Mucho público y cautela para comprar en Pinta BAphoto
Sobra el interés por la fotografía en la 18a edición de la feria, que cierra mañana en Casa Basavilbaso, pero también hay más dudas que en años anteriores a la hora de invertir
- 4 minutos de lectura'
Si hay amor a primera vista, que no se note. “Te confirmo en un ratito”, es la respuesta más común después de preguntar por el precio, aunque no supere los trescientos dólares y se pueda pagar por el equivalente en pesos. Con esa cautela, un público más variado que en años anteriores -y más relajado, ya sin la obligación de usar barbijo- recorre en estos días la 18a edición de Pinta BAphoto, la feria de fotografía latinoamericana que cierra mañana en Casa Basavilbaso.
“Hay menos inercia que otros años, una cosa menos impulsiva”, dijo a LA NACION María Ortiz Mugica, directora de la galería Zona V, que ya vendió obras de Diego Ortiz Mugica, Francisco Kitzberger y Guillermo Napoli. “Creo que la situación del país y del mundo generan mayor prudencia -agregó-. Eso no quita que el stand esté las ocho horas lleno de gente; me piden que les mande el catálogo online, se llevan presupuestos”.
Incluso hay contraofertas, como las que evaluaba la galerista Cecilia Caballero mientras esperaba, a su vez, que le confirmaran la compra de una obra de Jacques Bedel. También Rolf Art, la galería que presenta la sección homenaje a Sara Facio, tuvo muchas consultas por las piezas intervenidas después de haber vendido el primer día Autopaisaje en Palais Royal (1987). “Esperamos que sea una institución quien se interese por los contactos”, señaló su directora, Florencia Giordana Braun.
“Por ahora vendimos una sola obra. Nos han consultado bastante por precios y hemos mandado varias veces el PDF. Se termina de definir mucho el último día; eso nos ha pasado en otras ediciones”, observó por su parte Daniel Pagano, director de la galería rosarina Subsuelo, que ofrece fotografías de Matías Sarlo en un rango que va de los 400 a los 1400 dólares.
“Las ventas vienen más lentas que otros años, pero es entendible en este escenario del país -dijo a su vez Marina Pellegrini, codirectora de la galería Vasari junto con Lauren Bate-. Seguramente se va a vender la serie de Kuropatwa, porque tiene dos interesados firmes. Nosotras estamos muy contentas con lo que vendimos y con la enorme difusión que tuvieron Iaros y Proyecto Calle, que eran nuestros principales objetivos esta vez. Es una feria boutique que es ya cita obligada para todos los que coleccionan o se dedican a la fotografía, y me encanta participar, el balance siempre es bueno”.
Otros que se acercaron a descubrirla, según Julián Mizrahi, e incluso visitaron la feria más de una vez esta semana. “Hubo una renovación de público, hay gente que no vino en otras ediciones”, asegura el director de la galería Del Infinito. Eso confirmó la visita guiada de hoy a cargo de Esteban Pastorino, el artista que representa en la feria con un solo show, que convocó a más de treinta personas. También fueron un éxito las visitas guiadas organizadas por Malba Joven y la Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes.
En la sección Wunderkammer, la casa de antigüedades Hilario había concretado la venta de piezas de Julie Weisz, Francisco Vera, Arturo Boote y Adolfo Alexander, y tenía varias otras “en marcha”. “No más que lo habitual”, respondió entre risas Roberto Vega, curador de este espacio, cuando se le preguntó si abundaba el regateo entre los potenciales compradores.
La ansiedad por las respuestas que no llegan se palpó también ayer en el auditorio, donde se debatió sobre la necesidad de incluir a la fotografía en la ley vigente sobre circulación internacional de obras de arte. “Hoy no es posible exportar fotografías de manera temporal (para muestras) o definitiva (en el caso de ventas) con un marco legal que lo ampare”, explicó María Paula Zacharías, moderadora del encuentro que reunió a Giordana Braun, Eduardo Mallea, Sergio Quattrini, Maura Herlitzka y Sabrina Ajmechet.
Esta última, diputada nacional de Juntos por el Cambio, presentó un proyecto que ya está siendo tratado en la Cámara de Diputados para hacer una modificación que salve ese vacío legal. Esto implicaría según Mallea, que además de abogado aduanero es coleccionista y vicepresidente de arteba, “la facilitación de su circulación, para importar o exportar; la exención de tributos; la acreditación del origen lícito de los bienes que se importan o exportan, y el acompañamiento del Poder Ejecutivo cuando haya eventos que merezcan reconocimiento”.
Para agendar:
Pinta BAphoto, hasta mañana en Casa Basavilbaso (Basavilbaso 1233, Retiro). Entrada general: $2000; 2 x 1 con Club LA NACION. Mañana a las 16, visita guiada por Pablo Ziccarello.