Generosidad en tiempos de crisis: el Moderno suma obras donadas por Supervielle
El banco entregó al museo 21 piezas de artistas argentinos contemporáneos, tras haberle cedido en comodato otras 83 en diciembre; se fortalece así una alianza público-privada iniciada hace casi una década
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“El arte transforma nuestra vida y expande nuestra imaginación”. Con esa convicción anunció hoy Patricio Supervielle la donación al Museo de Arte Moderno de Buenos Aires de 21 obras que pertenecían a la colección del banco que preside y que lleva su nombre. Se suman así a otras 83 piezas de artistas argentinos contemporáneos cedidas en comodato en diciembre último, como parte de una alianza estratégica entre ambas instituciones que se fortalece con los años.
Las que ingresaron hoy en forma permanente fueron creadas por Diana Aisenberg, Eduardo Basualdo, Diego Bianchi, Florencia Caterina, Marina De Caro, Ana Gallardo, Fernanda Laguna, Catalina León, Cristina Schiavi, Alejandra Seeber, Luis Terán, Gabriel Valansi y el grupo Oligatega Numeric. Algunos de ellos aún no estaban representados en la colección del museo, que los presentó como “fundamentales en el desarrollo de las artes visuales entre los 90 y los 2000, tanto en el ámbito nacional como internacional”.
“Es un gesto de generosidad en un momento difícil para la Argentina”, reconoció emocionada Victoria Noorthoorn, directora del Moderno, al recordar que el Banco Supervielle contribuyó también entre otras cosas a ampliar el edificio, duplicar sus salas, inaugurar una nueva sede para la biblioteca y crear una sala de educación. Esta última lleva el nombre de Emmanuelle Bapaume de Supervielle, fallecida en 2017 e impulsora junto a su marido de una colección institucional que llegó a tener casi 250 obras.
La pareja comenzó a trabajar en 2007 en la creación del acervo con Atilio Dell’Oro Maini, director del Grupo Supervielle, y la propia Noorthoorn, antes de que esta última asumiera la dirección del museo en 2013. El vínculo de cooperación continuó, sin embargo. “Son un ejemplo de esta articulación pública-privada que buscamos en el campo cultural”, destacó Enrique Avogadro, ministro de Cultura porteño, y agregó que el banco también tiene un rol “muy activo” en el programa de mecenazgo. “Lo privado no reemplaza la inversión pública, sino que la complementa -aclaró el funcionario-, y hace falta mucho apoyo para impulsar los proyectos de los artistas”.
Fueron varios los aportes que contribuyeron, a lo largo de más de seis décadas, a conformar un acervo público que supera las 7600 obras. Entre ellos, los del Fondo Nacional de las Artes, Patricia Phelps de Cisneros, Alberto Heredia, Josefina Pirovano de Mihura y las familias de Juan Del Prete, León Ferrari y Sergio De Loof. “Estas donaciones son hitos que nos permiten dar pasos muy grandes para representar a los artistas y las escenas -señaló Alejandra Aguado, jefa de Patrimonio del Moderno-, y abarcar múltiples maneras de ver el mundo”.
Ese cambio de perspectiva es lo que buscó también el banco al impulsar la colección, que distribuyó en sus sedes y exhibió en otras provincias. “Hace quince años iniciábamos un proceso institucional de crecimiento, que nos llevó a cotizar en la bolsa de Estados Unidos, y quisimos acompañarlo con una apuesta por obras de jóvenes artistas argentinos -recordó Dell’Oro en diálogo con LA NACION-. El arte representa cambio, innovación, transformación. Ayudó a mejorar la experiencia laboral de los empleados, y ahora queremos compartirlo con un público más amplio a través del museo”.
Esa búsqueda de transformación afectó incluso al logo del Grupo Supervielle. “Está inspirado en una obra de Daniel Joglar”, señala Ariadna González Naya, curadora de la Colección Supervielle. En la página de Facebook del banco, un video muestra cómo fue creada en 2011 con barriletes aquella instalación titulada La carrera del aire, y agrega: “Representa el vuelo que queremos ofrecerte para que imagines hasta dónde podés llegar”.