Francisco de Quevedo
PREVENCIÓN PARA LA VIDA Y PARA LA MUERTE
Si no temo perder lo que poseo,
ni deseo tener lo que no gozo,
poco de la Fortuna en mí el destrozo
valdrá, cuando me elija actor o reo.
Ya su familia reformó el deseo;
no palidez al susto, o risa al gozo
le debe de mi edad el postrer trozo,
ni anhelar a la Parca su rodeo.
Sólo ya el no querer es lo que quiero;
prendas de la alma son las prendas mías;
cobre el puesto la muerte, y el dinero.
A las promesas miro como a espías;
morir al paso de la edad espero:
pues me trajeron, llévenme los días.
En: Poesía original completa , edición de José Manuel Blecua
Adn Quevedo
Madrid, 1580 - Villanueva de los Infantes, 1645 Tan polifacética como su obra en prosa, la poesía de Quevedo,
dueño de la pluma más afilada de su tiempo, incluye desde los versos satíricos y burlescos más audaces hasta
delicados poemas amorosos y composiciones en que dejó plasmada su angustia ante el paso del tiempo y la muerte.
Más leídas de Cultura
“Un clásico desobediente”. Gabriela Cabezón Cámara gana el Premio Fundación Medifé Filba de Novela, su cuarto reconocimiento del año
La Bestia Equilátera. Premio Luis Chitarroni. “Que me contaran un cuento me daba ganas de leer, y leer me daba ganas de escribir”
Martín Caparrós. "Intenté ser todo lo impúdico que podía ser"