Guía del perfecto investigador
Raquel San Martín
Trucos del oficio
Por Howard Becker
Que los problemas investigados por las ciencias sociales son construcciones sociales y los científicos intervienen y modifican los fenómenos estudiados son nociones difundidas en el campo científico desde hace varias décadas. Sin embargo, pocas veces se discuten formas de incorporar esos saberes a la práctica. Es decir, cómo puede un investigador social detectar la influencia del sentido común cuando define su objeto de estudio; cómo evitar que los conceptos teóricos determinen los hallazgos del campo; hasta dónde extender los resultados en busca de una generalización.
Trucos del oficio, de Howard Becker -que Siglo XXI rescata después de Outsiders, del mismo autor-, hace exactamente eso. Es un manual que, con tono didáctico, guía a los investigadores en las etapas de su trabajo, y repasa el imaginario científico que orienta la elección de temas, la definición de los casos de estudio, los conceptos que dan forma al trabajo y la lógica que permite llegar a conclusiones más o menos válidas. "Los trucos de este libro ayudan a resolver problemas de pensamiento", anticipa Becker, que en las páginas del libro recuerda a sus maestros, apela a su experiencia como docente y a investigaciones propias y ajenas para argumentar su punto central: la necesidad de "aumentar la capacidad de nuestras ideas de abarcar la diversidad de lo que ocurre en el mundo".
Los músicos de jazz, los estudiantes de medicina, los consumidores de marihuana y el mundo del arte -sus más desarrollados objetos de estudio- aparecen junto con detalles de la trastienda de sus investigaciones. Los "trucos" que describe son variados: considerar hipótesis que parecen imposibles o ridículas; entender la sociedad como un organismo o como una máquina; ver en un objeto físico todos los procesos sociales que lo llevaron a ser lo que es; preguntar "cómo" y no "por qué"; cuestionar las nociones que se dan por sentadas en cualquier actividad social. La lista sigue e incluye complejos ejercicios lógicos de manipulación de variables.
Como ningún profesor es inocente en su elección de metodologías, detrás de los consejos de Becker está su propia concepción de la vida social, de la sociología y del diálogo entre teoría y evidencia como motor de la investigación. Pero un lector atento podrá tomar del texto aquello que le resulte útil. Y no sólo hay material para los sociólogos -a los que se dirige el autor-, sino también para quienes de alguna manera escudriñan el mundo social, como historiadores, periodistas, artistas y escritores. No da Becker trucos para enfrentarse a la escritura, pero sí recomienda a los científicos acercarse a la literatura como un saber que abre posibilidades que, de otro modo, "no sabríamos que existen".
© LA NACION
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