Fidel Sclavo, artista del collage y la palabra que trabaja en tres orillas
Pintor, tiene también una obra para chicos en la que las historias son cruciales; el camino de la imagen al texto
Un dedal de metal convertido en un sombrero de un hombrecito hecho con trazos de fibra negra. Un enchufe de pared con tres orificios que parecen dos ojos y una boca forman la cabeza de un perro salchicha. Y un carretel de hilo con una aguja atravesada puede ser un soldado con una espada. Así son los personajes creados por Fidel Sclavo para el libro Los amigos imaginarios (V&R). Junto con Lo que vive en ti, estos son los primeros libros álbum del artista publicados en Argentina.
Nacido en Tacuarembó en 1960, vive en Buenos Aires hace once años. Además de una gran trayectoria como pintor e ilustrador, Sclavo publicó varios libros. La semana próxima sale en Uruguay el segundo tomo de Los amigos imaginarios, editado por Banda Oriental. Aunque cree que las clasificaciones son siempre “caprichosas”, los editores catalogan sus libros en la sección infantil. “La diferenciación entre libros para chicos y para adultos no me convence. No siento que escribo para niños. Es verdad, no es una pose”, dice convencido.
Ese primer título no surgió de la idea de hacer un libro. “Soy diseñador gráfico y, por defecto profesional, siempre fui muy visual. Suelo encontrar caras o personajes en cosas y objetos: en enchufes, nubes, elementos domésticos. Desde hace tiempo recopilaba imágenes que podían tener una vida propia encriptada u oculta bajo otros objetos que tenían una identidad secreta. Poco a poco, ese juego fue derivando hacia la idea del amigo imaginario que, eso sí, se asocia con la infancia o, al menos, con ciertas ideas que yo tenía de niño”. Cuando esa recopilación de imágenes de objetos cotidianos intervenidos con rasgos humanos creció, comenzó a escribir textos breves. “No sabía si eran para una obra gráfica o para qué. El motor siempre fue la imagen”. Así nació el proyecto del libro. “Siempre me gustó el límite difuso entre una disciplina y otra, una técnica y otra, un soporte y otro. Muchas veces vinculo las obras con un texto. Ahí aparece una tercera orilla. No es plástica ni literatura: es algo nuevo. Me interesa la unión de los dos mundos, la zona de confluencia”.
El texto del otro libro publicado en el país, Lo que vive en ti, es poético. “Eso que habita en tu interior, no puede verse desde afuera”, dice en el comienzo. Las palabras aportan un sentido como sólo pueden hacerlo las palabras. Según Sclavo, el ritmo de las frases surge como un complemento de la imagen. “El texto convierte a la imagen en otra cosa. Es una idea que me gusta. En la parte pictórica, desde hace varios años me he cansado de poner títulos. Mis pinturas son más dibujo que otra cosa. Toda la obra de mis últimos años es sin título”.
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