Gabriela Acher: "El humor me sacó del lugar de víctima"
La actriz habla del papel de la mujer
Gabriela Acher se ríe de las vicisitudes femeninas y hace reír como locas a las mujeres -y a sus maridos o parejas- que leen sus libros o van en el teatro. Sus observaciones sobre el devenir de las luchas de la mujer y su relación con su madre, sus hijos y los hombres son bastante más que buenos chistes.
Dice que los hombres se ríen de "cosas que les pasan a los otros", pero no tanto de los que les pasa a ellos y que las mujeres, en cambio, se divierten con sus propias fragilidades, y advierte que en la Argentina y en el mundo se está en busca de una madre.
En diálogo con LA NACION, se describió como una "cronista de este tiempo", y así lo reflejan sus reflexiones en Algo sobre mi madre (todo sería demasiado) -monólogo que presenta en La Casona del Teatro- o en su anterior espectáculo y libro, El amor en tiempos de colesterol . También escribió Si soy tan inteligente por qué me enamoro como una idiota , La guerra de los sexos y El príncipe azul destiñe .
-¿Los argentinos nos reímos de nosotros mismos?
-El argentino es uno de los pueblos con más humor que he conocido. Dicho esto, agrego que el humor del varón argentino no es basado en sí mismo, no reflexiona hacia adentro, sino que se ríe de lo que le pasa a otro. La mujer mira hacia adentro, mira más su ombligo por donde pasa la vida.
-¿Cuál es el vínculo entre el humor y la inteligencia?
-El humor es inteligente cuando no es un fin, sino un medio. En mi caso siento que el humor es mi idioma, no mi mensaje. No hago el chiste por el chiste mismo, sino que el chiste me sirve para hablar de algo que de otra forma sería ríspido, duro. En cambio, el humor afloja los esfínteres y hace que puedas recibir lo que el otro está tratando de decirte. Cuando cuento mis desgracias con mi madre y la gente se ríe como loca es porque a ellos también les pasa. Se logra una comunión espiritual, profunda.
-Concuerda con quienes dicen que el humor nace de la insatisfacción.
-Sí. El que hace humor es porque tiene algo de lo que quiere protegerse. Primero, porque en un mundo perfecto el humor no tendría razón de ser. No te podés reír de algo que está bien, divino, precioso. El humor se nutre del dolor.
-Hoy hay mujeres que gobiernan países como Chile, Alemania, Cristina Kirchner lo hará en breve, y es una mujer la persona que controla la defensa en los Estados Unidos. ¿Cómo se explica esto? ¿Es mera coincidencia?
-Es el universo reordenándose en busca de equilibrio. Viene una etapa en la que la mujer ocupará un lugar preponderante y desarrollará todas sus habilidades. Pero no soy tan romántica como para pensar que por el solo hecho de ser mujeres las cosas van a cambiar. Hay mujeres que todavía están muy contaminadas por el pensamiento patriarcal. Creo que no sólo en la Argentina, sino en el mundo, se está necesitando a la madre.
-Hoy se discute sobre el género. Ser mujer ¿es una construcción social o responde a nuestra naturaleza?
-Simone de Beauvoir decía: no se nace, sino que deviene mujer. El hombre se ha forjado una imagen para sí mismo. En cambio, la mujer nace en un mundo en el que ya hay prefijada una imagen de lo que ella debería ser. Para la mujer ésta es la primera etapa de su existencia en la que podrá plantearse quién es ella, cómo quiere ser y poder salir del molde prefijado que tiene la cultura. También en la Argentina aun las mujeres más preparadas e inteligentes están preocupadas por estar lindas, porque no aprendimos a mirarnos a nosotras mismas directamente en un espejo.
-¿Le sirvió el humor en su vida?
-Sí, y más que ninguna otra cosa porque me sacó del lugar de víctima. Con el humor no soy víctima...