha, entre otros, a Sarmiento. Se lo ve persuadido de que la verdad está, siempre, del lado de las mayorías en cuanto tales y concibe sus intereses como invariablemente "liberadores". En cambio, las minorías, siempre también, son "fatalmente perversas" y sólo representan mezquinos intereses particulares. Casalla legitima la validez de antinomias como "pueblo y antipueblo", y al describir los enfrentamientos entre indios y españoles, en el siglo XVI, no vacila en remitir a los primeros como "nosotros" y a los segundos como "ellos".
Por suerte para su libro y para bien del lector propenso al equilibrio interpretativo, estos embanderamientos extremos son ocasionales y casi disruptivos. Hay en Casalla una fuerte proclividad hacia lo complejo y los claroscuros que, al apartarlo de las rígidas dicotomías, da lugar a páginas seguramente perdurables como expresión de sensibilidad filosófica, sagacidad analítica y buena documentación. En tal sentido, debe subrayarse su reivindicación de la integración regional como la mejor manera de capacitarnos para una incorporación eficaz a la nueva realidad global. Casalla se muestra convencido de que "convenientemente estimulada y conducida, la imaginación americana está en condiciones de participar creativamente" en el nuevo escenario mundial.
Casalla, que concede seguramente un carácter coyuntural a la actual hegemonía mundial de los Estados Unidos, insiste en que ha quedado atrás "la etapa de los imperialismos tradicionales que sucesivamente predominaron en la región. Comienza ahora una forma de ?imperio´ planetario cuyas fronteras están mucho más desdibujadas y cuyos centros están en varias partes". Entiende el autor que para poder avanzar en la dirección propicia, Iberoamérica debe comprender a fondo las razones de su larga y arraigada desorientación histórica.
Es muy completo, en el despliegue de ese esfuerzo de comprensión, el repaso que Mario Casalla realiza del patrimonio literario de nuestra América. Sabe leerlo en profundidad y en él encuentra indicios, síntomas y expresiones cabales tanto de la conciencia como de la inconsciencia de los males hemisféricos. Así, llega a la conclusión de que si bien el ideal de integración latinoamericana excede por el momento nuestra experiencia, está en el horizonte de nuestras expectativas como objetivo eminente y necesidad insoslayable. Los países de América latina, afirma el autor, "no han completado todavía su proceso de emancipación (política, económica, cultural)". Para ellos, "la construcción de la Nación sigue siendo una tarea inconclusa y prioritaria".
En suma, América Latina en perspectiva es un libro dramático y esperanzado a la vez, y no puede menos que subrayarse la confianza que su autor deposita en la capacidad progresiva de nuestros pueblos para concebir, con paciencia y tenacidad, las mejores alternativas que puede depararles el porvenir.