Gioconda Belli: “No puedo dejar de escribir ni de pensar en Nicaragua”
Exiliada en Madrid por su férrea condena al régimen de Daniel Ortega, la autora de “El país de las mujeres” recibió la ciudadanía española; “la noción de patria es algo que no se puede borrar del corazón”, dice
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MADRID.— La escritora Gioconda Belli (Managua, 1948) recibió la llamada del canciller español José Manuel Albares. El funcionario le comunicaba que, en una sesión realizada por el Consejo de Ministros, se había resuelto concederle la nacionalidad española. La escritora, ganadora del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2023, se encuentra radicada en Madrid, en el exilio, desde que régimen de Daniel Ortega iniciara una razia contra los opositores y críticos de su gobierno en 2022. “Fue muy emocionante. El exilio es muy duro y la noción de patria es algo que no se puede borrar del corazón, aunque aquí he logrado tener una noción de pertenencia”, dijo la autora a LA NACION.
Belli fue miembro del Frente Sandinista de la Liberación Nacional y tras años de servicio a la causa, durante la dictadura de Anastasio Somoza, debió abandonar su país hasta el triunfo de la Revolución en 1979. Hoy, férrea detractora del sistema dictatorial impuesto por Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, vive en el exilio. Belli había salido de Nicaragua en mayo de 2022 para visitar a sus hijas en Estados Unidos cuando el régimen inició una feroz persecución contra los opositores. Los líderes fueron apresados y la casa de la autora se encuentra actualmente confiscada por Ortega. La autora de El país de las mujeres y su marido se radicaron en Madrid desde donde ella erige su voz contra los abusos cometidos por su otrora compañeros de la Revolución.
En febrero de 2023 Belli cortó su pasaporte nicaragüense con una tijera frente a las cámaras de TVE, la televisión pública española, poco después de que el gobierno de Ortega le retirase la nacionalidad a ella y a 300 políticos y disidentes del régimen. “Este papel que es el pasaporte nicaragüense no me hace a mí nicaragüense, no me quita a mí la nacionalidad aunque hayan cambiado la Constitución en un trámite exprés. Yo no soy este pasaporte. Soy Gioconda Belli, una poeta nicaragüense, y cuando la historia haya olvidado a estos tiranos, yo todavía voy a estar en mis libros. A mí no me van a amilanar”, afirmaba.
Ayer doce nicaragüenses apátridas, entre los que se encuentra Belli, recibieron la nacionalidad española, una disposición que fue publicada en el Boletín Oficial del Estado. Belli contaba con la nacionalidad italiana, que posee de su rama paterna, y solicitó la ciudadanía española. Aunque se afirmó que contaba con la ciudadanía chilena, Belli negó este hecho y explicó que en una entrevista se le preguntó que ciudadanía le gustaría tener y ella pronunció la chilena “por un acto de cariño”, sin embargo, fue apenas una intención. “Hice mi solicitud a España, le escribí al ministro Albares explicándole mis razones, esperé un buen tiempo y ayer me llamó personalmente para decirme que estaba muy contento porque se me había concedido la nacionalidad. Me dijo que para ellos era una gran alegría poder incluirme entre los españoles”.
-¿Qué extraña más de Nicaragua?
-La Nicaragua de antes. Siento que lo que está pasando no es solo una dictadura represiva, sino que hay un intento de cambiar el sentido del país, de convertirlo en un país de gente dócil, indiferente, muy acobardada. Nicaragua ha sido un país rebelde, de mucho canto, mucha poesía, mucha energía positiva de la gente, que ha creído en el futuro, a pesar de todo. Eso está diluyéndose, porque no es solo la dictadura, sino todo lo que ella envuelve, con su discurso mentiroso, apabullante que cambia toda la realidad.
-¿Cuál es su noción de patria?
-Es un paisaje que yo veía desde mi casa en Managua, ahora confiscada, desde donde se ven los lagos, los volcanes, un cielo muy especial que hay en Nicaragua por el calor y el vapor, los atardeceres son espectaculares. Ese paisaje le canta a mi corazón. En estas circunstancias uno tiene que buscar otra noción de patria y hoy es una calle que se llama Bailén que también tiene unos atardeceres muy lindos, desde donde se ve el nuevo museo, la Galería de Colecciones Reales, la Almudena. Los españoles han sido muy amables, han dio impresionantemente solidarios conmigo. He encontrado un país que me ha recibido con los brazos abiertos. Yo tenía vínculos con España por mi literatura. Aquí está mi editor Chus Visor [Jesús García Sánchez Chus Visor], mi hermana vive en Madrid y sus hijas viven aquí.
-Hay un éxodo de varios países que escapan de dictaduras, de gobiernos corruptos, del narcotráfico. ¿Cómo analiza el escenario latinoamericano?
-Lo veo con mucha preocupación y tristeza. Estamos atravesando un tiempo muy difícil. No hay líderes que nos inspiren confianza de que nos van a conducir al lugar apropiado. Estamos creándonos nuestro propio calvario porque ya no hay mucho que puedan hacer las otras naciones si las propias oposiciones no logran articular una alternativa. Vamos a ver qué ocurre en Venezuela y, si dejaran participar a Corina Machado, creo que países como España tienen que tener una voz importante.
-¿Ha podido seguir las noticias argentinas? ¿Qué opinión le merece el gobierno del presidente Javier Milei?
-Me parece una cosa extraña. Es un fenómeno como Donald Trump, un populismo peligroso, porque también tiene esa calidad de cambiar el discurso y, con él, de crear una realidad alternativa enfermiza. Hoy leí en El País un artículo que habla de la “teoría del loco” [escrito por Pola Olaixarac] que habla de Argentina, pero también de Nicaragua. El loco mantiene a todo el mundo en vilo.
-Si regresara la democracia y se conformase un nuevo gobierno, republicano, y la convocaran, ¿regresaría a la política?
-Hay gente joven que debe tomar ese papel. No es muy bueno para la política que las personas que ya hemos estado allí sigamos insistiendo en estar. Yo puedo ser consejera, pero hay mucha gente valiosa.
-Es una voz destacada por su crítica al régimen de Ortega y esto le insume tiempo dada las múltiples actividades que lleva a cabo. ¿Encuentra tiempo para escribir con tantas actividades?
-Sí, siempre encuentro tiempo. En octubre saldrá mi nueva novela, Un silencio lleno de murmullos. Pero es cierto que no puedo dejar de escribir ni pensar en Nicaragua. Escribí un poema que ha hecho mucho ruido, dedicado a los sacerdotes y obispos que fueron liberados de la cárcel y desterrados: “Llegan a Roma al viaje no deseado”. He tenido suerte porque tengo un trabajo portátil, pero es difícil el exilio para la gente grande porque se le quita la pensión de jubilación y han trabajado toda su vida. La crueldad del gobierno de Nicaragua ha sido espantosa, demoníaca.
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