Frieze, recargada
Los argentinos Tomás Saraceno y Manuel Espinosa brillaron en la gran cita londinense del arte contemporáneo
La feria de arte contemporáneo Frieze abre sus puertas cada octubre en la capital británica desde hace doce años y siempre logra lo que se propone: vender más obras de arte e instalarse como uno de los principales eventos de la escena artística. Fundada en 2003 por los editores de la revista Frieze, ha logrado hacer de Londres una parada inevitable en el circuito internacional y movilizar el calendario de subastas y muestras que acompañan la semana. En 2012 los organizadores doblaron la apuesta: inauguraron Frieze New York y Frieze Masters, feria paralela dedicada al arte de los maestros que no para de crecer, con 127 galerías que ofrecen desde arte antiguo hasta Picasso y Cindy Sherman.
En esta edición de Frieze London, las ventas sucedieron rápido. El primer día se vendió el díptico de Damien Hirst, unas vitrinas de pescados en formaldehido de 1993, con el sugerente título Porque no puedo tenerte te quiero, en cuatro millones de dólares. También obras de Sigmar Polke, fotos de Andreas Gursky y el conjunto de Kaws en la galería Perrotin. Las del artista argentino con base en Berlín Tomás Saraceno se exhibieron en Esther Schipper, suspendidas del techo y contra un gran mural fotográfico de Thomas Demand con flores rosas. La revelación para los argentinos fue la presencia de pinturas geométricas históricas de Manuel Espanosa en el stand de Stephen Friedman, quien está a cargo de su obra con precios impensados para el mercado local. De nuestra región se destacaron además Adriana Varejão, Gabriel Orozco, Oscar Murillo y Doris Salcedo.
Frieze reúne a 162 galerías de 25 países en una carpa inmensa en Regent's Park, en pleno centro de Londres, donde se ve todo tipo de público. Desde los adinerados coleccionistas hasta niños con uniforme de colegio en visitas guiadas. Hay también espacios para socializar que están llenos la mayor parte del tiempo.
Este año incorporaron nuevas secciones. Entre ellas se destacaron Live, dedicada a instalaciones de artistas con perfil performático concebidas especialmente para la ocasión, y Focus, que reunió a artistas emergentes de galerías jóvenes, charlas y películas.
La francesa Mélanie Matranga ganó el premio Frieze, que permite que un artista emergente pueda desarrollar un proyecto en la feria, con A to B Coffee, un café en el que filmó distintas situaciones atravesadas por una pareja durante la construcción del espacio. El primer episodio puede verse en el sitio web de la feria (www.frieze.com).
Las grandes galerías del mundo como Gagosian, Hauser & Wirth, White Cube y Lisson conviven en Frieze con galerías europeas y estadounidenses. De América Latina sobresalió Brasil con Fortes Vilaça, Vermelho, Luisa Strina, A Gentil Carioca, Mendes Wood DM; Colombia con Casas Reigner y México con Kurimanzutto.
Las propuestas de Gagosian y Hauser & Wirth impactaron en la crítica: el primero le encargó al artista Carsten Höller a modo de stand una plaza de juegos interactiva, y Hauser & Wirth ofreció una exhibición curada por el artista Mark Wallinger que recreó el estudio de Sigmund Freud en Londres con obras de la trastienda de la galería.
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