Francia revive con la "hugolatría"
Exposiciones, talleres y paseos turísticos; todo vale para homenajear al autor de "Los miserables"
PARIS.- En los últimos días, a toda hora, se han visto varios grupos de personas realizando un extraño recorrido por París, que los lleva a cruzar caprichosamente el Sena de un lado a otro, a penetrar con los ojos alguna ventana de la calle Santa Anastasia, o a culminar el peregrinaje en la iglesia de San Pablo-San Luis -en el pintoresco barrio Le Marais-, en busca de agua bendita.
El itinerario, aparentemente errático, es un recorrido por los lugares de París que pisaron tanto el célebre escritor Victor Hugo como sus supuestos personajes: la casa familiar del dramaturgo, el exótico departamento de su amante, los jardines de Luxemburgo donde, según su novela "Los miserables", se encontraban Marius y Cosette, o el punto del Sena en el que se suicidó el inspector Javert.
Los paseos son el preludio de una abrumadora serie de actividades con las que hoy, a dos siglos del nacimiento de su novelista y poeta dilecto, Francia inicia oficialmente un colosal homenaje en una suerte de "hugolatría".
Promovido por los ministerios de Educación y Cultura, desde principios de año los colegios dedican gran parte de sus programas a la obra de Victor Hugo, con concursos y talleres de escritura "a la manera de", al tiempo que decenas de compañías de teatro ensayan su lírica. Hoy todo ello crecerá exponencialmente con una serie de espectáculos, actividades, películas y exposiciones que hasta diciembre sumirán a los franceses en una euforia mayor que la de la actual campaña presidencial, y darán la razón a quienes han bautizado a París como "Hugópolis".
La oferta es grande y para todos los gustos: la entrada gratuita a su casa, en el número 6 de la bella Place des Vosges, permite observar el salón chino que obsequió a su amante incondicional, Juliette Drouet.
Hasta junio, la Biblioteca Nacional expone casi la totalidad de las obras -manuscritos, cartas y dibujos- donados por el propio Hugo; y dedica al "hombre océano" conferencias como "Victor Hugo y la pena de muerte", "Victor Hugo y las mujeres", "Victor Hugo y Dios"...
Habrá exposiciones de todo tipo, como "Hugo y la caricatura", visitas a la catedral de Notre Dame, películas y documentales que lo tienen como tema central de aquí a diciembre, programas especiales de radio y TV, exposiciones en el Senado, maratones de poesía, teatro y cómics. Y cientos de reediciones de sus obras, análisis y biografías que ya tienen sitios adaptados en las librerías, así como los números especiales en los quioscos de revistas.
Algunos homenajes tendrán menos reverencia, como los discos del legendario George Brassens o del canadiense Alain Lecompte, que desafían el pedido expreso de Hugo -que llamaba a la música "ese ruido que piensa" y prohibió "depositarla a los pies de mis versos"- y entonan sus poemas.
¿Cómo se explica tamaña pasión por un escritor en un país que produjo tantos? En su website, el Ministerio de Cultura afirma que a través de Hugo, Francia homenajea "los valores en los que se funda nuestra República".
Pero críticos como Pascal Ayoun, profesor de la Escuela Nacional Superior de Técnicas Avanzadas de Literatura, ven riesgoso hablar así de quien "debe su leyenda a su naturaleza contradictoria" y "cuyas traiciones fueron tan espectaculares que lo llevaron a ser poeta de la corte y pionero de los jóvenes románticos, a flirtear con tres monarquías y ser héroe para los socialistas; que en 1848 apuntaló barricadas con tropas del gobierno y poco más tarde estaba del otro lado, animando a resistir contra el golpe de Napoleón III, lo que le valió el exilio..."
Como fuere, dijo a LA NACION, "Hugo supo describir la época y criticarla, al tiempo que era protagonista desde la política".
Nacido en Besançon (en el Noroeste), a partir de su primera obra a los 14 años, dominado por una enorme curiosidad y sentido de lo universal, se convirtió en el escritor más prolífico del siglo XIX. Durante su exilio en Bruselas y en las islas Canal (británicas) escribió sus obras cumbre: "Los castigos", "Las contemplaciones" y "Los Miserables", una durísima crítica al gobierno francés, capaz de perseguir de por vida a un hombre que roba un pan para alimentar a su familia.
Leyenda inmortal
Por estas obras -y también por la belleza de otras como "La leyenda de los siglos"- se le atribuye haber ganado la batalla contra la pena de muerte e inspirado movimientos revolucionarios en el mundo entero. Al regresar a París del exilio tenía ganada la inmortalidad, como lo demostró el funeral de Estado que se le dedicó en 1885 y su actual hospedaje en el Panteón, reservado a figuras como Jean-Jacques Rousseau y Voltaire.
Hugo describió a París como nadie, pero los festejos también se harán en el resto del país. También desde sitios tan remotos como Madagascar, Pekín y Helsinki se intentará desmenuzar cada faceta del escritor y del hombre. No será fácil, opinó ayer el diario Le Monde: "Nació hace 200 años, pero nos enterrará a todos".
Victor Hugo ya había previsto esto antes de morir, según escribió su biógrafo Jean-Marc Hovasse: "Me despertaréis en 1940, me despertaréis en 1960, en 1980, y también en el 2000..."
Además: La música de Victor Hugo, por Pola Suárez Urtubey. Suplemento Espectáculos.
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