FIL Guadalajara, día 1: apertura entre Fito Páez y Fidel Castro
La 30a edición de la feria se inició conmovida por la noticia de la muerte del ex líder cubano; el cantante argentino presentó su Diario de viaje, que definió como “gozoso”
GUADALAJARA -. La Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) inauguró oficialmente ayer su 30a edición, en un encuentro donde los grandes protagonistas de la jornada fueron el escritor rumano Norman Manea -distinguido con el premio FIL de Literatura en Lenguas Romances-, Mario Vargas Llosa, Fito Páez y el fallecido Fidel Castro.
La invitada especial de este año es América latina, una región que horas antes de la ceremonia inaugural había amanecido conmocionada por la noticia de la desaparición del padre de la Revolución Cubana. Al mediodía de ayer, el principal discurso de la inauguración lo pronunció el homenajeado Manea, quien narró su infancia y su formación en un tiempo, el de la Segunda Guerra Mundial y el comunismo, que calificó como productos de la "agresión de la Historia". Mientras hablaba, la sombra del dictador fallecido sobrevolaba la sala donde estaban reunidos algunos de los principales autores de la lengua. Pero Manea, un narrador a quien las dictaduras y los exilios no les resultan ajenos, sólo se refirió a Castro en la conferencia de prensa posterior. "Fue un caudillo que, aunque estuvo cerca del comunismo, no tuvo miedo de hablar y luchar por la libertad de su país contra los Estados Unidos", señaló. Poco después, durante su propia presentación, Vargas Llosa fue más duro con el líder cubano y señaló, sin eufemismos, que a su manera de ver "la historia no lo absolverá". Entre una y otra opinión quedaron sentadas las bases de un debate que seguramente se profundizará hasta el domingo 4, día de cierre de la que desde hace tiempo es una cita obligada para escritores, editores e intelectuales de la lengua española.
Este año, algunos de los autores más esperados por el público son George R.R.Martin, autor de Juego de tronos, el estadunidense John Irving, el español Carlos Ruiz Zafón, el cubano Leonardo Padura, la colombiana Laura Restrepo, el italiano Roberto Calasso y el argentino Eduardo Sacheri, entre otros.
Vargas Llosa, un asiduo de la FIL, leyó fragmentos de su nueva novela, Cinco esquinas, ante un auditorio Juan Rulfo abarrotado que lo escuchó hablar de la Revolución Cubana ("fue de esos eventos que lograron crear expectativa mundial") y autodefinirse, con nostalgia, como "el último sobreviviente del Boom". Minutos después, Fito Páez ganaría la pulseada del éxito popular con la presentación de Diario de viaje, el libro en el que narra las experiencias, shows, reflexiones y aventuras que vivió durante el año 2015.
En el escenario que la FIL reserva para los conciertos masivos (donde este año se presentan La Yegros, Novalima, Ana Tijoux y La Dame Blanche), Páez se mostró franco y divertido, lo suficiente para admitir que "aunque el diario es el género más libre que existe, incluye la trampa de no contar todo" y, a la menor provocación, tocar una dulce versión de "Mariposa Tecknicolor" que arrancó de sus asientos a sus fans. "Este libro me obligó a descubrir a la persona que creía conocer -señaló-. El diario íntimo ayuda a verte de otra manera, y más aún cuando te permitís escribirlo de una manera delirante. Por ejemplo, en Puerto Rico tuve un sueño erótico, y luego lo escribí. Pensé el libro como un lugar donde valía todo, y por eso hacerlo fue tan divertido y gozoso".
Con la sombra de Castro entre sus pabellones, la FIL abrió sus puertas con la promesa de discusiones y reivindicaciones que dejarán huella. El premio Nobel a Bob Dylan (que Páez defendió al decir que le parecía "genial, aunque el Nobel siempre levanta polémica"), el debate alrededor de la Revolución Cubana, la aparición de un inédito de Roberto Bolaño (El espíritu de la ciencia ficción) y el 30° aniversario del libro McOndo, con el chileno Alberto Fuguet como anfitrión del festejo, son algunos de los asuntos de los que se hablará con el fervor que sólo despierta la cultura. Como si aquí, casi desapercibida, entre los libros y el interés del público empezara a gestarse una verdadera revolución.