Feria del Libro: menos público y caída de ventas en una edición en clave política
Los datos oficiales arrojan casi un 10% menos de asistencia y, según el caso, los expositores lamentan una baja hasta del 40% respecto de 2023; Milei y sus medidas en foco desde el día uno
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Con baja temperatura y menor asistencia de público que un sábado que había sido de gloria, la Feria del Libro termina –con el primer “debate de cierre” de su historia– una edición cuya agenda estuvo, de comienzo a fin, fuertemente marcada por el presidente Javier Milei y sus medidas de gobierno. Suena paradójico porque justamente este domingo el primer mandatario habría presentado en la pista de la Rural su nuevo libro, si no fuera por un tirante ida y vuelta con la Fundación El Libro (FEL) que monopolizó buena parte del evento cultural. El final del penúltimo día fue, necesariamente, hora de balances para una 48ª edición que los propios organizadores habían anticipado que tendría sus “complejidades”. Según declararon varios expositores, la Feria que termina este lunes 13 es una de las peores en términos de ventas y de asistencia de público.
Los sábados de asistencia plena y los días de acceso gratuito (de lunes a jueves, de 20 a 22, con apoyo del Ministerio de Cultura porteño) ayudaron a incrementar la concurrencia, pero no bastaron para emular los récords de años anteriores. La FEL anunció que habían visitado la Feria 1.126.351 asistentes (casi un 10% menos que en 2023), “un número proyectado proporcional” que, sin embargo, consideraron “altamente positivo en este contexto”.
La mayoría de los expositores informaron una caída en ventas del 30 al 40%; los grandes grupos, entre el 10 el 20% (el Grupo Planeta, un 12% menos que en 2023, y Penguin Random House, un 20% por debajo). Muchos coincidieron en que la compra de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip) había sido menor que la del año pasado –menos bibliotecarios con menor poder adquisitivo– y que las jornadas profesionales, directamente, habían sido un fracaso por el precio de los libros argentinos, “los más caros de la región en dólares”, según declaró un editor a LA NACION. El precio de las entradas a La Rural, si bien venían acompañadas de descuentos y vouchers para compras de libros, no fue tan accesible (entre $3500 y $5000).
“Teníamos bajas expectativas en esta edición por el marco económico recesivo que estamos pasando –dijo el gerente de Eudeba, Luis Quevedo–. Y las ventas fueron mejorando desde el inicio del mes. Estuvimos un 24% abajo en cantidad de ejemplares respecto de 2023. Hay que considerar que hubo menos gente del exterior. Son cosas ajenas a la editorial”. Para el director general de Siglo XXI, la “gran caída” se explica por la crisis. “No teníamos mayores expectativas –evalúa Carlos Díaz–. Cuando las librerías están golpeadas, eso se refleja en la Feria. Sabíamos que no iba a ser un éxito en términos comerciales, pero le pusimos la energía de todos los años”. Marcelo Cafiso, de Nuestra América, contó que para recuperar los costos del stand de la “cara Feria” había congelado los precios de los libros.
Como se decía anoche, “no hubo un Messi”. Los autores nacionales (Eduardo Sacheri, Mariana Enriquez, Jorge Fernández Díaz, Florencia Bonelli, Gloria Casañas, Gabriel Rolón, Magalí Tajes y Pamela Stupía) tuvieron más protagonismo que los invitados internacionales, entre los que destacaron la española Marian Rojas Estapé, el francés David Foenkinos, la ecuatoriana Mónica Ojeda y la delegación de la ciudad invitada de honor, Lisboa. No vinieron premios Nobel ni Cervantes en esta edición. Los ciclos habituales de la Feria, como los diálogos de escritores locales y latinoamericanos, el Encuentro Internacional de Bookfluencers y el Festival Internacional de Poesía, no decepcionaron y se hicieron a sala llena. La revelación fueron “los patitos”, unos pequeños prendedores para llevar en el pelo o en la ropa, que se vendieron por $2000 y causaron furor.
