Fragmentos de una amistad
En agosto de 2001 un gran periodista llamado Emilio Fernández Cicco (más tarde Cicco a secas y ahora, convertido al islamismo, Abdul Wakil) publicó en la revista Noticias una nota cuyo título llamó mi atención: “¿Aira es Dios?”. Era una pregunta retórica cuya interrogación de fondo sigue siendo pertinente (cuando César Aira, de 74 años, continúa escribiendo y publicando) porque buena parte de la crítica y los lectores no sabe todavía qué pensar sobre su obra. Para la investigadora María Belén Riveiro ese año, el 2001, marca precisamente el comienzo de la consagración de Aira dentro del campo de la literatura argentina. Diez años antes, en 1991, Aira había comenzado a viajar a la ciudad de Rosario donde conoció al crítico Alberto Giordano. Y es Giordano ahora el que con la publicación de Los años Aira agrega una pieza más al rompecabezas del “mito personal” conocido por todos: las más de cien novelas publicadas, las otras tantas traducidas, la renuencia a ser entrevistado, su escritura manuscrita en los bares del barrio de Flores, una página por día, todos los días.
¿Pero cómo es Aira en la intimidad de una charla con amigos? Eso lo sabe menos gente. ¿Es siempre brillante y provocador en sus intervenciones, como lo era en las entrevistas periodísticas? ¿O puede permanecer callado durante largo rato, como también se cuenta, un Macedonio Fernández del siglo XXI? Los años Aira hace pensar en el Borges de Adolfo Bioy Casares pero por oposición: frente a las 1700 páginas del diario de Bioy, anotadas en cuadernos a lo largo de las décadas, las 118 páginas compuestas por recuerdos publicados en Facebook por Giordano; frente a la locuacidad por momentos procaz de Borges y Bioy durante las noches compartidas, la parquedad, el apocamiento diurno de Aira y Giordano, que se encuentran a la hora del almuerzo.
Y sin embargo hay una contigüidad en lo íntimo entre ambos libros, y el lector siente que se asoma a palabras e ideas a las que no tendría acceso de otra forma. “César es renuente a la conversación sobre asuntos personales; a mí me gusta explorar lo íntimo. La tensión entre esos impulsos antagónicos es habitual en nuestras conversaciones” anota Giordano un 8 de abril ofreciendo la clave de Los años Aira. Las páginas se deslizan por el registro de encuentros personales, charlas, incluso mails enviados entre Aira y Giordano. Aira dice que jamás podría mandar mensajes de voz: “Se necesita mucha presencia de ánimo para ponerse a hablar solo delante de un teléfono”. Afirma que las mejores literaturas latinoamericanas son la brasileña, la mexicana y recién después la argentina. Alaba la idea de realismo en Puig (“No hay nada ni remotamente parecido en la literatura argentina”); y bromea con que “El cine es la resta de todas las artes”.
Hablando de cine, al comienzo del libro Giordano evoca una pregunta que la ensayista María Teresa Gramuglio le hace a Juan José Saer en la película de Rafael Filippelli sobre el autor santafesino (“Decíme, Juani, ¿cuándo vas a escribir otra novela como Cicatrices?”) para chuzarlo a Aira al comienzo de un encuentro: “Decíme, César, ¿cuándo vas a escribir otra novela como El llanto?”.
La mención a Filippelli me lleva a pensar en su reciente fallecimiento, el pasado 22 de marzo. Junto a su pareja, Beatriz Sarlo, integraba la mesa de escritores con los que me reúno una o dos veces por año desde hace más de una década. Cineasta y maestro de directores, era un conversador infatigable, de un vasto conocimiento literario, un melómano que podía hablar de jazz durante horas. No le gustaba Aira. Pero detrás de sus anteojos redondos, con su impecable traje y sempiterno vaso de whisky, sabía profesar la amistad con una media sonrisa, que oscilaba entre la socarronería y el guiño cómplice, dibujada en los labios.
![The Trust Project](/pf/resources/images/the-trust-project.webp?d=1733)
Otras noticias de Arte y Cultura
Best seller global. El fenómeno “Blackwater”, la saga matriarcal de terror gótico y sobrenatural
Velatorio de Beatriz Sarlo. Intelectuales, escritores y artistas despidieron a la ensayista: "Es el final de una época"
Memorias de Beatriz Sarlo. Anticipo exclusivo de la biografía íntima que la intelectual dejó lista antes de morir
Más leídas de Cultura
Gestión libertaria. “Hemos logrado dar sentido a un gigante”, dice el director del Centro Cultural Borges
Con Daniel Craig. El director del Museo de Bellas Artes actúa en "Queer", la nueva película de Luca Guadagnino
Tenía 82 años. Murió la escritora y ensayista Beatriz Sarlo
Best seller global. El fenómeno “Blackwater”, la saga matriarcal de terror gótico y sobrenatural