Feria del Libro: pérdidas millonarias por la cancelación de este año y anuncios para 2021
¿Qué significó para la industria editorial argentina que no se haya celebrado la 46ª edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, que convoca a más de 500 expositores y a un promedio de un millón de visitantes durante tres semanas? Un informe encargado por las autoridades de la Fundación El Libro, institución que organiza el evento, examina la dimensión económica de la última edición presencial, llevada a cabo en 2019. En simultáneo con la presentación del informe, las autoridades de la Fundación anticiparon que están trabajando para realizar en abril de 2021 la edición presencial postergada este año por la pandemia.
"A mediados de este año se cerró el acuerdo con La Rural, que garantiza la próxima edición, que será la 46ª –dice Oche Califa, director institucional y cultural de la Fundación, a LA NACION–. Entraremos a armar el 20 de abril para iniciar las jornadas profesionales el martes 27 e inaugurar el 29". Está previsto que la Feria concluya el 17 de mayo.
La tarea organizativa comenzaría en septiembre, luego de la aprobación del presupuesto y el lanzamiento de la convocatoria en un acto que se suele realizar en la Biblioteca Nacional. Aunque es temprano para evaluar opciones, se descuenta que la Fundación debe tener la habilitación de las autoridades gubernamentales para permitir que se realice una reunión masiva de gente como la que tiene lugar en La Rural. "Aún no está clara la situación sanitaria de 2021 -dice Califa-. Por ahora, solo está definida la fecha". El dinero que abonaron los expositores para participar en la Feria de este año quedó a cuenta para una edición futura.
Consultado por este diario, el ministro de Cultura de la ciudad de Buenos Aires, Enrique Avogadro, señala que no conocía la decisión de la Fundación de realizar la Feria en forma presencial en el otoño de 2021. "Nos alegra y está en línea con nuestra intención de lograr la vuelta de todas las actividades culturales en la ciudad -dice-. Falta mucho para ese momento, pero estamos trabajando desde hace meses en la puesta en marcha de distintos protocolos. Hoy es difícil imaginar cómo estará la situación en ese momento, pero nos alegra la intención de que se realice el evento cultural más importante de la ciudad. Allí estaremos para acompañarlos".
Realizado por el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, el informe consigna que, de acuerdo con una proyección estimada de una inflación del 40%, en 2020 se perdieron 720 millones de pesos por la cancelación de la feria presencial. En la edición de 2019, los expositores facturaron en total 514 millones de pesos. Además de las pérdidas ocasionadas en el sector editorial, aquejado por una crisis que se agrava desde 2016, el informe visibiliza a todos los afectados por la cancelación de la Feria: alrededor de 8000 trabajadores, más de 70 estudios de arquitectura, encargados de diseñar los stands; las empresas de higiene y seguridad, la gastronomía, el transporte dentro y fuera de la feria, los servicios bancarios, el sector turístico y las empresas de publicidad. "También la industria gráfica que imprime o reimprime novedades o éxitos –acota Califa–. Todo esto lo perdió la economía de la ciudad y del país".
"Es importante señalar los gastos que no se ven normalmente, que no se contemplan, como el turismo o la gastronomía –dice María Teresa Carbano, presidenta de la Fundación–. Cuando se habla de la Feria, se habla de la cantidad de asistentes, de los ejemplares vendidos, de los libros más buscados por los lectores. Quisimos mostrar la dimensión económica que tiene la Feria del Libro y qué significó que no se haya hecho este año". Respecto de la edición de 2021, la presidenta de la Fundación confirmó que trabajan para que se concrete en abril del año próximo. "No hay elementos alrededor de esta crisis sanitaria que permitan decir qué se va a poder o no se va poder, cómo va ser la realidad, si habrá vacunas. Vamos mirando la realidad paso a paso, como dijo alguna vez un director técnico, y nuestra mirada está puesta en abril de 2021; de hecho, ya tenemos cerrado con La Rural el alquiler del predio". El lema de la edición virtual de este año, "La Feria no se rinde", se puede aplicar a este objetivo. "Estamos trabajando con las autoridades para definir estrategias", ratifica Carbano.
El informe destaca que la crisis económica provocada por la pandemia mostró la preocupación no solo en el ámbito editorial local sino también en el de países vecinos como Chile, Uruguay, Bolivia, Paraguay y Perú, que consideran la Feria porteña como un espacio de proyección regional. Por otro lado, en las conclusiones se insta a los gobiernos de la ciudad de Buenos Aires y de nación a establecer políticas sostenidas para la industria editorial, como la que lleva a cabo la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares con el Programa Libro%.
En ediciones anteriores, con la compra de la entrada a la Feria se entregaban "chequelibros" que luego los lectores podían utilizar en las librerías a lo largo del año. Esa herramienta se suspendió en 2019 y este año estaba previsto su regreso con una inversión de siete millones de pesos. "Sería muy bueno que se convirtiera en una acción del Estado -dice Califa-. Así lo han hecho, por ejemplo, los municipios de Merlo y de Malvinas Argentinas en sus ferias, dirigiéndolos a los escolares. Fuera de la Feria y en función de toda la industria del libro sería muy bueno que avanzara el Instituto Nacional del Libro. Son solo algunas de las ideas que pueden destacarse", concluye.
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