El peso de la política
El Gobierno y en especial el Presidente coparon la agenda del evento. Además de la falta de un stand oficial en la Rural (el espacio vacante fue ocupado por el gobierno de la provincia de Buenos Aires) y de la ausencia de funcionarios nacionales en el acto de apertura, el anuncio de que Milei presentaría su nuevo libro en la pista central tuvo en vilo a los organizadores durante varios días. El presidente de la FEL, Alejandro Vaccaro, en un discurso con fuertes críticas que dio durante la inauguración de la Feria, le anticipó que la organización no tenía plata para preparar el acto y denunció un “ataque a la cultura” por parte del Gobierno. Milei, que había delegado el armado de la presentación en su hermana Karina, notificó que se bajaba por temor a un sabotaje “al estilo kirchnerista”. Finalmente, el lanzamiento se hará el 22 de este mes en el Luna Park.
Durante la Feria, se llevó a cabo el segundo paro nacional de la CGT, jornada en la que varios stands permanecieron cerrados. La noche anterior, Nicolás Márquez y Marcelo Duclos habían presentado su biografía de Milei. La cuenta oficial en X de la Feria del Libro “celebró” la escasa concurrencia al acto de los libertarios (que no fue tan escasa como hacía pensar la foto difundida por los organizadores).
“Esta edición estuvo precedida por decisiones económicas de público conocimiento que han debilitado el consumo masivo y provocado zozobra en la sociedad –se lee en el comunicado de la Unión de Escritoras y Escritores–. Pero teñida, sobre todo, por la manifiesta hostilidad del gobierno hacia la cultura”. Esa cuestión fue motivo de “debate”.
Debate por la batalla cultural
En una actividad de estreno, participaron del “debate de cierre” este domingo los escritores Alejandra Laurencich y Martín Kohan, el diputado de Pro Hernán Lombardi y el economista de Pro Lucas Llach en la Sala Victoria Ocampo. Una de las invitadas más esperadas, la ensayista Beatriz Sarlo, faltó a la cita por razones personales. Los ejes de la charla moderada por la periodista María O’Donnell fueron la “batalla cultural” y una pregunta pertinaz: ¿el Estado debe financiar la cultura? Spoiler: con distintos matices, todos coincidieron en que debía hacerlo.
Al inicio, Vaccaro y las escritoras Gabriela Saidón y Natalia Zito insistieron en que la FEL les daba mucha importancia al pluralismo y la “conversación verdadera” (algo que no se vio reflejado en la mesa). En su alocución, Alejandra Laurencich pidió reemplazar la palabra “batalla” del debate sobre la cultura y propuso la fórmula “acuerdos culturales”. Porque “de una guerra nadie sale ganando”, observó.
El diputado Lombardi, que recordó varias veces que había sido ministro de Cultura porteño durante ocho años, señaló que “todo” estaba en revisión. “Creo en la cultura, pero todo debe ser discutido dentro de la ley”, dijo, y destacó la importancia de la gestión por sobre la “burocratización” de las instituciones culturales. “Lamento que se haya perdido la oportunidad de que el Presidente venga a la Feria”, agregó, y les reprochó a Vaccaro y a Ezequiel Martínez algunas de sus declaraciones.
“Reventar el Incaa no es una batalla cultural, es una embestida contra la cultura; reventar el Programa Sur de la Cancillería es un ataque a la cultura –dijo Kohan, a quien la palabra ‘batalla’ no le pareció errada–. La cultura no está en el centro del debate ni mucho menos, me temo que está cerca de quedar ‘¡afuera!’ como dice el Presidente”.
Llach habló como economista. “Nadie propuso eliminar el Incaa ni el Fondo Nacional de las Artes –le respondió a Kohan–. Cuando se hace un gasto público, alguien lo está pagando”. Y cuestionó la exención del IVA de los libros. “¿Por qué un panadero paga IVA y un editor no?”. También puso en duda que el Gobierno quiera desfinanciar las universidades públicas. Como comentó O’Donnell, los aplausos “iban y venían de manera sorprendente”, festejando los dichos de los disertantes que, al final, posaron sonrientes para la foto.
La agenda del último día
Lunes 13, de 14 a 20, en La Rural. Entrada, $3500. Programación completa en el-libro.org.ar
A las 18. La cineasta Albertina Carri, en una conversación sobre el arte de componer ficciones sobre sí misma. En la Sala Orgullo y Prejuicio del Pabellón Ocre.
A las 18.30. Tras su show de poesía y música en la avenida Corrientes, la española Elvira Sastre firmará ejemplares de su último libro de ficción, Las vulnerabilidades, en el stand del Grupo Planeta.
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