Futuro híbrido: la redefinición de lo humano inspirará la Bienal de Venecia
La curadora Cecilia Alemani adelantó las claves de la 59a edición que se inaugurará en abril; incluirá esculturas del tucumano Gabriel Chaile y pinturas de Remedios Varo prestadas por Eduardo Costantini
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Un futuro posthumano y postgénero, con seres híbridos que surgen de la unión entre hombres, animales y máquinas: eso es lo que anticipará la 59ª edición de la Bienal de Venecia a partir del 23 de abril próximo. Postergada un año por la pandemia y curada durante un período de gran incertidumbre por Cecilia Alemani, la muestra internacional incluirá entre los trabajos de 213 artistas de 58 países esculturas del tucumano Gabriel Chaile y pinturas de Remedios Varo prestadas por Eduardo Costantini, fundador del Malba, según se anunció hoy en una conferencia de prensa transmitida en vivo desde Italia.
“Muchos artistas imaginan un futuro posthumano, no antropocéntrico”, dijo Alemani, que se inspiró en un libro de Leonora Carrington para darle a esta edición el título “La leche de los sueños”. “La artista surrealista describe un mundo mágico en el que la vida se reinventa constantemente a través del prisma de la imaginación y en el que se permite cambiar, transformar, volverse otro. La exposición elige a las criaturas fantásticas de Carrington, junto a muchas otras figuras en transformación, como compañeras de un viaje imaginario a través de la metamorfosis de los cuerpos y las definiciones de lo humano”, explicó la curadora nacida en Milán en 1977, que además tiene a su cargo el programa artístico del High Line de Manhattan y curó el circuito Rayuela durante la semana porteña de Art Basel Cities: Buenos Aires, en 2018.
Durante aquel proyecto conoció la obra de Chaile, artista nacido en Tucumán en 1985, que instaló entonces en La Boca un horno de barro con el que cocinó para los vecinos del barrio. Ahora volvió a convocarlo para presentar cinco monumentales esculturas con rostros y extremidades realizadas con el mismo material, que comparó con “ídolos de una civilización mesoamericana”. “Chaile es un artista con el que disfruté mucho trabajar en la Argentina. Está llevando su práctica a un nivel diferente y creo que los temas y las narrativas que evoca su trabajo son muy importantes para la muestra, así que también decidí darle un espacio bastante amplio”, dijo Alemani a LA NACION.
La exposición curada por ella, que se dividirá entre el Pabellón Central de los Giardini y el Arsenale, sumará también dos obras de Remedios Varo –amiga de Carrington- prestadas por Costantini que pertenecen a su colección personal: Simpatía (La rabia del gato), comprada en 2019 por 3,1 millones de dólares en Christie’s en 2019, y Armomía (retrato sugerente), por la que pagó al año siguiente en Sotheby’s el doble de ese valor y que no se exhibe al público desde 1986. Y el artista brasileño Luiz Roque participará con un video que está filmando ahora en Buenos Aires, según anticipó la galería porteña Isla Flotante.
Por otra parte, entre los ochenta pabellones nacionales se contará el de la Argentina, con obra de Mónica Heller curada por Alejo Ponce de León que estará muy en sintonía con el tema general de la muestra. La artista presentará una videoinstalación multicanal de animación 3D, poblada de personajes en continua transformación, presentada en un clima fantástico ambientado por sonidos artificiales. “Me inspiro no solo en el cuerpo de manera literal sino también como metáfora, en la posibilidad de transformación de lo propio”, dijo Heller a LA NACION en diciembre, cuando se anunció el envío en el Palacio San Martín.
Forzada a trabajar por Zoom y sin poder viajar como consecuencia de la cuarentena global, Alemani confesó haber tenido “conversaciones muy íntimas” con mujeres artistas que hasta entonces no conocía. “De estos diálogos han surgido persistentemente muchas preguntas que evocan no sólo este preciso momento histórico en el que se ve amenazada la supervivencia misma de la humanidad, sino que resumen muchas otras cuestiones que han dominado las ciencias, las artes y los mitos de nuestro tiempo -señaló. ¿Cómo está cambiando la definición de humano? ¿Cuáles son las diferencias que separan lo vegetal, lo animal, lo humano y lo no humano? ¿Cuáles son nuestras responsabilidades hacia nuestros semejantes, otras formas de vida y el planeta que habitamos? ¿Y cómo sería la vida sin nosotros?”
Esas preguntas sirvieron como base para el guión curatorial, centrado en tres temas: la representación de los cuerpos y sus metamorfosis; la relación entre individuos y tecnologías, y los lazos que se entrelazan entre los cuerpos y la Tierra. Se reflejarán en un cruce de obras entre artistas de distintas generaciones, a través de cinco exposiciones temáticas concebidas como “cápsulas del tiempo”.
“Las cápsulas temáticas enriquecen la Bienal con un enfoque transhistórico y transversal –explicó Alemani- que rastrea similitudes y legados entre metodologías y prácticas artísticas similares, incluso después de generaciones, creando nuevas estratificaciones de sentido y cortocircuitos entre presente y pasado: una historiografía que no procede por filiaciones y conflictos sino por relaciones simbióticas, simpatías y hermandades”.
En la conferencia de prensa transmitida en vivo que ofreció desde Venecia junto a Roberto Cicutto, presidente de la Bienal, Alemani aclaró que no se trata de una muestra “pandémica” sino que “inevitablemente registra las convulsiones de nuestro tiempo. En estos momentos, como nos enseña la historia de la Bienal de Venecia, el arte y los artistas nos ayudan a imaginar nuevas formas de convivencia y nuevas, infinitas posibilidades de transformación”.
En esta misma línea inclusiva, ambos destacaron también que la mayoría de los artistas participantes son mujeres y sujetos no binarios, y que cinco países participan por primera vez: la República de Camerún, Namibia, Nepal, el Sultanato de Omán y Uganda. También, que las repúblicas de Kazajstán, Kirguistán y Uzbekistán participan por primera vez con pabellón propio.
“La exposición imagina nuevas armonías, convivencias hasta ahora impensables y soluciones sorprendentes –dijo por su parte Cicutto-, precisamente porque se distancian del antropocentrismo. Un viaje al fin del cual no somos derrotados, sino que se forman nuevas alianzas generadas por el diálogo entre diferentes seres (algunos quizás también producidos por máquinas) con todos los elementos naturales que nuestro planeta (y quizás otros) nos presenta”.
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