Francisco, entre el liderazgo del presente y el pasado
Loris Zanatta y Jimmy Burns Marañón debatieron ayer sobre el Papa
La encíclica Laudato si' y la figura y la acción del papa Francisco constituyeron ayer el eje de una charla del ciclo organizado por la revista Criterio en la sede del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI). Los conferencistas fueron dos personalidades con posturas antagónicas: el historiador italiano Loris Zanatta, autor de trabajos sobre el peronismo y la Iglesia argentina, laico, "reformista" y crítico del Pontífice, y el escritor inglés Jimmy Burns Marañón, autor de Franciscus, el papa de la promesa, creyente y de educación jesuita.
¿Modifica conciencias la encíclica o se queda ahí?, preguntó el moderador del encuentro, Claudio Jacquelin, prosecretario general de Redacción de LA NACION.
"A mí no me convence, es un texto con entrelíneas, de un ecologismo bastante radical y con una idea muy romántica y limitante de la naturaleza, como incontaminada y armónica, que no es real: el hombre contamina", dijo Zanatta. El italiano se preguntó "si este mundo es tan distinto del de otras épocas" y rechazó la visión "populista y apocalíptica del Papa". Además, ve "simplista" su argumento de que "existen pobres porque existen ricos", y contradictorio el planteamiento jesuita de la universalidad de valores en el marco del monoteísmo.
Marañón, en cambio, cree que la encíclica "es un llamado a la conciencia, un mensaje de optimismo en este mundo desorientado. El Papa está en contacto con lo que le pasa a la sociedad". ¿Por qué sí y por qué no es Francisco un buen candidato para el Nobel?, preguntó el moderador.
"Es un excelente candidato; es el gran líder espiritual actual en este mundo carente de liderazgos. Es un hombre de paz. Sin él, no hubiese habido, por ejemplo, un acuerdo para Cuba", opinó Marañón.
"Yo no le daría tanta importancia al Nobel", dijo Zanatta, que dudó de la idoneidad de personas que lo han recibido y pasó luego a cuestionar la equidad en el papel del Vaticano a la hora de mediar ante conflictos. "No sé qué defiende el Papa en Venezuela, por ejemplo", apuntó.
¿Cuál es la consistencia intelectual del Papa?, lanzó Jacquelin al final del debate, que por momentos fue agitado. Marañón dijo que "es un papa que está rompiendo con la Iglesia de museo y que busca recuperar el sentido del bien para no irnos a pique".
"Es astuto e inteligente, y en la encíclica hay una ingeniería narrativa: cuando dispara un concepto radical, se escuda en citas de Benedicto XVI. Pero, en lo conceptual, no me convence. Le faltan conocimientos actualizados. Habla de la globalización en términos maniqueos, de ricos y pobres, de Norte y Sur, inadecuados para entender el mundo contemporáneo, que es más complejo", dijo el italiano, quien, con sentido del humor, reprochó a Marañón que no respondiera a la pregunta. Al finalizar, se despidieron con un abrazo. "Nos divertimos", dijo el inglés.
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